Ilustración
De Bruselas a Madrid para mostrar “el arte del barrio”
Laura Floris y Polinho Trapalleiro son dos de los creadores que exponen —y venden— sus obras en ‘Los artistas del barrio’
Al pasear por la calle de las Dos Hermanas es difícil no reparar en los llamativos escaparates de Los artistas del barrio. Como su nombre adelanta, se trata de un recoveco para conocer y comprar la obra de distintos creadores en forma de láminas, postales, cuadernos, totebags, joyería, juguetes... y un largo etcétera.
Detrás de esta idea de evocar algo similar a las tiendas de regalos de los museos están Eponine Franckx y Sébastien Rouyet, una pareja belga que tuvo el gusanillo de acercar a los artistas a los ciudadanos mediante los Open Days, unas jornadas que se realizaron durante 15 años en las que los estudios de los artistas se abrían al público.
La primera edición del evento contó con 25 expositores y la última, justo antes de la pandemia, con 400. Con la llegada de la COVID-19, los dueños de Los artistas del barrio pensaron que sería su fin por el parón de turismo, pero se sorprendieron al verse favorecidos por el interés que surgió en muchos hogares de renovar la decoración de sus casas y porque, en esos paseos a las 20:00 que suenan tan lejanos ya, muchos vecinos descubrieron el negocio.
La primera en afincarse en la capital fue Eponine gracias a una beca, pero conoció a Sébastien durante el verano de 2011, y ya en 2012 él también se trasladó a Madrid por amor. La pandemia desvirtuó el concepto de “artistas del barrio” cuando muchos de los creadores tuvieron que volver a sus lugares de origen, pero ese barrio sigue muy presente en la tienda.
Tanto es así que, pese a la amplia variedad de productos, muchas de las creaciones que más éxito tienen son las que retratan la ciudad. “Sobre todo tenemos cuatro temáticas, aunque no es algo que hayamos decidido nosotros: cine, iconos —como Amy Winehouse, David Bowie, Freddie Mercury o Frida Kahlo—, Madrid y feminismo. Un 80% de las obras que tenemos han sido hechas por mujeres”, explica Rouyet, experiodista, a LA RAZÓN.
La tienda está muy cerca del café Pavón y del teatro homónimo, algo que su dueño celebra, pues sus asistentes con el tipo de público potencial de Los artistas del barrio. También lo son los madrileños, pese a que a priori pensaba que los más interesados en las pinturas relacionadas con la ciudad serían turistas.
Una de las creadoras cuyas obras sobre Madrid arrasan es Laura Floris, una madrileña que creció en Italia y que ha colaborado con Ágatha Ruiz de La Prada, aunque no se puede ignorar su biografía ilustrada de Lady Gaga, Born Her Way (Lunwerg). Esta ilustradora digital plasma con un estilo plástico y vivaz rincones tan emblemáticos como el Palacio de Cristal o la Plaza Mayor.
“Antes diujaba sobre todo chicas, pero después comencé con Madrid. Estoy enamorada de la ciudad, para mí es magia. Empecé a hacer fotografías, pero quería verlas con mis colores, que son totalmente diferentes a los de la vida real. Quería enseñar Madrid de una manera distinta, más artística y que sea original”, explica, con entusiasmo.
Entre los creadores expuestos destaca también Pablo Gª Conde-Corbal, más conocido como Polinho Trapalleiro. Este orensano afincado en el centro de Madrid relata que las láminas castizas le permiten aunar el dibujo con sus estudios en arquitectura al replicar sitios como El Palacio Real o el edificio Metrópolis. Eso sí, también cuenta en el catálogo de Los artistas del barrio con la imaginativa La Latina ambulante, que lleva al icónico barrio a la película El castillo ambulante (2004) de Hayao Miyazaki.
“Me obsesiona mucho la luz de Madrid, su cielo... y, por la noche, los ambientes de esta ciudad que tiene mucha historia pero que a la vez tiene ese toque decadente, con luces un poco lúgubres. Trato de representar los sitios por donde paseo”, narra. Ambos coinciden al retratar lo complicado que es que un ilustrador viva únicamente de su arte, en especial en un lugar con un coste de vida tan alto como Madrid, por lo que se suele combinar con otros trabajos, aunque el arte sea su pasión.
A ellos se les suman nombres como El chico llama, Ana Jarén, El dios de los tres, Bobby Q, la Barbuda, Fernando Vicente... todos ellos completan la larga lista de los Artistas del barrio, una tienda de regalos a la que aún se le resisten los clientes más jóvenes. “Intentamos tener precios asequibles, aunque es complicado por los costes de impresión, el packaging y lo que se lleva el artista. Nuestro público en especial es gente de entre 30 y 40 años, pues a los menores todavía les parece el caro pagar 20 euros por ir una ilustración, aunque van viniendo poco a poco”, concluye el belga.
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