Oncología
Descubren por qué algunos tumores cerebrales no responden a la inmunoterapia
Los glioblastomas no mejoran con este tipo de tratamiento, mientras que sí es efectivo para aquellos que han hecho metástasis en el cerebro
La inmunoterapia ha supuesto un nuevo paradigma en el tratamiento de numerosos tipos de cáncer, incluso en aquellos que, con frecuencia, hacen metástasis en el cerebro, como el melanoma. Sin embargo, hay uno que se sigue resistiendo, el glioblastoma, un tumor agresivo que se origina en el cerebro, que representa entre un 15-17% de todos los tumores cerebrales primarios y que es el más frecuente (50-75%) de los astrocitomas- denominados así porque se originan en las células del encéfalo con forma de estrella, llamadas astrocitos-. Para la ciencia era una incognita el hecho de que este tipo de terapia funcionara en unos tipos del tumor cerebral si y en otros no.
Ahora, investigadores del Centro Oncológico Integral Jonsson de la Universidad de California Los Ángeles(UCLA), en Estados Unidos, han desvelado algunas de las claves que pueden explicarlo. Según su trabajo, publicado en el Journal of Clinical Investigation, en personas con tumores originados en otras partes del cuerpo pero que se han extendido al cerebro, el tratamiento con un tipo de inmunoterapia denominada bloqueo de puntos de control inmunitarios- que funciona aprovechando el sistema inmunitario del organismo para destruir las células cancerosas- parece provocar un aumento significativo de células T tanto activas como agotadas- es decir, con signos de que se han activado para luchar contra el cáncer-. La razón de que no ocurra lo mismo en las personas con glioblastoma es que las respuestas inmunitarias antitumorales se inician mejor en los ganglios linfáticosde drenaje situados fuera del cerebro, y ese proceso no se produce de forma muy eficaz en los casos de glioblastoma.
"Si vamos a intentar desarrollar nuevas terapias para tumores sólidos, como el glioblastoma, que no suelen responder bien, tenemos que entender qué tipos de tumores responden bien y conocer los mecanismos por los que esto ocurre", afirmó el autor principal del estudio, Robert Prins, profesor de Farmacología Molecular y Médica y de Neurocirugía en la Facultad de Medicina David Geffen, de la UCLA.
Los investigadores estudiaron las células inmunitarias obtenidas de nueve personas con tumores cerebrales metastásicos que habían sido tratadas con el bloqueo de los puntos de control inmunitario y compararon sus observaciones con las células inmunitarias extraídas de 19 pacientes con metástasis cerebrales que no habían sido tratados con inmunoterapia. Para ello, usaron una técnica denominada secuenciación unicelular del ARN, para examinar el material genético de ambos conjuntos de muestras y, a continuación, compararon los datos con análisis previamente publicados de 25 tumores de glioblastoma recurrentes para comprender mejor el efecto que la inmunoterapia tenía sobre las células T. "En realidad, tratábamos de averiguar qué células inmunitarias cambian en los tumores más sensibles para explicar mejor la mayor tasa de respuesta al tratamiento -explicó Lu Sun, coautor del estudio y científico del proyecto en el departamento de Neurocirugía de la Facultad de Medicina Geffen". "Ningún estudio había examinado antes de forma exhaustiva el efecto diferencial del tratamiento con bloqueo de puntos de control inmunitarios en estos dos tipos de tumores cerebrales", añadió.
Lo que descubrieron fue que, en los tumores que se habían extendido al cerebro, las células T tenían características específicas asociadas a la lucha contra los tumores que entraban en el cerebro, probablemente debido a que, antes de llegar a este órgano, se activan en los ganglios linfáticos. Durante este proceso de activación, un tipo de células inmunitarias- las células dendríticas- comparten información sobre el tumor con las células T para que puedan atacarlo mejor. Sin embargo, este paso previo no se produce en el caso de los glioblastomas. Los investigadores también evidenciaron que un subgrupo específico de esas células T agotadas se asociaba a una mayor supervivencia global en personas cuyo cáncer había hecho metástasis en el cerebro.
"Encontramos una diferencia bastante significativa entre los dos tipos de tumores cerebrales y cómo responden a las inmunoterapias -destacó el Won Kim, autor del estudio, director quirúrgico del programa de metástasis cerebrales de UCLA Health y miembro del Centro Oncológico Jonsson-. "Tras la inmunoterapia se halló un número enorme de linfocitos T en las metástasis cerebrales, y aunque el número de linfocitos T también aumentó en los pacientes con glioblastoma, no fue ni de lejos de la misma magnitud".
Por su parte, Prins, resaltó que ese hallazgo "sugiere que potenciar la activación y presentación de las células T por parte de las células dendríticas podría ser una posible estrategia de tratamiento". En futuros estudios, los investigadores planean analizar los datos de un grupo más amplio y uniforme de personas a las que se diagnosticó un melanoma que se había extendido al cerebro.
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