Pacientes
¿Cómo frenar el avance de la enfermedad renal crónica?
A través de un análisis de sangre, de orina o una ecografía renal se puede detectar esta patología. Y para prevenir, es crucial una dieta baja en sal, el ejercicio y evitar los productos de herbolario con aristolochia
La enfermedad renal crónica es la pérdida progresiva de la función de los riñones. En una etapa inicial no presenta prácticamente síntomas y puede ser tratada si se diagnostica a tiempo. Pero en fases donde la patología esté más avanzada, la persona puede necesitar diálisis o un trasplante de riñón. Por eso es muy importante detectarla a tiempo.
Para ello, existen tres herramientas diagnósticas fundamentales: el análisis de sangre, el de orina y la ecografía renal. Así, el primero, «con medida de la creatinina permite conocer el porcentaje de función renal, el de orina con medida de albúmina (una proteína producida por el hígado) posibilita detectar la enfermedad antes de que se pierda la función renal y, por tanto, intervenir más tempranamente, y en el caso de la ecografía renal, esta facilita el diagnóstico de enfermedades como la poliquistosis renal, antes de que aparezca la albúmina en la orina o se pierda la función renal», tal y como detalla el doctor Alberto Ortiz Arduan, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión de la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid. Y resulta crucial, ya que se espera que sea la sexta causa de muerte en 2040 en España y la segunda, tras el alzhéimer, en 2100, según el estudio «Global Burden of Disease».
En cuanto a la prevención, como a día de hoy no hay herramientas para regenerar los riñones y los síntomas suelen ser tardíos (se orina poco, se pierde el apetito, se tienen náuseas, cansancio...), es muy importante vigilar «la dieta, sin exceso de sal ni de fosfatos, y realizar ejercicio diario, puede ser caminar, para mantener un peso adecuado, ya que el sobrepeso y la obesidad facilitan la diabetes y la hipertensión que dañan los riñones», explica el doctor.
También hay que controlar la tensión arterial y la diabetes en caso de tenerla. Además, si se tienen piedras en los riñones resulta importante ingerir agua para mantener un volumen de orina de dos o tres litros al día.
A estas recomendaciones que detalla el doctor hay que añadir «no fumar, porque daña los riñones; evitar en lo posible el consumo crónico de fármacos tóxicos para los riñones y los productos de herbolario sin una garantía de calidad CE. En China, los productos de herbolario que contienen aristolochia son una causa relativamente frecuente de necesitar diálisis y en Europa ha habido varias ‘’epidemias’' ligadas a productos de herbolario con aristolochia y que no siempre advertían de ello en la etiqueta».
Por último, el doctor recuerda que es importante llevar una salud gestacional adecuada que disminuya el número de prematuros y bajo peso al nacer, ya que «estos bebés presentan un menos número de nefronas que son las unidades filtrantes del riñón».
Y una vez desarrollada la enfermedad renal crónica, el paciente será tratado con fármacos que enlentecen la pérdida de función renal y que disminuyen su impacto negativo sobre la salud cardiovascular, lo que reduce el envejecimiento acelerado y la muerte prematura características de esta patología.
Unas recomendaciones esenciales, ya que «ahora en España hay unas 60.000 personas en tratamiento renal sustitutivo; es decir, 60.000 personas que hubieran muerto en pocos días si no se les hubiera sustituido la función renal mediante diálisis o trasplante. De ellos la mitad están trasplantados. Y en 2100 se espera que haya entre 250.000 y un millón de personas en diálisis o trasplante. Hay que tener en cuenta que para entonces se estima que la población española rondará los 25-30 millones de personas. Y dadas las limitaciones en el número de donantes de riñón, y salvo que se descubran nuevas tecnologías disruptivas, la mayoría de esas personas estarán en diálisis».
Comer de mercado, no de súper
Una persona con insuficiencia renal ha de «comprar los alimentos crudos y procesarlos en casa. Esto limitará la cantidad de sal y de fosfatos que se ingieren con los alimentos procesados. Por lo demás, la dieta mediterránea es ideal para conservar la salud de los riñones», explica el doctor Ortiz, que recuerda que «toda bebida que no sea agua puede contener calorías vacías, esto es, calorías que nos engordan pero que no nos alimentan». Además, es importante «combinar una alimentación sana con ejercicio moderado».
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