El trípode

La UE, un protectorado de los EE UU

Desde el relato del bando occidental en el que estamos situados, todo parece de una lógica y corrección tan justa como necesaria e irreprochable

La OTAN ha conmemorado el 75º aniversario de su creación en 1949 mediante una Cumbre de los 32 Estados miembros en Washington, ejerciendo de anfitrión el presidente Joe Biden, que protagoniza un espectáculo público, debatiendo si su estado de salud permite que intente seguir en la Casa Blanca hasta 2028. Para celebrar dicho aniversario han tomado la decisión de incorporar a Ucrania a la Alianza tan pronto acabe la guerra y garantizar el suministro de armamento que necesite Zelenski para derrotar a Rusia, culpándola a ella y a China del inicio y prolongación de la misma. Desde el relato del bando occidental en el que estamos situados, todo parece de una lógica y corrección tan justa como necesaria e irreprochable, pero si se desea efectuar un diagnóstico no convencional e interesado, sino ajustado a la verdad, no es tan evidente dicho aserto como aparenta.

Para ceñirnos a los hechos, hay que partir de la premisa de que la OTAN nace para hacer frente a la amenaza que representaba para la Europa Occidental la URSS expansionista de Stalin. Así comenzó la denominada «guerra fría», entre los dos bloques geopolíticos surgidos de la Segunda Guerra Mundial, liderados por la Unión Soviética y los Estados Unidos. Esa «frialdad» bélica se basaba en un equilibrio del terror conocido como la DMA (Destrucción Mutua Asegurada), dado el arsenal militar nuclear de ambos bandos, y finalizará en 1991 con la desaparición de la URSS sin enfrentamiento militar ninguno. Desde entonces, el mundo geopolítico ha sido unipolar occidental y a Rusia se le aseguró que la OTAN no la consideraría enemiga potencial extendiendo sus fronteras hacia ella en Europa Oriental. Es público y publicado que a Boris Yeltsin primero, y a Putin después, se les dio esa garantía por los presidentes estadounidenses Bill Clinton y sucesivos, que incluso llevó a Rusia a considerar un Tratado de especial cooperación económica y política con la UE. Sin embargo, la Historia ha negado totalmente esa promesa, habiéndose incorporado a la OTAN y la UE países que pertenecían a la URSS, –como las Repúblicas Bálticas–, o al Pacto de Varsovia, alianza militar creada en 1955 como «OTAN comunista», por lo que ahora la Alianza es fronteriza de la casi totalidad de la Rusia occidental. El detonante final de ese incumplimiento fue la revolución en Kiev del año 2014, que derrocó al presidente de Ucrania prorruso y la alineó con la UE y la OTAN. Hay intereses económicos y políticos muy poderosos en el «deep state» que no desean una Europa fuerte y en paz y la han convertido en un protectorado de EE UU.