La micropigmentación es un tipo de tatuaje en el que, en lugar de tintas, se emplean pigmentos que son minerales. Estos se depositan en la piel, en la dermis superficial. Para ello se emplean unas máquinas llamadas dermógrafos y se usan agujas para depositar ese pigmento. A diferencia del tatuaje, la micropigmentación está indicada en pieles sensibles, quemadas, radiadas o con cicatrices, entre otras, ya que es menos agresiva que un tatuaje convencional y lesiona menos la piel.

1. ¿Cómo se realiza?

Esta técnica es mínimamente invasiva, pero hay que tener en cuenta que se emplean agujas para realizarlo y, por lo tanto, se genera una pequeña herida, de ahí la importancia de realizar este tipo de procedimiento en un centro sanitario, y por personal debidamente formado y acreditado para ello, con las máximas medidas de asepsia, para evitar infecciones. Las agujas que se emplean son desechables y de un solo uso. Estas técnicas no deberán realizarse en el domicilio.

2. ¿Cuánto dura?

Puede variar, ya que con el tiempo va desapareciendo el color. Lo normal es que tenga una duración de hasta cinco años sin llegar a perder todo el color, de ahí la importancia de los retoques en el tiempo.

3. ¿Cuáles son los objetivos

Empleamos este tratamiento estético para mejorar la calidad de vida de las personas. Se usa en cicatrices de cirugías o de traumatismos que han quedado en el rostro o en diferentes zonas del cuerpo, para reconstruir la areola mamaria tras una mastectomía en una persona que ha tenido cáncer de mama, simular pelo en las cejas en personas que van a pasar o han pasado por un tratamiento oncológico y se enfrentan como consecuencia a una pérdida de cabello, reconstruir y dar forma en rostros quemados. Hay pacientes que, como consecuencia de una quemadura grave, han perdido vello en la cara, como pueden ser las cejas o la barba; tienen deformaciones en la zona labial o en el contorno de los ojos.

4. ¿Qué cuidados hay que tener tras una micropigmentación?

Hay que llevar a cabo unos cuidados, ya que se produce una pequeña herida y hay que evitar que se infecte. Los primeros tres, cuatro días se lavará con solución salina y se aplicará una pomada regeneradora epitelizante y, dependiendo de la zona, se dejará tapado o al descubierto. Se evitará el contacto directo con el jabón. A los cuatro días habrá una leve pérdida de color. Este no se estabilizará hasta que hayan pasado al menos tres o cuatro semanas. A partir del cuarto día, se empleará mucha crema hidratante y regeneradora, y si se expone al sol, también protector solar. Al mes, se realizará un repaso. En pacientes oncológicos, la micropigmentación de cejas es más segura frente al microblading (que son cortes). Y es preferible hacerla al menos dos días antes del primer ciclo. En personas mastectomizadas –debido a las características de la piel, las revisiones y tratamientos de radiodiagnóstico– el tratamiento de elección es la micropigmentación frente al tatuaje, ya que la tinta puede interferir en pruebas de radiodiagnóstico. La valoración de la enfermera sobre el tipo de piel, las características de cada paciente o la enfermedad que presentan estos, determinará el tratamiento o la práctica que mejor se adapte a sus condiciones.