Y volvieron cantando
Diez años... y más allá
Se ha conseguido en la figura de la Infanta Leonor establecer la mayor de las garantías de eficacia y continuidad en la Corona
«Diez años bastan» rezaba el lema de la manifestación antimonárquica organizada este pasado fin de semana por Podemos e Izquierda Unida –con escaso éxito de convocatoria, dicho sea de paso– para reivindicar el sistema republicano bajo la supuesta máxima no precisamente respaldada ni por las urnas ni por la demoscopia, de que «muchísima gente cree que no habrá democracia plena sin república». Los convocantes, lanzados hacia la irrelevancia en las últimas citas electorales celebradas en nuestro país, lo que no acaban de especificar es qué sistema desean, dado que existe alguna que otra diferencia entre uno republicano a la medida norcoreana, cubana, rusa o iraní y una monarquía parlamentaria como la española, la británica o la sueca. Curiosa escala valores política la de nuestra izquierda.
Lo cierto y aunque a algunos no les guste, es que los diez años de reinado de Felipe VI precedidos de décadas de reinado de Juan Carlos I han supuesto la mayor de las garantías para la nuestra salud democrática y no precisamente navegando sobre aguas tranquilas. Más bien podría afirmarse que estos diez años de reinado que ayer se conmemoraban han sido probablemente los más complicados en toda nuestra actual etapa de democracia. El Rey Felipe ha tenido que lidiar y además con notable eficacia con no pocos miuras, desde el «procés», pasando por la pandemia, el desencuentro con parte de su familia y el «exilio» de su padre, víctima de uno de los mayores acosos políticos y mediáticos contra alguien que no ha sido objeto de procesamiento judicial alguno y al que tanto debe este país.
Felipe VI, entre continuas inestabilidades políticas que en muchas ocasiones han comprometido a la Corona y además del desafío separatista en Cataluña, ha tenido que dar lustre a un trono al que llegaba con los ecos de la imputación de su hermana la Infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin, a lo que se sumarían las investigaciones en materia fiscal al rey emérito desembocando en su ya conocida marcha a Abu Dabi. Un lustre que se ha reflejado en la profesionalización de la Casa Real incluyendo códigos de conducta y transparencia especialmente ejemplares. Pero sobre todo se ha conseguido en la figura de la Infanta Leonor establecer la mayor de las garantías de eficacia y continuidad en la Corona. Mal que pese a los que no representan a la inmensa mayoría, hay Monarquía para rato.