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Alberto Núñez Feijóo

Duro contra Feijóo

En vez de agredir al presidente del PP, acuerden con él un paquete de medidas para que España no se apague

Como las encuestas insisten en el gran batacazo, desde su veraneo palaciego en La Mareta Sánchez ha ordenado a vicepresidentas, ministros, ministras, portavoces y portavozas una ofensiva por tierra, mar y aire contra Feijóo, al que Iceta llamaba este domingo «ignorante, sectario e incompetente», y a quién Yolanda advertía que «vamos a movilizar a todos los progresistas para que no llegue nunca a La Moncloa». Lo que no ha parecido poner demasiado nervioso al gallego, que celebra con Ayuso la victoria de haber logrado que Teresa Ribera abandone la vacancia agostera y convoque una reunión urgente para dar detalles de su remedo de Plan Energético, tan improvisado como parcheado. A Ribera la corteja Maroto, y entre ambas, con la impagable ayuda de Pili Alegría y Pachilópez, van a ver si consiguen enderezar lo que nació torcido.

Necesitamos ahorrar energía, por supuesto, pero no a base de ocurrencias. Porque ocurrencia es lo de dejar las calles a oscuras por las noches, animando a la delincuencia a asaltar coches y romper escaparates. Hay una cosa que se llama energía solar, señora Ribera, también conocida como fotovoltaica, que sirve para captar la radiación del astro rey durante el día generando luz por la noche. Siendo este gobierno tan ecologista como aparenta, no entiende el personal cómo no se le ha ocurrido a su tercera Vicepresidencia fomentar, promover y hasta subvencionar la instalación de infraestructuras solares autónomas para garantizar que nuestros monumentos, estatuas, jardines y escaparates puedan lucir iluminados hasta bien entrada la noche, como en París, donde se apagan a la una de la madrugada, y no es obligatorio. O financiar un plan renove para electrodomésticos e iluminación de domicilios y empresas, con lo que el consumo bajaría a más de la mitad. Claro que entonces no podríamos ambientar adecuadamente la emergencia climática que, como la pandemia, va a justificar medidas excepcionales, multas energéticas, sanciones por doquier, recorte de derechos y contratos a dedo sin transparencia, «negociados sin publicidad», «sin concurso público» y por «causa de imperiosa urgencia», como dice el decreto.

Al Gobierno le gusta la urgencia y la excepcionalidad, controlar al personal y dictar leyes como la de Seguridad Nacional, que permitirá hasta expropiar propiedades si fuese necesario, o la ley orgánica 9/2022 de 29 de julio, que bajo el enunciado de prevenir el blanqueo de capitales, facilita el acceso a los datos financieros, bienes y activos de todos los españoles sin orden judicial, vulnerando el derecho a la intimidad que la Constitución ampara.

Por eso les molesta tanto Ayuso, porque dio la voz de alerta y dijo: reduzcan 20 mil millones de gastos inútiles de sus Ministerios y hagan un plan energético que no genere inseguridad, espante al turismo y hunda el consumo. Mañana, los únicos escaparates de Europa que estarán apagados serán los españoles. Dejen de generar miedo. Dejen de pisotear derechos. En vez de agredir cada día a Feijóo, acuerden con él un paquete de medidas para ahorrar. Pero eso es pedir demasiado. Ellos prefieren entregarse al separatismo bildutarra y darle duro al gallego insultándole a la desesperada. Les da pavor verle en La Moncloa.