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Parresía

Empachados de tramas

Lo realmente apetecible de la cita de Sevilla no nos lo van a mostrar. Habrá que confiar en el trabajo de los compañeros periodistas allí desplegados para saber qué se cuece realmente en los corrillos socialistas, en un momento de tanta ebullición en los tribunales

Apuramos la semana fantástica de las luces navideñas y de las supuestas tramas corruptas alrededor de la Moncloa. Hoy despertamos, ni más ni menos, que con la citación del ex secretario general de los socialistas madrileños ante el Tribunal Supremo. Juan Lobato tendrá que explicarle al alto tribunal el misterioso origen del correo privado del novio de Ayuso. Ojalá trascienda con pelos y señales y, por lo menos, aclaremos ya ese asunto.

También puede ocurrir que, después de ver desfilar a Lobato por el Supremo y, de ahí, a su casa, sigamos conociendo imputaciones a terceros, por culpa del dichoso email. Isabel Díaz Ayuso debe de estar gozando con los suyos con tantos «va pa’lante» surgidos tras varios de «matarla» políticamente. Imagino a la lideresa popular rememorando, quizá, aquel presagio que le verbalizó al oponente Lobato en septiembre pasado, en la Asamblea de Madrid: «Usted no es un criminal, por tanto está sentenciado en el sanchismo», le dijo entonces.

Al hoy senador y diputado madrileño le estiman verdaderamente en el pueblo donde vive y donde fue alcalde. La mayoría de los vecinos de Soto del Real coinciden en que es honrado, y creen que su partido le ha hecho una encerrona. A Lobato solo le defienden públicamente, y con la boca pequeña, un par de líderes socialistas arrinconados. ¿Quién dijo que la vida es justa? Por lo menos, se librará de acudir al Congreso Federal de la burbuja sanchista, pensado para dar impulso y brillo al liderazgo de Pedro Sánchez. Por lo menos, se abstendrá también de aplaudir los típicos mítines y alabanzas ensayadas.

Lo realmente apetecible de la cita de Sevilla no nos lo van a mostrar. Habrá que confiar en el trabajo de los compañeros periodistas allí desplegados para saber qué se cuece realmente en los corrillos socialistas, en un momento de tanta ebullición en los tribunales.

Tengo que confesaros que he llegado al viernes empachada, aturdida ante la enredadera de casos, testigos, investigados y nuevos personajes que no paran de surgir alrededor de Pedro Sánchez. Yo no sé si será verdad algo de todo lo expuesto el otro día en la COPE por el «nexo corruptor», Víctor de Aldama. Ignoro si estamos ante situaciones ilegales o inmorales, lo determinarán los jueces. Solo sé que se me quedó grabado el susodicho Aldama, el otro día, cuando se llevaba las manos a la cabeza ante Carlos Herrera por el hecho de que a él le llame delincuente «un señor que tiene imputados a su mujer, a su hermano, a quien fue su número dos, pero no dimite». Y no lo hará, que esperen sentados. Hasta 2027 y más allá.