Restaurantes centenarios
Patrimonio gastronómico (además de histórico) de Madrid
Casa Labra, Lhardy y otros 10 restaurantes de la capital son declarados espacios culturales de interés por el Ayuntamiento
Historia viva -y en el plato- de Madrid. El Pleno del Ayuntamiento de la capital ha aprobado este martes, a propuesta del área de Cultura, Turismo y Deporte, declarar a los restaurantes centenarios de Madrid espacios culturales y turísticos de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad.
Con esta medida, ha informado la delegada del área, Andrea Levy, “el Consistorio quiere poner en valor este valioso patrimonio de la capital, cuya supervivencia se está viendo seriamente amenazada por la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la Covid-19”.
En la ciudad se conservan 12 establecimientos de este tipo agrupados en la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid (RCM). Son Bodega de la Ardosa (1892), Restaurante Botín (1875), Café Gijón (1888), Casa Alberto (1827), Casa Ciriaco (1887), Casa Labra (1860), Casa Pedro (1825), La Casa del Abuelo (1906), Lhardy (1839), Malacatín (1895), Posada de la Villa (1642) y Taberna Antonio Sanchez (1787).
Estos emblemáticos restaurantes llevan más de 100 años preparando los platos típicos de la ciudad. Además de atesorar la historia de la gastronomía, han sido testigos del devenir de la política, la literatura, la pintura o la tauromaquia. Algunos de los capítulos de la historia de la villa se han escrito entre sus paredes.
Casa Labra acogió la fundación del PSOE en 1879 y hasta antes de su cierre por la pandemia seguía congregando colas de madrileños y visitantes para degustar sus soldaditos de Pavía y sus croquetas de bacalao.
El edificio que alberga Casa Alberto se construyó sobre otro anterior del siglo XVI donde estuvo la casa en que Cervantes escribió el ‘Viaje del Parnaso’. En cuanto a Casa Ciriaco, fue frecuentada por el pintor Ignacio Zuloaga, los artistas Eduardo Vicente y Gerardo Rueda y escritores como Valle Inclán, Camba o Bergamín.
Las tertulias literarias del Café Gijón, donde se entrega el premio anual de novela homónimo fundado por Fernando Fernán Gómez, están ahora en riesgo de desaparecer, así como La Casa del Abuelo y sus famosas gambas; el mostrador de ónice y los guisos de Casa Alberto; el pantagruélico cocido madrileño de Malacatín; la gallina en pepitoria de Casa Ciriaco; los asados de Posada de la Villa (1642); los vinos que han atraído a la realeza a Casa Pedro o el ambiente taurino de Taberna Antonio Sánchez.
✕
Accede a tu cuenta para comentar