Parásitos
Cuidado con estos 4 peligros para tu mascota que llegan con la primavera
Además de un aumento de las temperaturas y de unos días más largos, la primavera también trae consigo algunas amenazas bastante serias:
El Equinoccio de Primavera es el momento del año en el que el Sol incide directamente sobre el Ecuador, haciendo que el día y la noche duren lo mismo. Este año, el equinoccio cayó en el 20 de marzo, marcando el origen de una estación que se extenderá hasta el próximo 21 de junio, en el que comenzará oficialmente el verano, según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, perteneciente al Instituto Geográfico Nacional.
Durante toda esta estación, las temperaturas irán aumentando y los días serán más largos. Y eso provocará -a su vez- algunos cambios en los ciclos vitales de todos los seres vivos. Por ejemplo, esta época es uno de los momentos más propicios para la muda de muchas especies. Sin embargo, la primavera trae consigo otras amenazas bastante más serias:
1. Alergias primaverales
La alergia es una reacción del sistema inmunológico ante sustancias inofensivas, pero que son consideradas como peligrosas de forma errónea por el organismo, como el polen o los ácaros del polvo. Es común pensar que los seres humanos somos los únicos expuestos a este tipo de reacciones. Sin embargo, nuestras mascotas también pueden ser muy susceptibles de desarrollar una de estas alergias primaverales. Y muy especialmente en el caso de los perros, que son lo más expuestos a los alérgenos ambientales porque se mueven mucho más que el resto de mascotas.
Evidentemente, cada animal y cada alérgeno es un mundo. Pero hay unos cuantos síntomas muy típicos en esta época a los que debemos estar atentos: rinitis, estornudos y otras complicaciones respiratorias; exceso de lágrimas en los ojos; irritación en la piel y picores intensos; inflamación, sarpullidos, (...). Si observamos alguno de estas anomalías, debemos acudir al veterinario para que nos diga cuál es el mejor tratamiento.
2. Parásitos
De la misma forma que el cambio de estación propicia la aparición del polen o los ácaros, también es el momento en el que mayor prevalencia tienen las pulgas, las garrapatas y otros parásitos. Y al igual que ocurría en caso de las alergias, los perros son los más expuestos a los parásitos, porque son los que más se mueven, los que más olisquean y los que más se revuelcan en todo tipo de terrenos. Ahora bien, no son los únicos vulnerables. Un gato o un conejo también pueden atraerlos, aunque no salgan mucho de casa.
Por eso es importante ser cuidadoso y prevenir su aparición. Y la mejor alternativa siempre son los antiparasitarios comercializados por las farmacias, ya sea en formato de comprimidos, de sprays o de pipetas. Sin embargo, su uso no quita que también debamos revisar su pelaje con frecuencia para localizar cualquier parásito que pueda crearle malestar a nuestra mascota o que pueda -incluso- ponerla en peligro. Cuidar la desparasitación del animal (tanto interna como externa) evitará que la mascota sufra diversos problemas de salud.
3. Procesionaria
La temporada de la oruga procesionaria suele durar únicamente dos semanas, aunque puede darse durante toda la primavera. Y con un clima tan cambiante y anormal como el que estamos experimentando últimamente, es importante que estemos atentos hasta que acabe el mes de mayo; porque estos cambios de temperatura también afectarán a su ciclo vital.
Y debemos ser especialmente cuidadosos si paseamos con nuestro perro por bosques de pinos, que es donde las procesionarias suelen sentirse más cómodas. La reacción del organismo de un perro frente a las toxinas urticarias de las procesionarias puede ser muy violenta, dando lugar a un cuadro clínico severo que podría derivar -incluso- en la muerte.
4. Leishmaniosis
La leishmaniosis es una enfermedad grave, incurable y crónica, que en ausencia del necesario tratamiento veterinario puede ser letal. Esta enfermedad aumenta su incidencia en primavera, porque el flébotomo -que es el mosquito causante de la leishmaniosis- está más presente en esta época del año. En cuanto a su prevención, los productos antiparasitarios especializados son la mejor respuesta.
Un diagnóstico precoz puede resultar esencial a la hora de proporcionar un tratamiento adecuado. Por eso, es muy importante que estemos atentos a la aparición de estos síntomas: pérdida de pelo (especialmente alrededor de la cabeza y ojos, orejas y nariz); heridas en la piel que no cicatrizan correctamente; crecimiento excesivo de las uñas; cojera; aumento del tamaño de los ganglios linfáticos; incremento del consumo de agua; aparición de bultos en la piel; pérdida de apetito; fiebre; diarrea; inflamación de los párpados; apatía y pérdida de peso injustificada. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, debemos acudir con prontitud al veterinario.
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