Medio Ambiente

Canal de Isabel II fabricará hidrógeno verde para mover coches

El proyecto estará listo este verano a partir de agua residual. Mejora la calidad: un análisis cada 1,3 segundos

Estanque de tormentas del Club Villa de Madrid, el mas grande de Europa. © Jesús G. Feria.
tanque de tormentas del Club Villa de Madrid, el mas grande de Europa.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Canal de Isabel II está a punto de revolucionar la gestión del agua con dos proyectos punteros: la producción de hidrógeno verde y un simulador de lluvia que permitirán no solo optimizar el uso del agua, sino también afrontar los desafíos que acarrea el cambio climático.

En pocos meses estará listo el proyecto de hidrógeno verde, que se desarrolla en la depuradora de Arroyo Culebro, y que convertirá a Madrid en pionera en Europa en el aprovechamiento del agua residual regenerada, que junto con el uso de placas solares, permitirá obtener hidrógeno verde, la opción energética más sostenible y respetuosa con el medio ambiente con aplicaciones en transporte y la calefacción.

«Se espera que este innovador sistema esté operativo a finales de verano y se convierta en un referente en la gestión sostenible del agua», explica a LA RAZÓN Mariano González, Consejero Delegado de Canal de Isabel II. La idea, no obstante, «no es su comercialización y producción masiva, sino contar con una alternativa más que puede servir para mover coches, camiones, taxis... O incluso para inyectarlo en la red de gas natural», detalla.

Otro de los retos es hacer frente a los nuevos patrones de lluvia que se producen en Madrid por el cambio climático. Entre otras cosas porque, no es que llueva menos, según González, sino que ahora hay un patrón pluviométrico en el que pasamos épocas de escasez de precipitaciones, mientras que en otros momentos se producen inundaciones masivas. Es decir, cuando llueve, el agua cae con más intensidad. Por esto surgió la idea de crear un simulador de lluvias que permita analizar cómo llueve y la composición de las gotas. Se analiza cómo la gota cae en el terreno y cómo afecta al drenaje urbano. «Esto nos dará mucha información cuando se pretenda realizar un desarrollo urbano porque nos permitirá saber cuáles pueden ser los suelos mas adecuados y que drenen mejor el agua a la red de alcantarillado para que no termine circulando con intensidad y así evitar inundaciones».

Calidad del agua

De forma paralela a estos proyectos, la Comunidad de Madrid aprobó ayer invertir más de 2.000 millones de euros en los próximos seis años para reforzar y garantizar la calidad del servicio de agua en la región. Esta cifra, contemplada en el Plan Estratégico de Canal de Isabel II 2025-2030, supone un aumento del 56% respecto a la media anual de los últimos diez años de la empresa pública.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad conocía ayer el plan, que ahora pasará a información pública, cuyo objetivo principal es asegurar el suministro de agua potable en un contexto en el que se prevé un crecimiento demográfico de más de 100.000 personas al año, la reducción de los recursos hídricos, el incremento de fenómenos meteorológicos extremos y la aplicación de normativas estatales y europeas cada vez más exigentes.

El agua del grifo en Madrid es considerada una de las mejores del mundo, gracias a la combinación de un entorno privilegiado y una gestión rigurosa. «Tenemos 13 embalses de gran capacidad muy bien mantenidos con aguas que proceden de un suelo de origen granítico, lo que garantiza una baja mineralización y una calidad superior en origen por contar con un entorno privilegiado en la sierra de Guadarrama», explica el Consejero delegado de Canal de Isabel II. A todo esto se añaden unas estructuras de potabilización estratégicas. El resultado de todos estos factores se traduce en un agua más pura y saludable que no requiere filtración adicional ni el consumo de agua embotellada. De hecho, Madrid es la región de España donde menos agua embotellada se consume.

