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Sin Perdón
Los modélicos socialistas Ábalos, Koldo y otros
«La línea de defensa, como si estuviéramos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, es la familia presidencial»
Es cierto que al sanchismo no le importa el destino de Ábalos, Koldo y otros socialistas ejemplares. Al menos no pueden negar que eran socialistas. Hay una parte sórdida que son las «señoritas» de compañía, por utilizar un eufemismo, pero la izquierda política y mediática no les presta excesivo interés. Por supuesto, si afectara a dirigentes del PP sería un escándalo monumental y tendríamos un despliegue tan brutal que eclipsaría cualquier otra noticia. El uso indebido de los recursos públicos es evidente, así como la tendencia de colocar a las amiguitas a cargo de los presupuestos públicos. Es algo que también se hacía con las parejas. No hay nada mejor que no pagar pensiones o sueldos. La verdad es que resulta fascinante conocer cómo vivía el más estrecho colaborador de Sánchez y sus compinches. El procedimiento judicial tendrá que acreditar si las denuncias y las pruebas aportadas por Aldama sobre otros dirigentes socialistas son veraces. En cualquier caso, como están en modo resistencia no me sorprendería que no se asuman responsabilidades.
Hay que recordar que a Rajoy le exigían que dimitiera porque era culpable a causa de no haber sido eficaz en su deber «in vigilando». En el caso de Sánchez, como es uno de los nuestros, tal como dirían los periodistas y políticos de izquierdas, no hay que exigirle ninguna responsabilidad. La línea de defensa, como si estuviéramos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, es la familia presidencial. Hay que reconocer que se han volcado. No desfallecen en su lucha contra los malvados jueces y fiscales, la fachosfera mediática y la internacional ultraderechista liderada por el PP. El PSOE es coherente con su concepción de asalto al poder, pero, también, en su generosidad con aquellos que le sirven con fidelidad. En unos casos es el dinero con el que riega a la izquierda mediática, en otros con los cargos a los amigos y, finalmente, abriendo las puertas a los voraces lobistas que se mueven con gran eficacia por las covachuelas del poder. Sánchez reescribe cada día su peculiar manual de resistencia mientras se pasea por el mundo, deja que las hojas del calendario vayan pasando y disfruta de su regalada vida en La Moncloa.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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