Grandes espacios, pero con el espíritu deportivo de la marca

El hecho de tener una carrocería SUV de grandes dimensiones no está reñido con la deportividad. Así lo demostró, por ejemplo, el Alfa Romeo Stelvio en su versión Quadrifoglio que desarrolla 510 caballos y que, hasta el momento, era el SUV de serie más potente.

El hecho de tener una carrocería SUV de grandes dimensiones no está reñido con la deportividad. Así lo demostró, por ejemplo, el Alfa Romeo Stelvio en su versión Quadrifoglio que desarrolla 510 caballos y que, hasta el momento, era el SUV de serie más potente. Ahora, le supera la versión del F-Pace, que ha desarrollado el departamento de vehículos especiales de Jaguar. Los ingenieros británicos han introducido bajo su capó delantero un motor V-8 de cinco litros sobrealimentado que llega hasta los 550 caballos de potencia. Una obra de ingeniería de lo más apetecible que destaca desde el primer golpe de vista y, sobre todo, al ponerlo en marcha.

La vista exterior es impresionante gracias a detalles como sus llantas de 22 pulgadas con neumáticos de perfil bajo, con medidas de 265 delante y 295 detrás. O las grandes entradas de aire del frontal y las salidas por delante de las puertas delanteras. O el interior, muy lujoso y confortable para poder ser un coche de uso diario o convertirse en un divertido deportivo en zonas de curvas gracias a sus prestaciones, a una nueva geometría de las suspensiones delanteras que tienen un 30% más de rigidez y a la sujección de sus asientos delanteros, en forma de «baquet» de carreras, pero muy cómodos.

El cambio es manual, si bien podemos recurrir a las levas en el volante para divertirnos con un caja de ocho velocidades. Los frenos han sido dimensionados para responder a las exigencias de su conducción y la tracción total reparte el esfuerzo entre los dos ejes. Una bestia magnífica, como la definían algunos de los responsables de la marca.