A todo esto se une que el control de calidad es extremo por la nueva normativa europea hasta el punto de que se realizan más de 10 millones de análisis al año. Es decir, uno cada 1,3 segundos, lo que garantiza que el agua de Madrid cumpla con las normativas más exigentes. Además, Madrid cuenta con la mayor potabilizadora de España, ubicada en Colmenar Viejo, que recibirá una inversión de hasta 600 millones de euros para su ampliación.

Para lograr este objetivo, Canal de Isabel II destinará más de 850 millones de euros a la ampliación y mejora de las instalaciones de captación y tratamiento de agua. De esta partida, más de 450 millones se emplearán en la renovación de tuberías y otros componentes de la red de distribución, con el fin de reducir pérdidas y mejorar la calidad del suministro. Y es que para poder captar el agua en los embalses, que vaya a las potabilizadoras y, después, a los municipios, es necesario renovar redes. En el caso Comunidad de Madrid se hacen inversiones con la intención de reducir el porcentaje de pérdida de agua en todo ese tránsito y que es de solo el 4% .

Asimismo, se modernizarán varias estaciones de tratamiento, entre ellas la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Colmenar Viejo, la más grande de España y una de las mayores de Europa, con una dotación de 150 millones de euros.

[[H2:«Cada gota cuenta»]]

Un reto clave es la reducción del impacto del cambio climático. La aportación de agua a los embalses ha caído un 25% debido al cambio climático, lo que exige una gestión eficiente. «Cada gota cuenta», subraya González. Es por esto por lo que Canal de Isabel II planifica la demanda mes a mes y utiliza modelos probabilísticos para anticiparse a situaciones de prealerta.

Madrid también se enfrenta al desafío del crecimiento poblacional, con una previsión de 8 millones de habitantes en la próxima década. Para ello, se invertirá en la renovación de las redes de distribución y alcantarillado, que suman más de 33.000 kilómetros en la región.

Además, se invertirán más de 230 millones en la instalación de nuevas tecnologías que optimicen el funcionamiento de las depuradoras, permitiéndoles adaptarse a las nuevas exigencias en materia de vertidos. Paralelamente, se destinarán 250 millones para apoyar a los ayuntamientos en la modernización de sus sistemas de drenaje urbano, lo que contribuirá a una mejor gestión del agua en entornos urbanos.

Otro de los ejes fundamentales del plan es la protección de las masas de agua y ríos de la región. Para ello, se invertirán más de 50 millones en la construcción de instalaciones de tratamiento de alivios y elementos de retención, con el objetivo de evitar la contaminación de los cauces fluviales. También se asignarán 60 millones para el desarrollo de energías limpias y otros proyectos de eficiencia energética, alineados con las políticas de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático.

En el ámbito de la innovación y digitalización, la Comunidad de Madrid alcanzará en 2026 uno de sus grandes hitos: la implantación al 100% de los contadores inteligentes con telelectura para todos los clientes. Hasta la fecha, ya se han instalado más de 600.000 de un total de 1,6 millones de equipos previstos. Para completar esta modernización, se destinarán más de 100 millones de euros, mientras que otros 200 millones se invertirán en la transformación digital de todos los procesos de gestión del ciclo integral del agua.

Uno de los aspectos clave del Plan Estratégico de Canal de Isabel II es la mejora de los sistemas de drenaje urbano para minimizar los efectos de los episodios de lluvias torrenciales, como las DANAS. Para ello, se ha previsto una inversión de 800 millones de euros en saneamiento, optimización de depuradoras y mejora de la calidad de los vertidos. De esta cantidad, 500 millones se destinarán a la modernización de los sistemas de drenaje de la región, lo que permitirá reducir el impacto de las lluvias intensas y prevenir inundaciones en los municipios más vulnerables. Además, se continuará con la instalación de nuevas tecnologías en las plantas de tratamiento de aguas residuales, garantizando un servicio más eficiente y sostenible. Finalmente, otro de los retos es automátizar los procesos y «para eso hay que invertir en ciberseguridad».