«De Bellum luce»
El filtrador que filtra, buen enemigo es
A Sánchez y a sus ministros les quedan muchos días de sorpresas matutinas y, ojo, porque el que mece la cuna tiene bien aprendido que hay que ir de menos a más
Las causas judiciales que afectan hoy al PSOE o al entorno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no son su principal quebradero de cabeza. La Justicia es lenta, la evolución de los procesos irá para largo. Tienen un problema más inmediato, y que daña directamente su credibilidad política, que se resiente de rectificaciones y enmiendas acumuladas. El problema está en el filtrador que filtra continuamente mensajes e informaciones que comprometen la palabra del presidente, de ministros y de otros dirigentes socialistas, que pueden no haber incurrido en delito alguno, esto lo decidirá la Justicia, pero que sí parece que han mentido en las afirmaciones que han hecho sobre sus relaciones con el comisionista que atesora casi tanta, o incluso más, información como el exministro José Luis Ábalos.
Los que diseñan la estrategia para levantar el muro contra los corruptos, presuntos, andan a ciegas y cada día se despiertan con una nueva sorpresa, dentro de un plan que no deja nada a la casualidad y que sigue un guion que tiene un objetivo político, y no sólo penal.
Cuesta entender que se repitan patrones en la corrupción y patrones para defenderse de la corrupción que están manoseados y con resultados ya conocidos. Los corruptos acaban cayendo en los mismos hábitos cutres del dispendio del poder y del dinero fácil, y los partidos que han permitido que se alimenten los corruptos no aprenden que negar lo que es verdad acabará perjudicándoles porque todo acaba sabiéndose. El portavoz que maneja los hilos de las filtraciones tiene un dosier enorme de pruebas que pueden no tener recorrido en los tribunales, pero que sí las tienen en la competencia política. Y por eso quizás en el núcleo del poder deberían preguntarse si están equivocando a su enemigo y, sobre todo, si están midiendo mal la dimensión del que mueve los hilos de las filtraciones.
Esto de que todo pasa, de que el victimismo volverá a funcionar para recomponer la imagen del presidente del Gobierno, puede que sea cierto. Pero a Sánchez y a sus ministros les quedan muchos días de sorpresas matutinas y, ojo, porque el que mece la cuna tiene bien aprendido que hay que ir de menos a más. O, dicho de otra manera, que el material sensible menos doloroso acaba filtrándose siempre antes de que salgan las bombas de racimo más dañinas. Quizás logren hacer mella con el desprestigio de los jueces, pero atención a seguir negando vínculos sobre los que hay prueba y no son nada estéticos ni presentables.
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