Opinión
Envejecimiento y músculos (I)
A partir de los 30 años, la masa muscular disminuye entre un 3 y un 8% por década, y esta disminución se acelera después de los 60 años.
Un artículo publicado en «Scientific American» aborda uno de los aspectos cruciales para asegurar un proceso de envejecimiento saludable: la preservación de la masa muscular. Este factor es clave para garantizar una vida prolongada y de calidad.
A medida que envejecemos, es común experimentar una disminución en nuestra masa muscular. Los adultos mayores a menudo enfrentan mayores dificultades para desarrollar músculo en comparación con su infancia y adolescencia. Además, el principio de «úsalos o piérdelos» cobra relevancia cuando se trata de mantener la masa muscular.
Lo que realmente cambia con el tiempo son las conexiones nerviosas con el sistema muscular. Existen evidencias sólidas que sugieren que estas conexiones no se pierden por completo y que es posible volver a entrenarlas.
Diversos factores contribuyen a la pérdida involuntaria de masa muscular relacionada con la edad. Aunque la edad exacta en la que comienza a disminuir la masa muscular varía, muchos notan cambios a partir de los 30 años. Los estudios indican que, a partir de esa edad, la masa muscular disminuye entre un 3 y un 8% por década, y esta disminución se acelera después de los 60 años.
La pérdida de fuerza no solo puede ser frustrante en términos de mantener un nivel de actividad diaria, sino que también puede tener graves repercusiones en la salud. El tejido muscular es un componente dinámico que se renueva a lo largo de toda la vida, en particular el que está presente en brazos y piernas.
Si analizamos quién sufre esta disminución muscular y en qué medida, podemos prever cuestiones cruciales como la esperanza de vida, la vulnerabilidad a enfermedades y la necesidad de hospitalización.