Sanidad
Mónica García descarta rectificar: habrá dedicación exclusiva de los jefes de servicio de la Sanidad pública
La profesión médica se opone porque considera que la obligación cronifica la fuga de facultativos y Sanidad alega que es una fórmula en la que cree para retener el talento
La reunión de ayer entre el Ministerio de Sanidad y los agentes que participan en la mesa de ámbito sobre el anteproyecto de Ley del Estatuto Marco del personal de los servicios de salud suponía la vuelta a las negociaciones después de meses de parón. Y se preveía tensa. Sanidad tenía en contra a toda la profesión médica por medidas unilaterales sobre temas muy sensibles que había incluido en el borrador del texto sin consenso.
Sin embargo, la ministra Mónica García aseguró, en su comparecencia posterior en rueda de prensa, que estaba "muy satisfecha" por el "buen tono" de las conversaciones entre todos los asistentes al encuentro.
"Estoy muy orgullosa porque todos vamos a trabajar para conseguir los objetivos comunes que nos han llevado a reformar este texto, que no se actualizaba desde hace 20 años".
A su juicio, estos son "la estabilidad laboral de los profesionales del Sistema Nacional de Salud» y, por encima de eso, «la mejora de la calidad asistencial para la población, que es a la que sirve nuestro sistema sanitario".
Ya sea cierto o una forma de zanjar las polémicas que ha encendido en panorama sanitario en las últimas semanas, García quiso dar su mejor cara de ministra conciliadora y explicó a los medios que no iba a "desgranar más medidas" por "la discreción y el respeto que nos hemos pedido los que hemos asistido a la reunión".
Más bien, y como la experiencia es un grado, lo que no quería era volver a salir escaldada vendiendo propuestas –desconocidas para el resto de agentes de la mesa del ámbito– que, o bien el borrador luego no reflejaba correctamente, o no eran más que humo.
Un único Estatuto "para todos"
Enesta línea, García quiso dejar clara otra cosa más: que el objetivo era lograr un texto que "recoja a todas las categorías profesionales", "desde la primera hasta la última", especificó.
Una clara referencia, sutil en las formas pero tajante, a que la mayoría de las quejas habían venido de la profesión médica, y que esta no era la única que tenía que estar satisfecha con el resultado de las negociaciones.
Pero resulta que las propuestas "bomba" que ella anunció por su propia iniciativa la semana pasada afectaban única y exclusivamente a los facultativos: las guardias de un máximo de 17 horas y el cómputo de la jornada ordinaria previa y posterior, la dedicación exclusiva de los jefes de servicio y otros mandos intermedios del SNS a la sanidad pública y la obligación a los especialistas que terminan su formación de quedarse en el sistema público al menos durante 5 años.
Respecto a las guardias, García reafirmó su compromiso en acabar con las de 24 horas, y se defendió de las críticas al artículo que las regula (el 85) en el borrador señalando que lo que se ha puesto sobre la mesa es "que la suma de la jornada ordinaria y de la de guardia no exceda las 17 horas", garantizando que "las horas de descanso no tengan que ser en ningún caso recuperables".
"Se va a redactar mejor el apartado 2 –donde se dice que ‘el tiempo de descanso que se toma después de una jornada de guardia no se contará como parte de la jornada laboral anual– porque da lugar a errores. El compromiso del Ministerio es que ningún sanitario deba horas cuando haga una guardia", explicó.
También, reiteró que se había "tergiversado" lo que respecta a la obligación a los adjuntos de permanecer en el SNS durante 5 años desde que acaban su formación. "Este Ministerio tiene el firme compromiso de que las nuevas generaciones tengan mejores condiciones laborales de las que tuvimos los predecesores", señaló.
Su fórmula para retener el talento
Mención aparte merecen sus declaraciones sobre la exclusividad. Ahí García se reafirmó en su postura y defendió que "hay distintas fórmulas para retener el talento, y esta es en la que cree el Ministerio de Sanidad".
Eso sí, aclaró que dicha exclusividad sería recompensada con un "complemento salarial", que se sacaría fuera "del saco" de los complementos específicos que reciben estos profesionales.
Resulta curioso que la profesión médica en conjunto haya presentado evidencias de que este camino es el más rápido para conseguir justo lo contrario.
"Este tipo de políticas de retención del talento suelen fomentar el estrés, la insatisfacción laboral y la migración de profesionales hacia entornos menos restrictivos", señalaba estos días la Organización Médica Colegial (OMC).
En resumen, la de ayer fue una discreta rectificación del Ministerio en dos de las tres medidas más criticadas por los profesionales sanitarios y la reafirmación de que la dedicación exclusiva "tiene gran acogida en algunos parlamentos autonómicos y en algunos colectivos (los directivos, por ejemplo)". Otra vez sin pruebas ni ejemplos de a cuáles se refiere.
Una norma específica para los médicos
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que hoy ha convocado una rueda de prensa para mostrar su postura sobre el borrador, no debió estar en la misma reunión que la ministra, a juicio de sus conclusiones.
Así, despues de esta, el sindicato mandó un comunicado en el que decía que "el Ministerio mantiene su compromiso con una reclasificación profesional que perjudica al colectivo médico, con un inaceptable régimen de incompatibilidades para jefes de servicio y sección y para adjuntos en sus primeros cinco años de trabajo, y, especialmente, la escasa modificación de la norma en cuanto a jornada laboral y guardias".
Por ello, CESM se reafirmó en su postura de que "la única solución para retener talento en el SNS y generar afección entre el colectivo médico es una regulación diferenciada que recoja sus especificidades como categoría profesional".
Por su parte, CC OO calificó de "positivos" los aspectos incluidos en el borrador en temas como la reclasificación y la jubilación parcial y anticipada, y consideró "necesario" y "obligatorio" un período de negociación suficiente sobre todos los temas, como el que recoge el calendario de reuniones que se ha acordado.
El Sindicato de Enfermería, Satse, también reconoció "avances" en el texto desde la última reunión (hace más de 6 meses), aunque advirtió de que "hay aún mucho por mejorar y concretar".
No ha opinado lo mismo el Sindicato Estatal de Técnicos Superiores Sanitarios (SIETeSS), y otros organismos de este colectivo, que ayer señalaron que el borrador supone "otro varapalo" para su profesión. "El texto del anteproyecto resulta frustrante frente a los problemas que sufrimos y no ofrece ninguna solución en el presente ni expectativas futuras de mejora formativa hacia el título de Grado Universitario", explicaron en un comunicado. "Se esperaba que el nuevo Estatuto Marco mejoraría a todos los colectivos sanitarios y vemos con estupor como la mejora se aplica a los de siempre y los Técnicos Superiores Sanitarios quedamos en una situación que es un retroceso de facto".
Sin duda, quedan por delante meses duros de negociación para sacar adelante el nuevo Estatuto.
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