Biblioteca Harley-Davidson

Test de biología

Que un ministro de Justicia desconozca un principio tan básico que afecta a su negociado intuye que en nuestro país no tenemos verdaderamente un Fiscal General del Estado.

El ministro Bolaños… ¿es un invertebrado? No quisiera resultar irrespetuoso, pero antes de que la pregunta aparezca algún día en la parte biológica del examen de la PAU, podríamos intentar recabar unas cuantas pruebas que aclaren ese extremo para facilitar la tarea a nuestros futuros universitarios.

A favor de la tesis de que sea un protozoo unicelular tenemos el implacable dato de su actividad cerebral. Son de todos conocidas sus declaraciones oficiales intentando exculpar al fiscal general diciendo que no puede ser delito decir una verdad. Lo cual, en boca de un ministro de Justicia, es una barbaridad tan monumental que todos los huesos de los jueces que en la Historia han sido (desde el código de Hammurabi) se remueven en sus tumbas. Obviamente existen leyes al respecto y si, para manifestar una verdad, yo vulnero la confidencialidad oficial de unos datos personales que se me han confiado, estoy delinquiendo. Siempre se podrá defender igual cualquier verdad sin vulnerar la ley; ningún fin justifica los medios. Que un ministro de Justicia desconozca un principio tan básico que afecta a su negociado puede resultar una prueba de que, efectivamente, quizá estemos en presencia de un molusco.

Yo conozco muchas verdades, pero no puedo publicarlas en esta columna sin riesgo de vulnerar la ley, a no ser que respete las reglamentaciones sobre intimidad y confidencialidad vigentes que están reguladas de una manera concreta. Que al ministro se le vea preocupado habla en favor de la posibilidad de que posea unas conexiones cerebrales superiores a un crustáceo. Porque demuestra que, al igual que todos los españoles, intuye que en nuestro país no tenemos verdaderamente un Fiscal General del Estado.

Pero hasta que no despeje de una manera clara esas dudas resultará inevitable que, cuando comparezca para hacer declaraciones en público, a todos nos resulte casi imposible dejar de pensar: «Mira, ahí viene Bob Esponja».