El trípode

El «deep state» militar y farmacéutico

Lo sucedido este domingo autorizando a Zelenski a bombardear territorio de Rusia mediante los misiles de largo alcance suministrados por EEUU y que hasta ahora no podía lanzar, es una decisión que confirma esa necesidad.

En la transición de la presidencia demócrata de Biden a la republicana de Trump, conocer quién ejerce realmente el mando en la Casa Blanca mientras Biden sigue residiendo allí –hasta el 20 de enero, cuando jure el cargo Donald Trump–, adquiere una especial importancia. Lo sucedido este domingo autorizando a Zelenski a bombardear territorio de Rusia mediante los misiles de largo alcance suministrados por EEUU y que hasta ahora no podía lanzar, es una decisión que confirma esa necesidad. Lo avala la fundamentada sospecha sobre el «deep state» como un auténtico poder «en la sombra» y que estaría detrás de esa orden que representa una auténtica escalada en la guerra contra Rusia que se desarrolla en Ucrania como «teatro de las operaciones militares». Que la UE por medio de Josep Borrell (todavía) Comisario para la Política Exterior apoye esa decisión junto a Francia, –y por supuesto el Reino Unido británico–, es una prueba de la absoluta sumisión de la actual Europa Occidental y de la OTAN a la administración demócrata. Esta es una guerra de desgaste de Rusia con EEUU, con Ucrania de víctima propiciatoria que padece sus terribles consecuencias humanas y materiales, mientras EEUU y la UE la financian. Ante este escenario, la pregunta surge inmediata: ¿Y quién sale beneficiado de esta tragedia? Y la respuesta no es menos evidente al señalar a la industria suministradora del armamento militar necesario para sostener la guerra y que en EEUU es conocido como el «deep state». Por si quedara alguna duda razonable al respecto, los mensajes por parte de Soros Jr. y Trump Jr., comentados en el Trípode de ayer, parecen suficientes para despejarlas.

También resulta aconsejable visionar la intervención el pasado 1º de noviembre de Robert Kennedy Jr. en la campaña presidencial. Hijo de Robert, quien fuera Senador y Secretario de Justicia con su hermano el presidente John F. Kennedy, –ambos asesinados–, y que ahora es estrecho colaborador de Trump. En esa intervención a cinco días de las elecciones, habló de ese «poder oculto» y además añadió otro al que se ha dedicado a desvelar y atacar desde hace años. El compuesto por las grandes corporaciones farmacéuticas que controlan la salud de los estadounidenses. Sobre Kennedy Jr. han recaído todas las descalificaciones imaginables considerándole un absoluto «conspiranoico» y «negacionista» antivacunas, aunque ha aportado no pocos datos que sustentan sus acusaciones. Se incorporó al equipo de Trump el pasado 19 de agosto tras numerosos encuentros, y ya ha sido confirmado como su próximo Secretario de Salud y Servicios Humanos. De momento las acciones de esas empresas se han desplomado. Y esperemos que la OMS no declare otra pandemia.