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Educación

Challenge universitario: retando al talento joven

El avance de la tecnología, el desajuste entre formación académica y demanda del mercado laboral y una generación Z más exigente está llevando a las compañías a incorporar nuevas metodologías para atraer a los jóvenes como las competiciones en las que deben proponer soluciones a un reto

 Un total de 84 universidades presentaron más de 380 propuestas para la descarbonización en el Challenge de la Fundación Repsol
Un total de 84 universidades presentaron más de 380 propuestas para la descarbonización en el Challenge de Fundación RepsolRepsol

Los nacidos entre mediados de los años 90 y 2010 que se están incorporando actualmente al mercado laboral "son una generación más informada pero también que demanda más, muy preocupada por la responsabilidad social de las empresas y porque las compañías tengan una correspondencia con sus propios valores", afirma Claudia Sandia, responsable de captación y selección de talento junior de Universia, empresa del Grupo Santander que busca impulsar la empleabilidad del talento joven, conectando a las empresas con las universidades y centros educativos.

Ha habido un cambio "con respecto a las generaciones precedentes y ahora los jóvenes se acercan a las empresas diciendo: yo voy a aportar mi conocimiento y contribuir a tus proyectos. ¿Cuál es tu oferta de valor para mí?". Como resultado, las empresas deben mostrar su atractivo laboral, y la búsqueda de talento ha evolucionado desde la simple publicación de una oferta de trabajo a formatos donde los jóvenes pueden exponer sus competencias en un ambiente menos rígido. "Cada vez son más comunes experiencias como los encuentros de 'networking' o las competiciones de talento porque para las compañías son una forma de presentarse y, a la vez, de conocer y seducir a jóvenes con el perfil que buscan", prosigue Sandia.

En las competiciones de talento, también llamadas retos ('challenges') o 'hackaton',una expresión tomada de los encuentros de programadores para desarrollar software, se propone una cuestión que los participantes deben resolver. Las temáticas cambian según el ámbito de interés de cada empresa, pero su esquema es siempre parecido: una campaña para dar a conocer la convocatoria; una fase de ejecución; y un cierre final cuando se da a conocer el resultado y los ganadores, y pueden desarrollarse en eventos presenciales o íntegramente online. Como recompensa más inmediata, estos desafíos suelen incluir un reconocimiento académico y un premio económico para los ganadores y ofrecen la posibilidad de "hacer 'networking' conociendo a otros compañeros universitarios con inquietudes parecidas, así como a los responsables de recursos humanos de las empresas".
Estos 'challenges' son también un aprendizaje sobre cuáles son las demandas del mercado laboral y un contexto propicio para los reclutadores de talento de las empresas.

Un ejemplo de estas competiciones es el Challenge Universitario sobre transición energética que Fundación Repsol promovió este año, dirigida a los estudiantes de grado, máster y doctorado de toda España "para que contribuyeran con sus ideas a resolver el puzle de la transición hacia una economía descarbonizada. Es muy importante avanzar en la transición energética y hacerlo de manera ordenada e inteligente, manteniendo la competitividad de nuestra industria y sectores productivos. Por eso nos parece clave contar con el talento universitario", explica Arantza Hernanz, directora de Educación y Conocimiento de Fundación Repsol.

En este 'challenge' participaron alumnos de 84 universidades agrupados en equipos, que presentaron más de 380 propuestas para dar soluciones a los cinco retos planteados en la convocatoria: ciudades descarbonizadas; movilidad sostenible; economía circular; industria descarbonizada y transición energética y sociedad. Tras la selección, resultaron elegidos 93 estudiantes organizados en 25 equipos para competir por uno de los cinco premios en la gran final celebrada en Madrid el mes de marzo. Los finalistas compartieron un fin de semana de 'hackaton' trabajando en sus proyectos hasta convertirlos casi en realidades de negocio y defenderlos ante un jurado de profesionales y expertos de Repsol. Los cinco equipos ganadores, uno por categoría, recibieron 12.000€ de premio y la posibilidad para sus integrantes de desarrollar una beca formativa en Repsol.

Desde Ecuador para realizar su reto profesional

Gabriela Cevallos, Vianny Castellanos y Noelia Cruz, alumnas las tres del máster en Comunicación e Industrias creativas de la Universidad Alicante, integraban el equipo EcoFuturo, declarado ganador del reto Ciudades descarbonizadas en el Challenge de Fundación Repsol. Su proyecto 'Jardineras urbanas alimentadas por miniplanta de tratamiento de residuos' plantea integrar en los maceteros de las ciudades un sistema en miniatura de procesado de desechos orgánicos procedentes del sector HORECA para producir compost que fertilice las plantas y que también convierta el gas metano resultado del proceso en agua con la que regar por goteo la maceta. A Gabriela, nacida en Quito (Ecuador), no le asustan los desafíos y se mudó desde su ciudad natal para cumplir su reto profesional. Como explica en el siguiente video, esa actitud ante los desafíos también le valió en la gran final del 'challenge'.

Marquesinas inteligentes contra la despoblación

El estudiante de Ingeniería Gerardo Cambra tiene 21 años y es de Lucena de Jalón (Zaragoza), un pueblo de 222 habitantes que está amenazado por la despoblación. Esa vivencia personal fue el motor básico de la idea que le convirtió en vencedor, con sus compañeros Adrián Almoyna, Gerardo Artal y Daniel Baya, del reto Transición energética y sociedad en el Challenge Universitario de Fundación Repsol. Los cuatro proceden del mundo rural y estudian en la Universidad de Zaragoza y, cuando se enteraron de la convocatoria por las redes sociales, decidieron formar el equipo Los amigos y presentarse con el proyecto 'Marloquinas: marquesinas inteligentes en la España rural', un diseño que convierte las marquesinas de las paradas de los autocares de línea en pequeñas estaciones de autobús, donde se pueda comprar los billetes, obtener información del viaje o del tiempo estimado de llegada, utilizando placas solares como fuente de energía. Como valor añadido tanto para los vecinos como para las empresas de transporte, estas "marloquinas" también dispondrían de taquillas o 'lockers' para la recogida y envío de paquetes de cuyo reparto se encargarían los propios autobuses.

Bacterias que capturan CO2 y lo transforman en azúcar

Simran Ramchandani, estudiante del máster en Biotecnología Industrial y Ambiental de la Universidad Complutense de Madrid, fue otra de las finalistas que llegaron hasta el hackaton del Challenge Universitario. Simran es una apasionada de la divulgación científica y a través de su cuenta @sim_biotica difunde en redes sociales su conocimiento para ayudar a los no especialistas a entender fenómenos como el COVID. Fue precisamente durante la pandemia cuando decidió que tenía que poner su formación en biología al servicio de los demás. Con su equipo llegó hasta la gran final con el proyecto 'Biotech UCM', que propone utilizar un tipo concreto de cianobacterias, un microorganismo con capacidad para absorber CO2 y transformarlo en un tipo de azúcar llamado sacarosa, como una alternativa para capturar las emisiones industriales de este gas y convertirlo en un producto que tiene utilidad. De su participación en el Challenge destaca el aprendizaje de presentar y vender un producto en un contexto muy parecido a un entorno laboral real.

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