Seguridad
Dos agentes de la Policía nacional salvan la vida a un bebé de 13 meses en Alcobendas
No podía respirar a causa de unas flemas y los agentes le realizaron las maniobras de reanimación
Agentes de la Policía Nacional salvan la vida a un bebé de 13 meses que jugaba en un parque de Alcobendas. Uno de los agentes le realizó la maniobra de Heimlich hasta que el menor rompió a llorar. Meses atrás este mismo policía ya salvó la vida a otro niño cuando se encontraba fuera de servicio.
. Los hechos sucedieron en la tarde del pasado míércoles, cuando los agentes, que se encontraban de servicio, fueron comisionados por la sala del CIMACC 091 para que se dirigieran a un parque de dicha localidad, donde al parecer había un bebé que no podía respirar. Una vez en el lugar, pudieron observar a un varón que tenia en brazos a un bebé, que no se movía ni respondía a ningún estímulo.
Uno de los policías cogió al menor en brazos, comprobando que no respiraba, por lo que procedió a realizarle la maniobra de Heimlich, y tras expulsar el bebé unas flemas por la boca empezó a respirar con dificultad, rompiendo posteriormente a llorar.
La madre del menor informó a los agentes que su hijo se encontraba jugando en el parque, cuando notó algo extraño en el menor, y al acercarse comprobó que el niño no se movía, se encontraba pálido y no podía respirar, por lo que procedió a dar aviso a los servicios policiales, acudiendo un indicativo rápidamente. Posteriormente se personó un indicativo del SUMMA. El menor fue trasladado por la ambulancia al hospital Infanta Sofía de la localidad de San Sebastián de los Reyes.
La maniobra de Heimlich, también llamada de compresión abdominal es una técnica de Primeros Auxilios en tres pasos que consiste en provocar un aumento de la presión en el abdomen y el pecho hasta lograr expulsar el objeto. En el caso de un bebé, se recomienda colocarle boca abajo mientras se sostiene su cabeza y hombros con un brazo. Con la otra mano, se dan cinco palmadas rápidas y fuertes entre sus omóplatos. Si no funciona, se coloca al bebé de cara, sujetándolo con un brazo. Se pone el otro brazo sobre la mitad inferior de su pecho, a dos centímetros del esternón y se hacen cinco presiones rápidas hacia abajo. Hay que repetir esta operación hasta que el bebé respire.
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