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Bloqueo cautelar, la herramienta del farmacéutico que mejora la seguridad del paciente

►Esta aplicación evita riesgos potenciales de los medicamentos

La farmacéutica Begoña Ruiz Ayestarán atiende a un paciente en su oficina ubicada al sur de Madrid
La farmacéutica Begoña Ruiz Ayestarán atiende a un paciente en su oficina ubicada al sur de MadridDAVID JARLA RAZÓN

En muchas ocasiones los medicamentos curan patologías y, cuando eso no es posible, al menos alivian los síntomas y reducen el riesgo de complicaciones graves. Sin embargo, mal empleados, los fármacos también pueden convertirse en un serio problema para la salud. Y es ahí cuando el papel del farmacéutico resulta determinante a la hora de vigilar la seguridad del paciente.

Pero no puede hacerlo solo. La unión hace la fuerza y la simbiosis entre médico y farmacéutico es un tándem que beneficia enormemente al ciudadano. Buena prueba de ello es la campaña de seguridad de la medicación del paciente en la Comunidad de Madrid, puesta en marcha por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) y la Consejería de Sanidad de la región, que está reforzando la comunicación entre ambos profesionales sanitarios para detectar y evitar riesgos potenciales en el uso de los medicamentos.

En concreto, gracias a esta campaña el farmacéutico comunitario revisa, junto con el paciente y en el momento de la dispensación, los tratamientos farmacológicos prescritos en su receta electrónica para garantizar la necesidad, seguridad y efectividad de los medicamentos que está tomando. «Esto es algo que los profesionales de la farmacia realizamos de manera rutinaria, siempre con el objetivo de mejorar la información que recibe el paciente, evitar potenciales errores, favorecer la adherencia al tratamiento y aumentar la seguridad si hubiera interacciones o incompatibilidades entre fármacos. Ahora, gracias a esta campaña, tenemos la posibilidad de medir el impacto que tienen estas acciones invisibles», explica Begoña Ruiz Ayestarán, una de las colegiadas distinguidas por el COFM por su contribución a impulsar esta iniciativa.

Receta electrónica

El quid de la cuestión de esta campaña reside en potenciar el empleo de la herramienta «bloqueo cautelar» que se encuentra en el entorno de la receta electrónica. «Esta herramienta ya existía, pero apenas se usaba entre los profesionales de la farmacia. Sin embargo, es un instrumento de comunicación muy eficaz para poner en contacto al farmacéutico con el médico de atención primaria en caso de que existan ciertos problemas de seguridad más o menos graves. Así, a través de una conversación directa con el paciente, el farmacéutico puede actualizar sus tratamientos e incluso si es necesario llegar a bloquear la prescripción de alguno de los fármacos. En este caso, el bloqueo no supone la desactivación de la prescripción, pero al médico le llega una notificación o alerta en su sistema informático que le informa de esta incidencia. La revisión es sencilla y ágil y es el médico quien tiene la última palabra sobre si modifica, retira o mantiene dicha prescripción», explica Óscar López Moreno, vicepresidente primero del COFM.

A tenor de los números recabados, la campaña es todo un éxito: «Los registros obtenidos de las incidencias detectadas y comunicadas por las oficinas de farmacia desde el día 1 de mayo de 2023 hasta el 30 de noviembre de 2024 han sido de 9.520 notificaciones, con un total de 1.100 farmacias, lo que supone el 36,6% del total de las oficinas activas en la Comunidad de Madrid», detalla López Moreno, quien explica que «se han realizado formaciones entre los farmacéuticos interesados y esta posibilidad sigue activa para ampliar el radio de acción».

Protección y ahorro económico

Si se observan con lupa los datos se desprende que la mayoría de las notificaciones registradas son porque el paciente, tras la revisión de las prescripciones junto con el farmacéutico, es consciente de que en receta electrónica persisten tratamientos antiguos que ya no está utilizando y que no toma porque han sido sustituidos por otros más actuales o duplicados. «Se han notificado 6.735 incidencias de este tipo, lo que supone el 70% del total. Esto mejora la seguridad del paciente, porque reduce el riesgo de que tome fármacos que ya no necesita, pero también tiene un gran impacto en la sostenibilidad y en la eficiencia del sistema, ya que son fármacos que dejan de retirarse y, por tanto, suponen un ahorro económico», argumenta el vicepresidente primero del COFM.

La segunda cuestión más habitual para lanzar un bloqueo cautelar ha sido por un error manifiesto. En concreto, se ha informado de 1.126 errores de este tipo «que se producen porque, en el momento de la prescripción, no se ha tenido en cuenta la pauta posológica correcta del medicamento, y se prescriben un número elevado de envases para un periodo de 28 días», explica la farmacéutica Ruiz Ayestarán. Y le sigue muy de cerca lo que los profesionales denominan duplicidad terapéutica, con un total de 1.021 notificaciones. «Esto es frecuente, sobre todo desde que se generalizó la consulta telefónica. Puede pasar que diferentes médicos hayan recetado un fármaco similar y ambos se mantengan, poniendo el riesgo al paciente si toma todos, sobre todo en personas mayores polimedicadas y más vulnerables», reconoce Ruiz Ayestarán. Por su parte, los casos de alergia y riesgo grave son minoritarios, con unas 500 notificaciones en total.

La otra cifra que confirma la utilidad de la campaña es que «un 90% de los bloqueos propuestos han sido aceptados por los médicos, lo que demuestra que eran pertinentes para mejorar la atención del paciente. Por eso, la intención es seguir impulsando esta herramienta para que el 60% de las farmacias que todavía no se han atrevido a usarla den el paso, pues esto redunda en la seguridad del paciente», concluye López Moreno.