Medicina deportiva
El codo de tenista, más frecuente en veteranos y trabajadores
Hasta el 7% de la población sufre epicondilitis lateral, una lesión que puede recuperarse en 3-6 meses
La epicondilitis lateral, popularmente conocida como el codo de tenista, es una lesión que provoca dolor en la parte externa del codo por el sobreesfuerzo. En este deporte se produce fundamentalmente por el golpe de revés.
«Es una lesión común entre los tenistas, especialmente en aquellos de edad avanzada y en jugadores aficionados. En general, las lesiones de codo afectan al 27,9% de los tenistas de diferentes edades, al 51,8% de los tenistas profesionales y al 63,6% de los tenistas veteranos. En los jugadores veteranos, esta es la patología más habitual. Sin embargo, en el tenis profesional, no es tan común, predominando en cambio la epicondilitis medial, también conocida como “codo de golfista”», explica el Dr. Ignacio Pérez Buendía, traumatólogo deportivo de la Clínica Tenis Teknon, días previos a la celebración de las finales de la Copa Davis y de Billie Jean King Cup, competiciones de las que Quirónsalud es proveedor oficial de los servicios médicos.
Pero esta lesión no se limita a los deportistas. «Es frecuente en otras profesiones que implican el uso repetido del teclado o movimientos que generen hiperextensión de la muñeca y los dedos, como es el caso de los trabajos manuales», añade el doctor. De hecho, a pesar del nombre con el que se conoce este síndrome, los deportes de raqueta o el golf son la causa directa de tan solo el 5% de los casos.
«Aunque fue documentada en tenistas, afecta al 3-7% de la población y más frecuentemente a pintores, mecánicos, peluqueros, jardineros, carpinteros, carniceros, amas de casa, personal de oficina, etc.», explica el doctor Rafael López Arévalo, jefe del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Málaga, centro de referencia ante cualquier prueba diagnóstica y asistencia sanitaria necesaria para la detección de posibles lesiones.
La epicondilitis suele ser el resultado de lesiones causadas por movimientos repetitivos de los músculos extensores localizados en el antebrazo, principalmente del músculo extensor radial corto del carpo, precisa el doctor López.
«Los pequeños traumas que se producen sobre este grupo muscular –prosigue el especialista– dan lugar a procesos de reparación no eficaces generando un tejido reparado de poca calidad con incluso neoformación ósea y proliferación vascular».
Tratamiento
Si se es deportista, lo primero que hay que hacer es «analizar la empuñadura de la raqueta con un experto en la materia, también hay que valorar la técnica deportiva, y corregir movimientos anómalos analizando todos los gestos deportivos, en el caso del tenis, el revés, es el más involucrado», recomienda el doctor López Arévalo.
En general, «el tratamiento para el codo de tenista varía según la gravedad de la lesión. Incluye fisioterapia con técnicas como diatermia (aplicación de calor profundo), punción seca, masoterapia (masaje terapéutico) y ondas de choque (terapia de ondas acústicas de alta energía) para reducir el dolor, mejorar la circulación sanguínea y promover la regeneración del tejido», detalla el doctor Pérez Buendía.
«También se pueden dar diversas in infiltraciones, incluidas terapias regenerativas. Y en los casos en los que estos tratamientos no sean efectivos, se puede recurrir a la cirugía», añade el traumatólogo de la Clínica Tenis Teknon.
«El uso de un codera epicondílea también puede ayudar. Tenemos técnicas más intervencionistas pero útiles como las infiltraciones de plasma rico en plaquetas (PRP) que cuentan con un nivel de evidencia considerable», incide el doctor López, que aconseja «intentar evitar las inyecciones de corticoides, a lo sumo una, pero se ha demostrado que su uso continuado no beneficia».
Respecto a los ejercicios de readaptación y reeducación, el doctor Pérez Buendía asegura que «mejoran la fuerza, flexibilidad y resistencia de los músculos extensores de la muñeca y los dedos, aliviando la carga sobre el tendón afectado. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento progresivo se combinan con un enfoque en la corrección de la técnica deportiva o laboral, para evitar que la lesión se repita».
También es importante dar tiempo a que la lesión se recupere. Así, «aunque no se suele recomendar un reposo total, es importante reducir o adaptar las actividades que generen dolor en la muñeca o el codo, permitiendo que el tendón se recupere progresivamente», añade Pérez Buendía.
Es muy difícil saber cuándo el paciente estará 100% recuperado, ya que depende de cómo responda a los tratamientos, técnicas que ya se hayan empleado, etc. Pero por regla general, «si es un caso leve puede recuperarse entre tres y seis meses y hasta seis meses en los casos más complicados», resume el doctor Pérez Buendía.