Cómo evitar las manchas de la lluvia en el coche: estos son algunos consejos

La ley de Murphy es un enunciado volado que asegura que "si algo puede salir mal, saldrá mal". Es casi un lema del conformismo extremo, del 'qué se le va a hacer', y se repite mucho por personas con miradas fatalistas sobre el mundo. Ahora bien, una cosa es ser pesimista y otra un inconsciente, porque igual de absurdo que sostener mal esa famosa tostada con mantequilla que se usa de ejemplo para este principio universal, es ver que el cielo está nublado y salir a lavar el coche.

Luego hay quien se queja de que el vehículo se le ha quedado sucio, pero sin haber consultado antes el tiempo. En el otro lado del espectro se encuentran aquellas personas que tratan de verle el lado bueno a las cosas, y que en alguna ocasión quizá fuerzan esta saludable perspectiva más allá del límite. Hablamos de la clase de gente que trata de aprovechar el agua de la lluvia para lavar el coche, algo que se pasa de entusiasta.

En el programa de documentales americano 'Tacaños extremos', se mostraban perfiles de personas tan obsesionadas con el ahorro que caían en comportamientos extraños y contraproducentes para tratar de salvarse de gastar unos céntimos. Una joven japonesa, por ejemplo, intentaba 'matar dos pájaros de un tiro' y ducharse con la ropa puesta para así lavarla a la vez. Al final, ninguna de las dos tareas se resolvía del todo bien. Pues con el coche sucede exactamente lo mismo, si se lava se debe hacer bien, y siempre mirando el parte meteorológico primero.

Estamos en plena temporada de lluvias, y en este mes ya hemos tenido precipitaciones y fuertes vientos a costa del Kirk, el ex-Kirk, el pos-Kirk y una retahíla de situaciones atmosféricas que están dejando caer mucho agua sobre la Península Ibérica. Con la poca tregua que están dando los cielos en España, la mayoría de automóviles que hayan salido a la intemperie durante las últimas dos semanas han quedado llenos de suciedad.

Trucos para evitar las manchas de la lluvia en el coche

Si se ha circulado con el coche por caminos de tierra o charcos profundos después de una buena tormenta, casi con seguridad que este hay quedado muy sucio. Sin embargo, basta con una simple lluvia para que aparezcan miles de puntos o 'ronchas' blancas sobre la chapa del vehículo. Estas se deben a la evaporación del agua de lluvia, que al secarse deja sobre la superficie una estampa de las sales minerales, y no siempre son fáciles de eliminar.

Cuanto más 'dura' (con mayor porcentaje de minerales) sea el agua o si cae a la vez que una calima, más notorias serán las miles de manchas que deje extendidas por todo el coche. Si le han caído varios chaparrones a nuestro vehículo sin que lo hayamos limpiado, es más probable que se vayan acumulando estas marcas, y que luego cueste más esfuerzo eliminarlas.

En muchas ocasiones, son los propios conductores los que perjudican su auto sin saberlo. El líquido de los limpiaparabrisas es el mejor aliado en estos casos, por eso nunca debe rellenarse con agua simple, ya que esta también dejará marcas de suciedad cuando se evapore, incluso podría llegar a obstruir los conductos por los que circula. Siempre se recomienda utilizar algún líquido especial, ya son medianamente económicos y después nos ahorrarán tiempo y dinero, ya sea en reparaciones o en sesiones de lavado.

Existen decenas de marcas de líquidos hidrofóbicos en el mercado, que ayudan a repeler el agua del cristal del coche, evitando así que se ensucie tanto y mejorando considerablemente la visión para conducir. Pero en la chapa son más complicadas de remover estos 'ronchones de lluvia', y no sirve con pasarles un producto multiusos y una bayeta cualquiera.

Lo ideal es comprar un producto especial pensado solamente para esta tarea, que por norma general suelen tener un alto porcentaje de acidez, aunque antes de adquirirlo se puede probar otra opción más barata: el vinagre. Frotando primero con un poco de vinagre de cocina (de manzana o de uva, jamás del balsámico de Módena), luego con agua y jabón y terminando con un aclarado y un secado, la chapa de nuestro coche quedará inmaculada.