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Riesgo cardíaco

Esto es lo que puede pasarle a tu corazón por tomar un vaso de leche todos los días

Un estudio advierte que tomar más de 300 mililitros al día se relaciona con un mayor riesgo de infarto. ¿Significa que hay que dejar de consumir esta bebida?

¿Te puede dar un infarto al corazón por beber leche todos los días? Canva

Beber un vaso de leche con lactosa todos los días es una costumbre arraigada en España, pero ¿puede aumentar la probabilidad de que te de un infarto al corazón? Las mujeres que beben más de 300 mililitros de leche al día, que a la práctica sería como tomar algo más de un vaso y medio, presentan un mayor riesgo de sufrir cardiopatía isquémica e infarto agudo de miocardio respecto a aquellas que ingieren menos de esta cantidad, según un nuevo estudio.

El trabajo basado en datos de más de 100.000 adultos en Suecia. Pero, ¿podemos extrapolar los resultados a España? ¿Significa esto que la leche no es sana o que sea mala para la salud? Para entender mejor este trabajo, a continuación desgranamos cómo se ha llegado a esta conclusión y qué opinan expertos independientes a la investigación sueca.

El citado estudio sugiere que, a partir de los 300 mililitros diarios, el riesgo cardiovascular es mayor cuanta más leche se ingiere. Pero, según los resultados, esto solo sucede en mujeres, no en hombres. Otra de las conclusiones más sorprendentes del trabajo es que las mujeres que toman al menos 400 ml al día de leche a lo largo de su vida tienen más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ictus en comparación con las que beben menos.

Así, beber 600 ml de leche al día aumentó el riesgo de sufrir enfermedades de corazón en un 12%. Este porcentaje aumentaba hasta un 21% cuando bebían 800 ml de leche al día. El estudio sugiere tener en cuenta que a lo mejor no tomamos más de dos vasos de leche sola al día, pero es posible alcanzar esta tasa si tomamos cafés con leche. Por otro lado, tomar leche fermentada, como yogur y kéfir, no tiene correlación con estos riesgos, según la investigación que se publica en BMC Medicine.

Por qué la leche podría aumentar el riesgo de infarto

Las enfermedades cardiovasculares, que incluyen infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, afectan a unas 11 millones de personas en España, lo que equivale el 25% de la población. Suelen asociarse a una acumulación de depósitos grasos en el interior de las arterias y un aumento del riesgo de coágulos sanguíneos.

Los investigadores del estudio, de la Universidad de Uppsala (Suecia), sostienen que los azúcares de la leche, denominados lactosa, pueden desencadenar con el tiempo una inflamación de las células del organismo que sobrecargue el corazón. El estudio analizó dos grandes estudios poblacionales en los que participaron 101.000 personas, entre ellas casi 60.000 mujeres y unos 40.000 hombres. Se pidió a los participantes que rellenaran un cuestionario sobre su estilo de vida y su dieta, y se les hizo un seguimiento 33 años después.

Los que consumieron el equivalente a un café con leche grande todos los días durante todo el estudio tenían un riesgo un 5% mayor de sufrir cardiopatías coronarias, como insuficiencia cardiaca, infartos de miocardio e ictus. También se descubrió que cuanta más leche bebían las mujeres, más aumentaba su riesgo cardíaco. Los resultados fueron válidos con independencia del contenido en grasa de la leche (entera, semi o desnatada), ya que las versiones desnatadas presentan el mismo riesgo.

«Una dieta sana es esencial para prevenir las enfermedades cardiovasculares», afirma el autor del estudio, el profesor Karl Michaelsson, en la revista que publicó los hallazgos. En este sentido, indica que cambiar parte de la leche de la dieta por productos lácteos fermentados como el yogur, podría mitigar parte del riesgo porque contienen mucha menos lactosa.

¿La leche es mala para la salud?

Entonces, a la luz de este estudio, ¿la leche es sana o es mala para la salud? Debemos saber que los productos lácteos son fuente rica en proteínas de alto valor biológico, calcio y otros minerales, vitaminas y grasas saturadas. Es por ello que las agencias de salud que promueven el estilo de dieta mediterránea, incluyen la leche de vaca y los derivados lácteos entre los alimentos que debemos tomar todos los días. Por otro, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda optar por leches bajas en grasa y con poco azúcar para lograr un equilibrio saludable en la dieta.

Sin embargo, diversos expertos advierten sobre los efectos negativos de tomar leche de forma diaria para la salud digestiva y cutánea. El último conocido en hacerlo fue el doctor Jaume Fontanals, que a través de sus redes sociales afirmó que la leche puede provocar malestar estomacal, acné y problemas hormonales.

Al respecto del estudio sueco sobre la leche, Esther López-García, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología, afirma para Science Media Center España que «los lácteos no fermentados contienen lactosa, un azúcar que causa problemas digestivos en personas con intolerancia a este nutriente».

«La literatura científica que ha examinado la asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular es amplia. Dos metaanálisis recientes de estudios observacionales concluyeron que el consumo de lácteos se asociaba a menor riesgo de hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria e ictus. En particular, el consumo de lácteos fermentados tenía un efecto más beneficioso», señala.

El estudio que se acaba de publicar llega a «conclusiones contrarias a la evidencia anterior», matiza. «Aunque estos resultados podrían atribuirse a la cantidad de grasa saturada que se ingiere con los lácteos, ya que el consumo de tres productos al día puede aportar una cantidad de grasa saturada en la dieta por encima de lo recomendado, los resultados fueron similares cuando se examinó de forma separada el efecto de los lácteos enteros, semidesnatados y desnatados», analiza.

Así pues, para la experta, una posible explicación a estos resultados puede ser que «el alto consumo de lácteos en este país escandinavo permita observar efectos perjudiciales que no han sido posibles observar en países con consumos menores. Por ello, más que fijarse en estos resultados, conviene adherirse a las actuales recomendaciones dietéticas para la población española, publicadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que sugieren un consumo de hasta tres productos lácteos al día (fermentados si existe intolerancia a la lactosa) como fuente de proteínas y calcio, evitando aquellos con azúcares añadidos y alto contenido en sal».