Imaz aboga por alternativas verdes a la electrificación

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, participó en el Curso Superior de Talento y Liderazgo Político del Instituto Goethe de Madrid, donde ofreció una ponencia titulada «La energía: un bien esencial y motor de la vida», centrada en los retos de la transición energética en Europa. En su intervención, Imaz expuso una visión pragmática sobre los avances hacia la descarbonización y los desafíos que ello plantea, especialmente en términos de competitividad y sostenibilidad industrial.

La transición energética en perspectiva

Durante su intervención, Imaz reconoció que Europa ha asumido un liderazgo global en la lucha contra el cambio climático, estableciendo metas ambiciosas para la descarbonización. Sin embargo, advirtió que es necesario considerar los efectos secundarios de esta transición, especialmente en un contexto internacional donde otras regiones no avanzan al mismo ritmo. «Nos estamos descarbonizando, pero no el mundo», apuntó, refiriéndose al fenómeno conocido como «exportación de emisiones», que ocurre cuando la producción industrial se traslada a países con normativas menos estrictas.

Según el consejero delegado, Europa necesita encontrar un equilibrio entre la reducción de emisiones y el mantenimiento de su competitividad industrial. Para ilustrarlo, citó cifras que reflejan el encarecimiento de la energía en la región: «El precio del gas natural es cinco veces mayor que en Estados Unidos, y el de la electricidad es 2,6 veces más alto». Esto, según Imaz, dificulta la reindustrialización y aumenta la presión sobre sectores clave.

Hizo referencia al informe Draghi y a los puntos claves que puntualizan la competitividad europea. Entre ellos, la importancia de reducir la dependencia de materias primas críticas, adoptar una gobernanza ágil y garantizar inversiones necesarias para mantener el equilibrio entre transición energética y competitividad. Cabe recordar que según el informe, se requerirán entre 750 y 800 mil millones de euros anuales de inversión para reducir su brecha respecto a EE UU y China, y lograr una transición sostenible.

Una mirada hacia el futuro

Imaz insistió en que Europa debe ser capaz de liderar el cambio climático sin comprometer su posición económica y social. «Sin una industria fuerte, no tendremos el músculo necesario para asegurar una energía suficiente, asequible y descarbonizad», aseguró. Asimismo, enfatizó que el progreso debe fundamentarse en la innovación tecnológica y la cooperación global, con una visión a largo plazo que incluya a todos los actores.

En términos generales, sugirió que la transición energética debe apoyarse en un abanico amplio de soluciones tecnológicas, y no centrarse exclusivamente en la electrificación. «La movilidad descarbonizada necesita moléculas y electrones», comentó, defendiendo el desarrollo de tecnologías como los combustibles renovables, el hidrógeno verde y la captura de carbono.

Para concluir, el directivo abogó por un marco regulatorio que permita avanzar de manera sostenible y equilibrada. «Necesitamos políticas que combinen sostenibilidad, eficiencia y garantía de suministro», afirmó, añadiendo que la colaboración internacional será crucial para abordar un desafío que es global por naturaleza.