Alimentación
Ataques cardiacos: el peligroso efecto secundario de las dietas más populares
Un estudio publicado en 'Circulation' alerta de que la desinformación que promueven las influencers sobre nutrición ha alcanzado «niveles críticos»
¿Cuál es la mejor dieta para el corazón? ¿Y cuáles lo ponen en riesgo a pesar de la promoción que reciben en redes sociales por parte de famosas e influencers? Expertos en salud cardiovascular de EE UU han emitido una declaración científica que, por primera vez, analiza en qué medida diez pautas de alimentación populares se adhieren a las características de la guía dietética de la Asociación Estadounidense del Corazón. Las conclusiones se publican hoy en Circulation.
Los autores explican que uno de los objetivos del informe es contrarrestar la desinformación generalizada sobre nutrición que promueven los libros de dietas, los blogs y los usuarios de TikTok, Instagram y Twitter, donde en los últimos años han aumentado las publicaciones que promueven las dietas keto o cetogénica y paleo o paleolítica. "La cantidad de desinformación que ha proliferado en las redes sociales ha alcanzado niveles críticos", advierte Christopher D. Gardner, director de estudios sobre nutrición del Centro de Investigación sobre Prevención de Stanford y presidente del comité que redactó el informe.
"Es probable que el público, incluso muchos profesionales de la salud, estén confundidos con la alimentación cardiosaludable, y con razón", añade, y prosigue: "Probablemente, muchos de ellos piensen que no cuentan con la formación o el tiempo necesarios como para evaluar las características de las distintas dietas. Esperamos que esta declaración sirva como una herramienta para que médicos y público comprendan cuáles promueven una buena salud cardiometabólica".
La salud cardiometabólica con los factores que el metabolismo y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Incluyen glucosa en sangre, colesterol, presión arterial y peso corporal.
Qué dietas son mejores y peores para la salud cardiaca
El informe, redactado por un equipo de científicos especializados en nutrición, cardiólogos, dietistas y otros expertos en salud, analizó 10 dietas para averiguar cuáles son mejores y peores para el corazón. Estas fueron:
- Dieta DASH: sus siglas corresponden en inglés a Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión. Es baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas, nueces, semillas y proteínas magras.
- Dieta mediterránea: este patrón limita los productos lácteos; destaca los alimentos de origen vegetal como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas. Incluye pescados grasos, carne magra, aceite de oliva virgen extra, así como un consumo moderado de vino tinto.
- Dieta vegetariana-pescetariana: una pauta alimenticia basada en plantas que incluye pescado.
- Dieta ovolacto-vegetariana: patrón de alimentación basado plantas que incluyen huevos (ovo-vegetariano), productos lácteos (lacto-vegetariano) o ambos (ovo-lacto-vegetariano).
- Estilo vegetariano o vegano:patrón de alimentación basado en plantas que no incluye productos de origen animal.
- Dieta baja en grasas: limita la ingesta de grasas a menos del 30% de las calorías totales.
- Dieta muy bajo en grasas: limita la ingesta de grasas a menos del 10% de las calorías totales, incluidas las dietas Ornish, Esselstyn, Pritikin o McDougal.
- Dieta baja en carbohidratos: limita los carbohidratos al 30-40 % de la ingesta calórica total, como la dieta South Beach, Zone o dietas de bajo índice glucémico.
- Dieta paleolítica o Paleo: excluye cereales integrales y refinados, legumbres, aceites y productos lácteos.
- Dieta cetogénica o keto/Dieta Atkins o dieta muy baja en carbohidratos: limita la ingesta de carbohidratos a menos del 10% de las calorías diarias.
Los expertos evaluaron en qué medida se ajustan cada una de ellas a 9 de las 10 directrices sobre alimentación cardiosaludable de la Asociación Estadounidense del Corazón. Estas están basadas en datos procedentes de décadas de ensayos controlados, investigaciones epidemiológicas y otros estudios.
Para ello, otorgaron puntos en función de la adherencia a cada factor de la guía, siendo el máximo 1 si se cumple la directriz completamente y 0 si no lo cumple. Las puntuaciones resultantes se ajustaron para llegar a una calificación entre 0 y 100, donde 100 es el cumplimiento más cercano a la guía dietética.
Los cuatro planes de alimentación mejor valorados o de Nivel 1 (puntuaciones superiores a 85 puntos) fueron la dieta DASH (con 100), la pescetariana (92 puntos), la dieta mediterránea (89 puntos) y la vegetariana (86 puntos). No es de extrañar, ya que tienen en común que son las más variadas y equilibradas de todas.
