Opinión
El matrimonio no es un juego de niñas
La previsión es que la región América Latina y el Caribe termine ocupando el segundo puesto más alto de matrimonios infantiles y uniones tempranas para 2030, explica Carmen Montón, embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS. Ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar social
Si hablamos de matrimonio, en primera instancia no pensamos en niñas. Pero el matrimonio infantil es una práctica nociva alarmantemente extendida.
Siendo un fenómeno que afecta a diferentes latitudes, llama la atención la realidad que se vive en América Latina y el Caribe, en donde las excepciones por permiso parental o judicial incluidas en las legislaciones de matrimonio tienen la consecuencia de que una de cada cuatro niñas se case o entre en una unión temprana.
Los datos nos alertan de que es la única región del mundo donde no ha disminuido el matrimonio infantil en los últimos 25 años, que ocupa el segundo lugar mundial en tasa de embarazo adolescente, y cuenta con una mayor prevalencia para uniones informales infantiles, incluso de niñas de ocho o nueve años.
La previsión es que, sin acciones e inversiones urgentes, la región América Latina y el Caribe termine ocupando el segundo puesto más alto de matrimonios infantiles y uniones tempranas para 2030.
España es referente y motor de igualdad en el ámbito multilateral a través de la Política Exterior Feminista. Por ello, durante la presidencia española de la UE ha colocado como prioridad la igualdad y el feminismo. Y en nuestra cooperación internacional, la igualdad de género, especialmente las niñas, es uno de los ejes principales del trabajo.
Nuestro objetivo es eliminar toda forma de discriminación y violencia hacia las niñas; promover su empoderamiento, en todos los ámbitos, comenzando por el educativo, hasta el económico y político; conseguir su plena participación en la sociedad y su plena ciudadanía en el presente, como las mujeres que serán en el futuro.
El matrimonio no es un juego de niñas. En el matrimonio infantil no hay consentimiento y se acompaña de violencia sexual, económica, psicológica y física.
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