Crucero de Instrucción
Coro infantil
La navidad de los Pequeños Cantores de la ORCAM: llevar la cultura fuera de la capital
El coro infantil, formado por jóvenes de 5 a 16 años, ofreció un concierto de celebración de esta fiesta el domingo en Chinchón
Una señora sale el pasado domingo de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Chinchón unos minutos más tarde de las 14:00 horas y suelta: «Qué bonito, dios mío. Qué rato más bueno». Lo que acaba de terminar es el Concierto de Navidad de los Pequeños Cantores de la ORCAM en este municipio madrileño, ubicado a una hora en coche de la capital.
En la mañana soleada del domingo ya se había repartido El Gordo de la lotería y el coro infantil, de jóvenes entre 5 y 16 años, ensayaba en el Teatro Lope de Vega del pueblo de 5.818 habitantes. «No es lo más adecuado comer galletas antes de cantar», les dice Ana González, directora del coro desde su creación en 2010. Los chicos apuran algo de comer y se divierten antes de empezar.
La iglesia está casi llena. La mayoría son padres de los niños, pero también ha venido gente del pueblo, tal y como cuenta el alcalde del municipio, Juan Antonio Vega, que no se pierde la cita. «Me parece una idea fantástica», cuenta Vega, que valora el «sacar y diversificar el foco en madrid capital y dar la oportunidad a los municipios de disfrutar de la cultura». El alcalde, del partido Avanza Chinchón, considera que este «espectáculo cultural de esta calidad» es otro tipo de turismo, en un lugar acostumbrado a ser visitado por su valor histórico o gastronómico.
Los Pequeños Cantores interpretaron algunos clásicos navideños como «Campana sobre Campana», «Cantemos a María», «Noche de Paz», «Adeste Fideles» o «Jingle Bell Rock». Vega dice que la ORCAM está muy valorada en el municipio, pues la orquesta ha realizado allí su proyecto «A Villa Voz», una serie de conciertos por las villas de Madrid.
González valora también la iniciativa de llevar su música fuera del centro, «para que todo el mundo lo pueda ver». Realmente es todo un esfuerzo, debido al ajetreado calendario del coro.«Aunque queramos no nos da más la vida», reconoce. Los Pequeños Cantores participarán el próximo 25 de enero en el concierto que el director Gustavo Dudamel dirigirá en el Auditorio Nacional de Madrid y en el que sonará la Tercera de Mahler, interpretada por la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela.
González, nacida en Bilbao, lleva toda la vida dirigiendo a niños, algo que no fue ninguna sorpresa. «Curiosamente, no me preguntes por qué, pero desde los 6 años decía que iba a ser directora». Lo fue del Coro Infantil de la Comunidad de Madrid de 2000 a 2010, y de los Pequeños Cantores y en la ORCAM desde que surgió en 2010. Este último es el coro titular de niños del Teatro Real. «Realmente ya hemos hecho todo lo que se puede hacer», dice González. «Lo que no se puede ahora es bajar el nivel».
Berta, de 16 años, entró con seis y considera que «requiere muchísimo sacrificio y dedicación». Sin embargo, también «te abre muchísimas puertas», y no solo en el ámbito de la música: te enseña «una manera de trabajar», «tener constancia» y «aprendes a lidiar con el fracaso». En esto también coincide Leyre, de 13 años, que cuenta que solo hay dos opciones para los ensayos: «O te sabes las letras o te las sabes».
El coro está prácticamente conformado por niñas, porque a los varones le cambia la voz y no pueden aguantar. (Además, según cuenta González, la mayoría se van a fútbol. Por eso, ha ido retrasando la edad de entrada hasta los 5 años). En esto, hay una mezcla de voces y de edades que dan equilibrio al sonido del coro.
Emma e Iris, de 9 años, coinciden en que a veces las mayores las ayudan con las canciones. Además, todas reconocen que se lo pasan muy bien, sobre todo después de compartir tanto tiempo juntas –González ya hasta se ha convertido en «madre putativa».
Como apunta Berta, es un espacio propicio para la generación de envidias: «si te has preparado un solo y una amiga tuya lo ha hecho mejor que tú, puede suponer algo duro porque tenías algo imaginado, Pero nunca jamás nadie no tiene la suficiente educación para que eso se convierta en un problema». Al final, resume, «la gente que conoces en la música y en los deportes es la mejor gente que vas a conocer».
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