Cinco años de la Covid

El daño académico, equivalente a perder un tercio del año escolar

Es la conclusión que se desprende de un estudio realizado en 15 países, entre ellos España. Pero su efecto no solo repercutió en los alumnos, sino también en el personal docente

Comienzo curso escolar de Infantil, Primaria y Educación Especial en Andalucía
A lo largo de estos cinco años se han realizado muchos estudios para abordar la influencia que la pandemia tuvo en la educaciónPepo HerreraAgencia EFE

La pandemia, cada vez lo vemos más claro, no solo afectó a nuestra salud física y mental. También influyó negativamente en otros apartados que, como sociedad, dificultan u obstaculizan el progreso. Y uno de ellos es la educación. Una revisión superficial en las principales editoriales científicas (Nature, Science, Plos ONE, etc.) muestra que desde 2020 se han realizado más de 800 estudios centrados exclusivamente en cuál fue la influencia de la pandemia en la educación.

Desafortunadamente para nosotros y, coherentemente para la ciencia, los resultados son compartidos: hemos perdido mucho. Uno de los estudios más citados (469 menciones, según la Universidad Roskilde en Dinamarca) es un metaanálisis de 42 estudios hechos en 15 países, entre ellos España.

Las conclusiones muestran que la pandemia de Covid-19 provocó retrasos en el aprendizaje de los menores y una pérdida de conocimientos equivalentes al 35% del aprendizaje de un curso escolar. Y estos efectos no duraron unos meses, se extendieron a lo largo de 3 años. En pocas palabras: durante 3 años, los menores de edad habrían tenido, en total, unos nueve meses menos de clases, por ponerlo en cifras más claras. Prácticamente un año completo.

Los autores, liderados por Bastian A. Betthäuser, de la Universidad de Oxford, analizaron los resultados de 42 estudios con estudiantes de primaria y secundaria realizados por expertos en Australia, Bélgica, México, España, Brasil, Colombia, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Italia, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, entre 2020 y 2022. Los resultados muestran que los estudiantes de todos esos países experimentaron retrasos en su progreso académico esperado en comparación con años anteriores y pérdida de sus habilidades y conocimientos previos, especialmente en matemáticas.

También se ha descubierto que la brecha entre los menores de bajos ingresos y aquellos de clases altas se han ampliado a nivel global. La buena noticia es que los retrasos no se han ampliado desde 2022. La mala es que tampoco se han reducido.

«Los menores aún no han recuperado el aprendizaje perdido al inicio de la pandemia, lo que significa que los programas gubernamentales parecen haber logrado evitar mayores déficits de aprendizaje a medida que la pandemia continuaba, pero no lograron recuperar los déficits de aprendizaje que surgieron al principio de la pandemia, al menos hasta el momento – explica Betthäuser–. Los países han invertido muchos recursos para ayudar a los alumnos a recuperar estas pérdidas de aprendizaje. Por lo tanto, es realmente preocupante que aún veamos que persisten estos grandes déficits».

Si bien estudios previos sobre interrupciones académicas prolongadas (por ejemplo, debido a huelgas o desastres naturales) han revelado que sus efectos pueden persistir durante años, para el equipo de Betthäuser «es inaudito que el 95%, si no más, de los escolares a nivel mundial hayan estado sin asistir a la escuela durante un tiempo significativo en la pandemia. Creo que, a esa escala, es difícil encontrar algo que lo iguale en la historia reciente».

Pero el retroceso no solo afecta al nivel académico, también al progreso social. Un estudio independiente publicado por el Banco Mundial estima que la pandemia ha reducido el progreso académico en los países de ingresos bajos y medios a niveles del año 2000. El estudio señaló que, en países como la India, México y Brasil, los estudiantes han perdido un año completo de progreso académico. Pero esto no es más que el efecto pasado… ¿O no? De ningún modo. Las consecuencias no solo persisten en las brechas, también en las perspectivas de una generación que estaba en las aulas durante la pandemia. Tanto que el propio Betthäuser señaló que los estudiantes mayores no tendrán tiempo para recuperar el terreno académico perdido antes de su incorporación al mercado laboral.