Aunque presentan pequeñas diferencias, también comparten algunos denominadores comunes: el fomento de los productos frescos, los cereales integrales, las legumbres y otras plantas y los alimentos integrales. "La conclusión a la que llegamos entre estas dietas es que todas están bien y son muy coherentes con una dieta cardiosaludable", dice Gardner.
En el Nivel 2 (puntación 75-85) se sitúan las dietas veganas y bajas en grasas, basadas en el consumo de verduras, frutas, cereales integrales y legumbres. Sin embargo, la Asociación explicó que son bastante restrictivas y pueden resultar difíciles de seguir para muchas personas. La dieta vegana, en particular, puede aumentar el riesgo de desarrollar una deficiencia de vitamina B12 y otros problemas.
En el Nivel 3 (puntuaciones 55-74) se encuentran las dietas muy bajas en grasas y baja en carbohidratos. Esto es porque no contienen grupos de alimentos que se destacan en la guía de la Asociación del Corazón. Ni nueces, ni aceites vegetales, ni vitamina B12 ni ácidos grasos esenciales, ni proteínas y, en el caso de las bajas en carbohidratos, tampoco frutas.
Por último, la Asociación Cardiaca otorgó las puntuaciones más bajas a algunas de las dietas más populares que se promocionan en las redes sociales. Entre ellas se incluyen regímenes muy bajos en carbohidratos como las dietas Atkins y cetogénica (31 puntos) y la dieta paleo (53 puntos), pero muy promocionadas para perder peso y respaldadas por muchos famosos.
Dieta keto y paleo, las peores para el corazón
El informe señala que las dietas Atkins y keto o cetogénicas exigen limitar muchos carbohidratos "saludables" que se ajustan a los principios dietéticos de la Asociación Cardiaca.
Algunos estudios han descubierto que las dietas muy bajas en carbohidratos pueden ayudar a perder peso y mejorar ciertos marcadores de salud metabólica. Pero el informe de la Asociación Cardiaca señala que estas mejoras tienden a ser de corta duración y que a menudo provocan un aumento de los niveles de colesterol LDL ("malo"), lo que puede aumentar el riesgo de cardiopatías.
De hecho, un estudio reciente presentado en el Congreso Mundial de Cardiología mostró que las dietas similares a la keto pueden acarrear el doble de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como angina de pecho, obstrucción de las arterias, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares
El informe detectó problemas similares con la dieta paleo, que excluye todos los alimentos a los que no tenían acceso nuestros antepasados cazadores-recolectores, incluyendo cereales y productos de la agricultura moderna. Este patrón ha sido criticado porque a menudo se interpreta como "todo lo que puedas comer" hacia la carne roja, desde filetes y hamburguesas hasta bacon y embutidos procesados. Es el caso de la cuenta de TikTok, el Rey del Hígado, que anima a basar nuestra alimentación en vísceras de animales.
A pesar de que algunas dietas obtuvieron puntuaciones bajas, el informe concluyó que todas las dietas de todos los niveles tenían cuatro cosas positivas en común: animaban a la gente a comer alimentos integrales, más verduras sin almidón, menos azúcar añadido y menos cereales refinados. "Si consiguiéramos que los estadounidenses hicieran esas cuatro cosas, avanzaríamos mucho hacia una dieta sana para todos", afirma Gardner.
Sin dieta, pero con cabeza
Las directrices de la asociación cardiaca aconsejan consumir una amplia variedad de frutas y verduras, cereales integrales como el arroz integral, el bulgur y la avena cortada, así como cortes magros de carne y alimentos como el aceite de oliva, los aceites vegetales y el marisco, rico en proteínas y ácidos grasos omega-3 cardiosaludables.
El grupo recomienda limitar los alimentos salados, azucarados, muy procesados o elaborados con harina blanca y otros cereales refinados. Se trata de refrescos, pan blanco, pasta blanca, galletas, pasteles, bollería y carnes procesadas como salchichas, embutidos y fiambres.
En cuanto al alcohol, las pruebas de que aporta beneficios cardiovasculares son cuestionables. La asociación cardiaca afirma que las personas que no beben no deberían empezar a hacerlo, y que si beben, deberían limitar su consumo.
En cualquier caso, cuando vayamos a comenzar a seguir una dieta de cualquier tipo, es recomendable consultar con un médico especialista o un nutricionista que analice nuestro caso de manera individual.
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