El trípode

Las «causas justas» de Sánchez y Tezanos

Tezanos, que ha arrastrado al otrora prestigioso Centro de Investigaciones Sociológicas por el barro de la carencia de respeto y solvencia científica y técnica, ha dado un titular sobre su jefe acusando a los que le critican «de querer destruirle para que no defienda causas justas».

Que el gobierno de España se encuentre en las manos de Puigdemont y ERC, protagonistas de un golpe de Estado contra el fundamento mismo de la Constitución –como afirma el artículo 2 de su Título preliminar: «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos españoles…» sin ningún arrepentimiento –sino todo lo contrario–, indultados y amnistiados para comprar sus votos, resume y compendia la vergüenza e indignidad a la que Sánchez y la PSOE están arrastrando a España para saciar su sed de poder y bienestar personal. El escarnio alcanza cotas inimaginables cuando encima se atreven a calificar a ese «gobierno» como «progresista», cuando el único progreso obtenido es el suyo personal. Hemos visto un episodio más de esa lucha sin cuartel por el liderazgo separatista en Cataluña entre Junts y ERC, sus progresistas socios, con los de Puigdemont provocando una derrota parlamentaria en el Congreso que le impide de momento al sanchismo tramitar el proyecto de ley de Presupuestos, cuando de momento los que hay son los prorrogados de 2023. Es decir que la legislatura que salió del 23J del pasado año está sin presupuesto todavía. Sánchez le decía a Rajoy en 2017 antes de aprobar los del ejercicio que «un gobierno sin presupuestos es un objeto inútil; como un coche sin gasolina».

Como también le decía que al tener que declarar como testigo en el caso Gürtel estaba incapacitado de luchar contra la corrupción y lo que debía hacer era «irse de la Moncloa». Tener al frente de la gobernación de España a un político para el que la verdad y la mentira no existen, hace inviable una convivencia merecedora de ser considerada como justa y digna, y el ejemplo que se traslada a la sociedad en el plano ético y moral es descorazonador. Tezanos, que ha arrastrado al otrora prestigioso Centro de Investigaciones Sociológicas por el barro de la carencia de respeto y solvencia científica y técnica, –ahora convertido en virtual centro de encuestas políticas y electorales al servicio del sanchismo–, ha dado un titular sobre su jefe acusando a los que le critican «de querer destruirle para que no defienda causas justas». Esas causas justas no las ha enumerado Tezanos pero le sugerimos una sencilla para empezar: ¿es de justicia que se aplique a su persona lo mismo que él le exigía a su censurado predecesor y se vaya de la Moncloa? ¿Qué le parece sr. Tezanos? ¿Es ésta una «causa justa» o no? Y de la justicia del caso Begoña ya habrá ocasión de hablar.