La enfermedad celiaca afecta a las personas que no toleran el gluten, una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la avena, la cebada o el centeno. Al consumirse, el gluten daña el intestino delgado de los celiacos y altera la absorción de vitaminas, minerales y nutrientes en su organismo. Como consecuencia de todo lo anterior se pueden derivar numerosos síntomas, desde problemas digestivos hasta fatiga, problemas de piel o deficiencias nutricionales.

Hay muchísimos alimentos sin procesar absolutamente libres de gluten y que los celiacos pueden consumir con absoluta normalidad, como la verdura, la fruta, el pescado, la carne, el pollo, los lácteos, los mariscos, las hortalizas, las legumbres, los huevos, los frutos secos...etc. La lista de alimentos que un celiaco puede comer sin miedo es muy grande. Pero claro, la elección de estos alimentos no es tan sencilla si se trata de productos procesados... y sobre todo, de ultraprocesados.

Una parte muy importante de la cesta de la compra del consumidor español medio contiene gluten o trazas del mismo. Hay algunos alimentos con los que hay que ser especialmente cuidadosos, como la cerveza, la pasta, los helados, las golosinas… o los rebozados y los empanados. Pero también hay que ser prudentes a la hora de echar cualquier producto mínimamente procesado a la cesta de la compra. Y es importante consultar antes el etiquetado de cualquiera de estos productos, porque pueden contener gluten.

Incorporar esta precaución a la hora de hacer la compra puede suponer un gasto considerable al final del año. Cuando calculamos el agregado anual de los productos específicos y libres de gluten que las personas celiacas deben consumir encontramos que la diferencia de precios entre la cesta de la compra de productos con gluten y sin gluten se sitúa en 538,98 euros más al año para los celiacos. Esta diferencia existente entre los productos con y sin gluten se debe principalmente al mayor coste de las materias primas utilizadas en la producción sin gluten, en la necesidad de controles de calidad que garanticen la seguridad alimentaria del producto final, … y otros muchos gastos extra que tampoco se pueden obviar.

De acuerdo con los datos aportados por el “Informe de precios específicos para personas celiacas 2023”, publicado por la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), una familia con una persona celiaca entre sus integrantes gasta anualmente una media de 1.536,83 euros en productos específicos, 538,98 euros más que lo que paga el público general por los alimentos o productos genéricos, que suma un total de 997, 85 euros al año. O lo que es lo mismo: las personas celiacas gastan en torno a 11,23 euros más a la semana o 44,92 euros al mes que el público general. Y esta cantidad puede verse duplicada o triplicada si hubiera más de un integrante con la enfermedad celiaca en el núcleo familiar.

Una disminución sostenida

La buena noticia para los celiacos es que cada vez más gente en España se apunta a la moda de hacer una dieta sin gluten… bajo la falsa creencia de que los productos sin gluten son más beneficiosos para la salud o que incluso favorecen a la pérdida de peso… algo que, según expertos nutricionistas es un error.

Basta con dar un paseo por cualquier supermercado para observar hasta qué punto se han puesto de moda los alimentos etiquetados como “gluten free”. Y es que, según la Asociación de Celíacos de Cataluña, el 30% de la población actúa como si fuesen celiacos cuando -en realidad- solo un 1% de los europeos padece este trastorno. Esta masiva transformación en los hábitos de consumo de los españoles (y de los occidentales, en general), ha provocado que muchas empresas se hayan lanzado a explotar este “filón consumista”. De hecho, los productos alimenticios ya no son los únicos que se promocionan de esta forma. Cada vez son más los sectores que se han sumado a esta moda para promocionar sus artículos sin gluten.Es el caso de los cosméticos, por ejemplo.

Y esto es una buena noticia para los celiacos porque la competencia por hacerse con este “target” de celiacos y de no celiacos que consumen como si lo fueran es cada vez más grande. Y en consecuencia cada vez son más los productos específicos que se ofrecen… y cada vez son más baratos (en comparación con la cesta de la compra del consumidor medio). En el gráfico anterior se puede observar cómo los costes específicos que deben soportar las personas celiacas ha sufrido una disminución sostenida desde el año 2009, que es cuando empezó a realizarse el estudio. En varios momentos de este periodo, la cesta de la compra de los celiacos fue hasta 1.600 euros superior.