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Sin Perdón

Sánchez amenaza con otra declaración institucional

«Ahora nadie en la izquierda recuerda aquello de “in vigilando” que se exigía al PP»

No comparto la afición por las declaraciones institucionales. Es una fórmula que debería restringirse a cuestiones extraordinarias. Estamos ante la expresión de un caudillismo inaceptable en una democracia. Lo peor es que no solo lo hace el presidente del Gobierno, sino que se ha extendido entre el resto de los líderes. Uno de los aspectos fundamentales en una democracia es la rendición de cuentas y someterse al escrutinio de los medios de comunicación. Es algo que no le gusta a Sánchez, aunque es lo contrario de lo que defendía en la oposición. Por cierto, los medios sanchistas no levantan la voz ante esta anomalía democrática. Esto se acabará el día que nadie recoja lo que diga Sánchez o cualquier otro político que utilice el plasma. A esto se une la arbitrariedad de la política mediática de La Moncloa que se sustenta en el más escandaloso de los clientelismos. Los amigos del millonario lobista José Miguel Contreras, que dirige con mano férrea la estrategia propagandística del sanchismo, reciben un trato de privilegio. Mientras se intenta amordazar a los medios desafectos con el régimen y se les retira la publicidad, se riega con millones a los que apoyan al sanchismo.

El aparato propagandístico monclovita, que pagamos todos los españoles, ha anunciado que Sánchez nos deleitará este lunes con una nueva declaración institucional. No creo que anuncie otros cinco días de descanso para pensar en su futuro, que presente su renuncia o que convoque elecciones anticipadas. No somos Alemania y tenemos que asumirlo. El sanchismo nos retrotrae a lo peor de la izquierda populista iberoamericana. Eso de asumir responsabilidades es solo para los del PP. No hay más que ver la armada mediática sanchista reclamando día tras día la renuncia de Mazón mientras loan las virtudes de nuestro egregio presidente y sus colaboradores. Hemos regresado el simplismo de buenos y malos que vivimos contra Rajoy. Sánchez se debería someter a una comparecencia ante los medios de comunicación para explicar el escándalo que afecta a su partido y su Gobierno. Lo normal es que presentara su dimisión tras conocerse las tropelías perpetradas por Ábalos y sus mariachis, aunque lo tendría que haber hecho tantas veces y por tantas tropelías que nada espero. Ahora nadie en la izquierda recuerda aquello de «in vigilando» que se exigía al PP.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).