Hace un año, Javier Milei ganó la segunda vuelta de las elecciones argentinas, convirtiéndose en consecuencia en el presidente electo de Argentina. Desde entonces, la situación económica del país ha cambiado de un modo muy radical.

Primero, el dato probablemente más significativo es que la tasa de inflación en noviembre de 2023 se ubicaba en el 12,8%, mientras que en octubre de 2024 ya había descendido hasta el 2,7%. Segundo, la brecha cambiaria (la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio de mercado) llegó a ubicarse en noviembre de 2023 por encima del 200%, mientras que hoy apenas alcanza el 10%. Tercero, las reservas en dólares del banco central, justamente por la enorme brecha cambiaria que existía, no dejaron de reducirse durante el peronismo, hasta caer al entorno de los 20.000 millones de dólares: hoy, gracias a la reducción de la brecha cambiaria, superan los 30.000 millones de dólares a pesar de todas las amortizaciones de deuda (y de todos los pagos de intereses) que se han efectuado durante este periodo. Cuarto, el déficit público fiscal (la diferencia entre ingresos y gastos del gobierno federal), que cerró 2023 casi en el 5% del PIB, acumula de momento un superávit del 0,5% del PIB. Quinto, el déficit público cuasi fiscal (los pesos que tenía que crear el banco central de Argentina para remunerar sus pasivos financieros), que llegó a ser del 10% del PIB en 2023, se ha contraído actualmente hasta el entorno del 2% del PIB. En total, pues, se ha ejecutado un ajuste fiscal de alrededor de 13 puntos de PIB. Sexto, como consecuencia de este profundo saneamiento de la solvencia del Estado argentino, la prima de riesgo ha caído desde más de 2.700 puntos básicos a menos de 750: se trata, pues, de una caída de unos 2.000 puntos básicos (20 puntos porcentuales de intereses) que se está ahorrando el sector público argentino. Séptimo, la reducción de la prima de riesgo también ha permitido que el crédito al sector privado se haya disparado: desde 3.400 millones de dólares en 2023 a los 8.500 millones en lo que llevamos de 2024, todo lo cual contribuirá decisivamente a impulsar la economía del país. Por eso, en octavo lugar, aunque se suela citar la caída del PIB como muestra del fracaso de las políticas de Milei, lo cierto es que el último dato que tenemos disponible al respecto es de mediados de año: y todo apunta a que la economía ya está volviendo a crecer a estas alturas. Lo mismo, en noveno lugar, que está sucediendo con la tasa de pobreza: subió durante los tres primeros meses del año y, desde entonces, ha comenzado a descender de manera ininterrumpida.

Los indiscutibles éxitos del primer año de Milei muestran cuál es el camino que ha de seguir transitando Argentina.