Informe
La OMS podría considerar potencialmente cancerígeno el aspartamo, un edulcorante presente en bebidas light, caramelos y chicles
Desde 1981, los expertos han señalado que su consumo era seguro "dentro de determinados límites"
Muchas bebidas "light", dulces y otros productos alimentarios contienen edulcorantes artificiales cuya seguridad no está precisamente tan clara, aunque su uso esté ampliamente extendido. Es el caso del aspartamo (E-951), el edulcorante más empleado en los alimentos, que podría ser declarado potencialmente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a mediados de julio.
Desde que fue aprobado en 1994 (en algunos países europeos desde los años 80), este edulcorante, que es 200 veces más dulce que el azúcar de mesa (de ahí que con muy poca cantidad el producto esté dulce) no está exento de polémica. Sin embargo, las autoridades lo han estado considerando completamente seguro para nuestra salud.
Pero esta realidad podría cambiar. Fuentes de la OMS confirmaron hoy a EFE que el 14 de julio se publicarán dos informes al respecto con nuevas recomendaciones sobre su consumo, uno de ellos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), su rama dedicada al estudio de esta enfermedad, donde se evalúa el posible efecto cancerígeno del edulcorante.
El segundo estudio corre a cargo del Comité de Expertos en Aditivos Alimentarios, gestionado conjuntamente por OMS y por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde se revisarán las actuales recomendaciones de consumo diario de aspartamo teniendo en cuenta el informe de IARC.
Desde 1981, los expertos de la OMS y la FAO han señalado que el consumo de aspartamo era seguro "dentro de determinados límites": como ejemplo se señalaba que la salud de un adulto medio podía correr riesgo si tomaba entre 12 y 36 latas de refresco con este ingrediente.
La evaluación de IARC se llevó a cabo en una reunión de este órgano del 6 al 13 de junio, mientras que los expertos en aditivos de la OMS y la FAO toman en cuenta sus resultados -por ahora no públicos- en un encuentro del 27 de junio al 6 de julio del que saldrán las recomendaciones finales.
Ambos informes son confidenciales hasta el 14 de julio, día en el que los resultados se publicarán por la revista especializada "The Lancet Oncology" y la web oficial de la OMS.
El pasado mes de mayo la OMS ya señaló que los edulcorantes no son efectivos para controlar el peso a largo plazo y pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo, como el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad en adultos.
Por ello, desaconsejó su uso y señaló que, en general, la gente debe reducir el dulce de su dieta, y debe hacerlo desde edades tempranas para gozar de una mejor salud.
Entre los productos específicos que desaconsejó figuraban el aspartamo y la sacarina, pero también el acesulfamo K, advantame, ciclamatos, neotame, sucralosa, stevia y sus derivados.
Previamente, un estudio publicado en marzo de 2022 en la prestigiosa revista científica “PLOS Medicine” por Charlotte Debras y Mathilde Touvier, del Instituto Nacional Francés para la Salud y la Investigación Médica (Inserm) y la Universidad Sorbonne Paris Nord, sugería que algunos edulcorantes artificiales están asociados con un mayor riesgo de cáncer.
Para evaluar la carcinogenicidad potencial de los edulcorantes artificiales, los investigadores analizaron datos de 102.865 adultos franceses que participaron en el estudio NutriNet-Santé. Y encontraron que aquellos que consumían grandes cantidades de edulcorantes artificiales, en particular aspartamo y acesulfame-K, tenían un mayor riesgo de cáncer en general en comparación con los no los ingerían. Y precisamente estos dos edulcorantes están más presentes que el azúcar industrial en las listas de ingredientes alimentarios. Además, los investigadores observaron mayores riesgos para el cáncer de mama y los cánceres relacionados con la obesidad.
Pese a ser un estudio con limitaciones, los autores concluyeron que "nuestros hallazgos no respaldan el uso de edulcorantes artificiales como alternativas seguras para el azúcar en alimentos o bebidas" y consideraron que sus resultados deberían utilizarse "para la reevaluación en curso de los edulcorantes aditivos alimentarios por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y otras agencias de salud a nivel mundial”.
Este estudio tampoco fue el primero. En 2005 y 2007 la fundación italiana Ramazzini publicó una investigación que pretendía probar la aparición de cáncer en ratas de laboratorio a las que se había administrado aspartamo. Pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) descartó el estudio por su mal diseño y consideró que no demostraba un aumento en la incidencia de tumores.
De hecho, salvo que la OMS dé un golpe de timón, la realidad es que, hasta la fecha, tras décadas de uso generalizado de aspartamo en alimentación (el problema no es la sustancia en sí, sino los productos que resultan de su metabolismo), las agencias que velan por nuestra salud no han observado ninguna relación causa-efecto entre la ingesta de esta sustancia y el desarrollo de tumores en las cantidades en las que se consume actualmente.
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