Gastrochic
Comer bien en el aeropuerto ya no es misión imposible
Nino Redruello tiene prevista la apertura de una sede de La Taberna de La Ancha a principios de 2025
En el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas están cambiando las cosas gastronómicamente hablando y para quienes nos relaja un bocado rico antes de embarcar, es una golosa noticia. Más si el vuelo es largo y puedes hacer que el viaje sea más ameno organizando tu pic nic en las alturas. De hecho, Areas ya gestiona 35 de los 55 locales disponibles, lo que representa el 70 por ciento de las ventas estimadas del pliego durante los ocho años que dura la concesión, mientras que otros tantos están por abrir. Con estos nuevos conceptos, Áreas ya ha transformado casi el 50 por ciento de su oferta gastronómica adjudicada en el aeropuerto, con 16 de los 35 establecimientos operativos. Dicho esto, lo mejor es llegar con tiempo, así que lean, lean, porque vamos a detallar cuáles son nuestras mesas favoritas en cada terminal. Tomen nota, porque desmigamos las más recientes aperturas. Además de la hamburguesa del Burger King, en la T1, o del bocata de Paul Express, en la T4S Norte y otro en la T4S Sur, en el caso de que cada minuto cuente, en la T2 una opción apetecible es Le Coq. Se trata de un concepto que seguro que conocerá, donde disfrutar de un pollo a la brasa con un marinado riquísimo acompañado de unas patatas o una pasada asada, aunque las guarniciones son variadas. Se sitúa a pocos metros de Bareto, Ojo, porque la novedad es la apertura de otra sede junto al hall de llegadas de la T4, que abre las 24 horas del día. Se trata de un concepto que conocimos en la apertura del primer local en lo que fue la mítica cervecería Correos y, a día de hoy, la capital ya acoge siete. Viajeros nacionales e internacionales se rinden ante un tapeo castizo donde los haya compuesto por raciones que saben a Madrid, porque una de bravas y un montadito de chipirones calma los nervios a cualquiera. Son propuestas que se han unido a otras ya conocidas como Rodilla, Santa Gloria y Chia, donde desayunar la tostada de pan integral de masa madre con salmón ahumado con guacamole, huevo ecológico poché, ali-oli de cítricos y aceite de oliva virgen extra, una opción súper saludable para armonizar con un Ginger Beet, preparado con fresa, remolacha, jengibre, zumo de lima y de naranja. Lo mismo que StrEAT, que tiene previsto establecerse en la T1 también, Viandas y Farine Emilite. Si ha de dirigirse a la zona de embarque de las puertas B, allí se encuentra La Barra de la Bientirada, también con espacio en la T4, en concreto en la zona pública de salidas. ¿Qué pedir? Deje que presida la mesa una de huevos rotos para compartir, la ensaladilla rusa, otra de rabas y el obligado pincho de tortilla para acompañar con una cerveza muy bien tirada, claro.
Poké y chocolate
Asimismo, la carta de Pura Brasa anuncia ensaladas, pastas, arroces, pescados, como la suprema de salmón, y carnes, entre ellas, el entrecot a la brasa y el pollo picantón. Si va con el tiempo suficiente, justo al lado se encuentra el rincón de la pastelería Chök, el templo del chocolate en el aeropuerto con opciones sin gluten y bajas en azúcar. Si en su caso debe adentrarse a la T4 tiene varias opciones buenas, ligeras y sanas para escoger antes de volar. Nos gusta tanto Flax&Kale como Aloha, en el caso de que les apetezca un poké. Y es que Areas, ha sido galardonada en la categoría «Rookie of the Year» por su propuesta de conceptos «healthy» en los premios internacionales de travel retail Enjoy Aena Awards. Y si tiene antojo de un dulce, busque el rincón de Balbisiana. Aún hay más, porque el Grupo Arzábal también se ha sumado a la renovación de la Terminal T4S con Market y Madrí, que unen a los dos restaurantes en el centro de la ciudad, tres puestos en el Mercado de San Miguel y un próximo establecimiento en el Estadio Santiago Bernabéu. Ambos con el sello de Iván Morales y Álvaro Castellanos, en Arzábal Market, que rinde homenaje a la cocina tradicional en un espacio que evoca la esencia de las antiguas tabernas, el viajero se puede despedir de nuestro Madrid ante una de bravas, otra de rabas y con las míticas croquetas de jamón con leche de oveja. Como pinchos, el de chistorra con escalivada. Madrí es otro de los lugares en los que cuesta menos decir adiós a la capital con unos torreznos y unos callos. Y quien inauguró en septiembre en la terminal 4 Satélite un negocio de nombre Hungry Club es Dabiz Muñoz. Aquí, las elaboraciones se degustan en la barra o están disponibles para llevar, así que la propuesta es dinámica y varía en función del momento del día, ya sea durante el desayuno, el «brunch», el almuerzo o la cena. Nace para romper las reglas de lo que entendemos por comer en un aeropuerto, así que es difícil escoger entre el bikini club «spicy grilled chicken», el «truffled» o el de barbacoa. La decisión es suya.
Por último, hemos sabido, que durante el primer trimestre del año que viene Nino Redruello tiene previsto abrir una sede de su La Taberna de La Ancha, ya consolidada en el Mercado de San Antón. Según palabras del cocinero, «es un reto muy grande, porque vamos a llevar al aeropuerto la esencia y la calidad de los platos tal y como los servimos en Madrid. Queremos que todas las personas que van a pasar por ahí a diario se tomen las mismas croquetas, las lentejas, la tortilla de patata o la menestra igual de ricas que en La Ancha. Es un reto por logística, pero tenemos la suerte de tener nuestra cocina de producción».
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