«Los pueblos se enlazan con la muerte el mismo día en que se divorcian de la Historia», escribió un pensador tradicionalista que seguramente Pedro Sánchez no habrá leído. Varios historiadores actuales de relieve señalan cuatro destacados reinados en la historia de España, cuatro grandes reyes: Carlos I, Felipe II, Carlos III y Juan Carlos I.

Durante casi 40 años, el hijo de Don Juan encarnó una Monarquía parlamentaria que estableció en España la libertad, consolidó la democracia pluralista plena, devolvió al pueblo la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil, e introdujo a la nación en la prosperidad de la que gozaban nuestros vecinos europeos. El dictador Franco legó a Don Juan Carlos todos los poderes y el nuevo Rey a todos renunció para que la voluntad general del pueblo español libremente expresada votara la Constitución de la libertad. Sin traumas, sin violencia, a través del diálogo y la negociación, la Transición se edificó sobre la concordia y la conciliación entre los españoles.

Un sector de la vida nacional, en uso legítimo de su libertad, emprendió en su día una atroz campaña de desprestigio contra Juan Carlos I. El objetivo era derribar la Monarquía, haciendo saltar a Felipe VI de la neutralidad que debe presidir la acción de la Corona.

Y no. No volvamos a justificar el fracaso de esa campaña con el argumento falaz de la inviolabilidad. El fiscal suizo Yves Bertossa, ideológicamente de izquierda radical, investigó 30 años de la actividad de Don Juan Carlos y el resultado de la Justicia independiente suiza fue concluir que ni siquiera se había encontrado un indicio de delito. Por su parte, la fiscal Dolores Delgado, ideológicamente de izquierda radical, investigó entre 2014 y 2022, los años en que Don Juan Carlos carecía ya en España de inviolabilidad, y el resultado fue que tampoco se encontró ni siquiera un indicio de delito. Hace unas semanas, en fin, la Justicia británica rechazó las insidias de la hetaira Corinna Larsen. Cervantes escribió en el Quijote: «Los historiadores que de mentiras se valen», deberían ser tratados como «los que hacen moneda falsa».

Frente a algunos tertulianos y columnistas que no han pedido perdón, ahí están los pronunciamientos de la Justicia y la opinión de los historiadores serios que consideran a Don Juan Carlos como a uno de los cuatro grandes reyes de la Historia de España.