Salud
El espray nasal para 'curar' la demencia que dispara la función cognitiva y mejora la memoria
Los investigadores lograron mejorar la memoria de los modelos de ratón mediante un prometedor tratamiento experimental con aerosol nasal
El vínculo entre olfato y memoria se conoce desde hace mucho tiempo. Pero no ha sido hasta ahora cuando comienzan a desarrollarse soluciones con el potencial de activar nuestro cerebro aspirando medicinas, vapores u olores. Hace no mucho, investigadores de la Universidad de California descubrieron que la exposición a distintos olores —o aromaterapia— puede ayudar a disparar la capacidad de cognición de las personas mayores. Las que participaron en su ensayo, lograron incrementar su función cognitiva un 226% más que el grupo de control.
Ahora, un espray nasal con anticuerpos ha mostrado un potencial sin precedentes para 'curar' la demencia por vía intranasal. En concreto, esta solución combate la acumulación de proteína tau, un factor clave en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La ha desarrollado un grupo de científicos de la Universidad de Texas (UT), que ha podido demostrar que una dosis única de este tratamiento pionero en forma de aerosol nasal elimina con eficacia la acumulación nociva de tau, lo que mejoró la capacidad cognitiva en ratones envejecidos con enfermedades neurodegenerativas.
Este enfoque podría allanar el camino para nuevas terapias dirigidas a afecciones neurodegenerativas relacionadas con tau. Los resultados del estudio se publican en la revista Science Translational Medicine. «Nuestro trabajo demuestra que la inmunoterapia nasal contra la tau revierte de forma importante la patología del Alzheimer en ratones y que una sola dosis es suficiente para lograrlo», explica Sagar Gaikwad, primer autor de la investigación y doctor del Departamento de Neurología del Centro Mitchell de Enfermedades Neurodegenerativas de la UT.
«Esto también mejora la memoria y el comportamiento en ratones envejecidos», asegura. Funciona, dice, porque ataca y destruye la proteína tau que en un cerebro afectado por el alzhéimer se 'retuercen' de forma anormal creando 'ovillos'. Estos se acumulan dentro de las células nerviosas. A consecuencia, interfieren con las conexiones entre neuronas y causan un deterioro cognitivo.
Las inmunoterapias existentes contra la tau se han enfrentado a problemas de eficacia debido a su limitada capacidad para penetrar en los compartimentos intracelulares donde se localizan estas acumulaciones. El nuevo estudio, afirma haber logrado. ¿Cómo? En primer lugar, desarrollando un anticuerpo monoclonal contra tau denominado anticuerpo monoclonal específico de la conformación tau tóxica-2 o TTCM2, por sus siglas.
El TTCM2 se probó en tejido cerebral post mortem de pacientes humanos con Alzheimer, demencia con cuerpos de Lewy y parálisis supranuclear progresiva. Los científicos vieron cómo atacaba específicamente a los depósitos patológicos de tau. El TTCM2 también inhibió la actividad de 'siembra' de oligómeros de tau derivados de pacientes en células biosensoras de tau, lo que indica su potencial para prevenir la propagación de fibrillas de tau entre las neuronas.
Otras pruebas demostraron que el TTCM2 era eficaz cuando se administraba a través de la nariz de ratones envejecidos con tauopatía. Según el estudio, una sola dosis de micelas de TTCM2 fue suficiente para dispersarse por el cerebro de los ratones, reducir la patología tau y mejorar la cognición.
Al investigar los mecanismos que subyacen a la eficacia de TTCM2, los investigadores descubrieron que el anticuerpo interactúa con un receptor intracelular conocido como tripartite motif-containing 21 (TRIM21). Los investigadores señalan que sus hallazgos se alinean con un estudio reciente que demuestra que TRIM21 es esencial para una inmunoterapia eficaz contra tau.
«Es importante destacar que nuestro anticuerpo TTCM2 reconoce y neutraliza eficazmente la tau patológica en los tejidos cerebrales de pacientes con enfermedad de Alzheimer», celebra Gaikwad. Por lo tanto, «esta investigación podría conducir a nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida y potencialmente reviertan o retrasen la aparición de síntomas graves en pacientes con enfermedad de Alzheimer y demencia relacionada».
Los expertos celebran el prometedor tratamiento experimental
Jason Krellman, profesor en el Departamento de Neurología del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, que no participó en la investigación, consideró alentadores los resultados de este estudio con animales, en declaración a varios medios de comunicación estadounidenses.
«Sabemos desde hace muchos años que la disfunción de tau es una característica prominente de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer», explicó. «Por ello, los tratamientos para reducir la tau han sido uno de los principales focos de investigación». En el reciente trabajo, se utilizó un tratamiento de inmunoterapia por la nariz.
«La introducción de estos tratamientos en el cerebro ha sido un reto debido a la barrera hematoencefálica, el bloqueo protector del cerebro contra numerosas sustancias externas... pero no todas. Los investigadores consiguieron sortear esta barrera empleando un novedoso método de administración, el suministro a través de la nariz, para asegurarse de que la absorción por el cerebro fuera rápida y más completa», detalla Krellman.
Es «especialmente prometedor que los ratones mostraran una mejora de la función cognitiva a través de sus respuestas conductuales en pruebas que evalúan la memoria de reconocimiento y la conciencia espacial», dijo. No obstante, «hay que seguir investigando porque los cerebros humanos son mucho más grandes que los de los ratones, lo que significa que la difusión del tratamiento por el cerebro humano podría no desarrollarse con la misma eficacia que en el cerebro del ratón», advierte Krellman.
«Podría haber sutiles diferencias biológicas en la eficacia del metabolismo y los efectos secundarios del tratamiento entre ratones y humanos. Del mismo modo, la cognición y las respuestas conductuales humanas son significativamente más complejas, por lo que no podemos estar seguros de que el tratamiento tenga un efecto clínicamente significativo en la cognición humana», avanza.
«Nos queda mucho trabajo por hacer en este campo, pero esta investigación y otras similares deberían dar a la gente la esperanza de que estamos avanzando hacia la comprensión de cómo intervenir y detener la progresión patológica de la enfermedad de Alzheimer para que algún día podamos desarrollar tratamientos eficaces», concluye el investigador de Columbia.