Bancos
Cómo aprender a gestionar la salud financiera desde pequeños
Queda mucho camino por recorrer para la asignatura de educación financiera se considere una parte esencial de los planes de estudios. Mientras tanto, entidades como ABANCA se esfuerzan en potenciar este conocimiento a través de actividades divertidas para la niñez y de cursos de capacitación para personas mayores
Todos hemos pensado alguna vez que debería existir una asignatura sobre educación financiera en el colegio desde las etapas tempranas. O, al menos, un espacio en los planes de estudio anuales en el que nos enseñaran cómo funciona una cuenta bancaria, cómo ahorrar o cómo gestionar nuestro dinero para tomar mejores decisiones en el futuro. Por el momento, más allá de materias optativas en algunos niveles, lo más similar que existe en España a una educación financiera de calidad son las iniciativas que nacen en las propias entidades bancarias.
Uno de los ejemplos más destacados en nuestro país, por su antigüedad e impacto, es el de ABANCA y Afundación, su obra social. Desde 2015, estas organizaciones han liderado un ambicioso programa de educación financiera que busca mejorar la comprensión del dinero en España tanto en la infancia como entre las personas mayores. Solo el curso pasado (2023-2024), las actividades organizadas dentro de este programa llegaron en total a 202.492 personas.
Saber el valor del dinero desde edad temprana
El programa reconoce a los escolares y los estudiantes de Secundaria como un grupo prioritario. Fomentar la educación financiera desde edades tempranas permite cultivar una conciencia del ahorro que, en última instancia, beneficia la salud financiera de las personas adultas del futuro. En este contexto, ABANCA y Afundación han implementado innovadoras herramientas digitales que facilitan la asimilación de conceptos clave.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran tres programas basados en lo digital: «Segura-Mente», «La loca aventura del ahorro» y «Pon tu dinero a salvo». Estos cursos gratuitos abarcan una variedad de temas –desde la gestión del ahorro hasta la ciberseguridad– y están diseñados para adaptarse a las nuevas competencias financieras que, según la UE y la OCDE, hay que promover ante un entorno financiero cada vez más complejo y moderno.
Más de 190.000 alumnos y alumnas han mejorado su cultura financiera a través de estas innovadoras iniciativas (online o presenciales), que combinan diversión y aprendizaje de manera efectiva.
Un festival en España para enseñar educación financiera a los peques
«Segura-Mente: El Gran Festival» es la nueva edición de Segura-Mente. En su séptimo año, esta iniciativa anima a los estudiantes de 2º y 3º de Primaria, Secundaria y FP Básica a organizar un festival escolar a través de un juego online que les enseña conceptos financieros.
El objetivo de este evento será recaudar fondos para realizar una actividad con el aula o una excursión de fin de curso. De esta manera, se fomenta el trabajo en equipo y se interiorizan valores como el esfuerzo. Además, el festival tiene que ser sostenible y promover el valor cultural del entorno del centro.
Cabe destacar que el enfoque práctico de Segura-Mente ha sido reconocido por instituciones como el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, lo que subraya su valía en el panorama educativo actual.
Por su parte, «La loca aventura del ahorro» es un juego interactivo que enseña a los niños a diferenciar entre necesidades y deseos, promoviendo el consumo responsable. Este programa, alineado con los principios de la LOMLOE, ayuda a los estudiantes más jóvenes a entender la importancia del ahorro de una manera accesible y divertida.
Mientras tanto, «Pon tu dinero a salvo» aborda la ciberseguridad, un tema crucial en un mundo donde las amenazas digitales son omnipresentes. Los estudiantes de 2º ciclo de ESO aprenden a identificar estafas y a protegerse en el ámbito digital, un conocimiento esencial para navegar en la actualidad.
Además de estos tres programas que ofrecen material escolar para trabajar en el aula, el banco también mantiene el apoyo a otras iniciativas de educación financiera como el programa Young Business Talents. En este caso, hablamos de un juego de simulación empresarial que ofrece a los participantes la oportunidad de vivir la experiencia de gestionar su propia empresa. En su última edición participaron 11.400 jóvenes.
Formar a los mayores para evitar estafas
La educación financiera no se limita a la juventud. ABANCA también se esfuerza por incluir a las personas mayores en esta revolución educativa. Con iniciativas en los «Espazos +60» y programas formativos en zonas rurales, el banco busca mejorar la inclusión y la seguridad financiera del colectivo sénior, un grupo que, a menudo, necesita mayor apoyo en el proceso de digitalización. Está previsto llegar con estos talleres a cerca de 14.000 personas mayores durante este año.
Este enfoque abarca desde el uso práctico de cajeros automáticos hasta la prevención del fraude. Además, se facilitan consejos sobre ciberseguridad, para que puedan identificar las formas más comunes de estafa y, de este modo, evitarlas. También se ofrecen conocimientos sobre banca móvil y se resuelven todas las dudas que se planteen.
Las sesiones presenciales se estructuran de manera que los participantes adquieran no sólo el conocimiento teórico, sino también la confianza para aplicar lo aprendido en cajeros automáticos, ordenadores o teléfonos móviles. Además, se ofrecen materiales visuales que facilitan el aprendizaje continuado.
En las dos primeras ediciones del programa, en 2022 y 2023, se realizaron en total 114 acciones formativas en las que participaron cerca de 1.200 personas. Hasta el momento, en 2024 se han organizado 53 sesiones.
Al final, la conexión entre la educación financiera y el bienestar social es evidente. Las decisiones económicas que tomamos impactan directamente en nuestra calidad de vida. Pero, a medida que España avanza hacia un futuro más digital y globalizado, el desafío de educar es mayor. Por eso, programas como el de ABANCA y Afundación no son sólo deseables, sino indispensables para construir un futuro económico sólido y una sociedad más informada. Todo un reto tan gratificante como complejo, que implica una constante evolución acerca de cómo hacer atractiva una temática que, a menudo, es considerada como ardua o tediosa.