Cargando...

Comunidad de Madrid

Todo listo para arrancar 2018

20.000 personas celebrarán en Sol la llegada del nuevo año bajo fuertes medidas de seguridad. A las 21:00 se desalojará la plaza y, tras las campanadas, comenzará un espectáculo pirotécnico de más de dos minutos

Los más impacientes se comieron las doce uvas ayer a mediodía larazon

Cuando se extinga el eco de la última campanada del reloj que corona la Real Casa de Correos habremos entrado en el año 2018 y, para celebrarlo como se merece, la Comunidad de Madrid tiene programado un espectáculo pirotécnico y digital.

Cuando se extinga el eco de la última campanada del reloj que corona la Real Casa de Correos habremos entrado en el año 2018 y, para celebrarlo como se merece, la Comunidad de Madrid tiene programado un espectáculo pirotécnico y digital. En total, mil cohetes cargados con 55,8 kilogramos de pólvora –once más que el año pasado– que llenarán el cielo de Madrid de figuras y colores que iluminarán la bienvenida al nuevo año. Una coreografía de pirotecnia y de lanzamiento de serpentinas, en 16 posiciones diferentes, que se prolongará durante más de dos minutos. En la performance predominarán el rojo y el blanco –que forman la bandera de la Comunidad de Madrid– pero sin olvidar otros colores.

Sin embargo, la mayoría de madrileños tendrán que disfrutar del espectáculo por televisión. Y es que el Ayuntamiento, en el marco del protocolo de seguridad, ha establecido un aforo máximo de 20.000 personas –dos por metro cuadrado– en la Puerta del Sol por motivos de seguridad. La activación del protocolo se producirá a las 21:00. A esa hora se procederá al desalojo del kilómetro cero y al cierre de los accesos a la plaza desde el Metro y el servicio de Cercanías. Una vez que la céntrica plaza esté completamente vacía se instalarán los controles de acceso al epicentro de Madrid que, como novedad, este año se emplazarán en los puntos de acceso a Sol y no al comienzo de las calles que desembocaban en la plaza.

Así, las vías que comunican con la plaza se dividen en dos grupos: de entrada y de salida. En el primero se incluyen la Calle Mayor, Arenal, Alcalá y la Carrera de San Jerónimo; por su parte en el segundo se incluyen Preciados, Carmen, Montera y Carretas –que además funcionarán como vías de evacuación–. En estos controles, los agentes registrarán bolsos y mochilas para intervenir objetos como petardos, bengalas, objetos contundentes y envases de vidrio. En la misma línea, el Ayuntamiento de Madrid repartirá 18.000 vasos de plástico.

Coordinación en Cibeles

El Centro de Coordinación del protocolo estará situado en el Palacio de Cibeles, a un kilómetro del epicentro de la fiesta de fin de año, aunque habrá un punto de observación en la Real Casa de Correos. Como novedad en el protocolo –en el que participarán la Brigada Móvil, agentes a caballo, guías caninos, la unidad de subsuelo de la Policía Nacional, así como un helicóptero y unidades de Samur-Protección civil y Bomberos del Ayuntamiento– este año 35 cámaras que habitualmente se utilizan para controlar el tráfico, registrarán imágenes de la Puerta del Sol para aumentar la seguridad. Además, al igual que en años precedentes habrá un servicio especial de megafonía, controlada por la Policía Nacional para emitir mensajes en caso de que sea necesario.

Una vez que la fiesta en el «kilómetro cero» haya concluido, el operativo especial de limpieza diseñado por el Consistorio que dirige Manuela Carmena comenzará a funcionar: 102 personas y 36 camiones del Servicio de Limpieza Urgente y del servicio de limpieza viaria del distrito Centro recogerán los vasos y residuos que no se hayan depositado en los 110 contenedores de gran capacidad que se colocarán en Sol y en las calles aledañas.

Sin embargo, como todos los años, durante la noche de hoy no habrá recogida de basura en los barrios. Es por eso que, en un comunicado, el Ayuntamiento insta a vecinos y comerciantes a abstenerse de sacar sus residuos a la calle. La recogida se producirá durante la tarde-noche de mañana con un servicio «reforzado», señalan desde el Palacio de Cibeles.

La ingesta de las doce uvas en Sol, aunque es el plato principal, no es el único evento que acoge hoy la capital. 42.000 corredores participarán en la clásica carrera popular de la San Silvestre Vallecana recorriendo las calles de Madrid. Este año la competición comienza en la Plaza de los Sagrados Corazones (junto al estadio Santiago Bernabéu) a las 17:30 y finalizará su recorrido, diez kilómetros después, en la Calle Candilejas del distrito de Puente de Vallecas.

Las medidas adoptadas por el Consistorio y por el ejecutivo regional se completan con el refuerzo del transporte público. Así, las líneas 1, 2, 4, 5, 9 y 10 de Metro de Madrid ampliarán sus servicios en un 33% por la San Silvestre: desde las 15:00 hasta la finalización del evento, los convoyes de estas líneas reducirán sus intervalos de paso. Más tarde, el esquema se repetirá en las líneas 1, 2, 3, 5 y 6, las más usadas por los madrileños para sus desplazamientos en el último día del año, y en las que se triplicarán los trenes. Los servicios de Metro de Madrid terminan hoy en su horario habitual (1:30) y se reanudarán mañana sesenta minutos más tarde de lo normal: a las 7:00 horas. Además, durante toda la noche, el personal de Metro y de las empresas de vigilancia aumentarán su presencia en los vestíbulos de las estaciones más transitadas de la red.

Los vehículos de la EMT también registrarán modificaciones: más de 70 líneas aleran su recorrido hoy para no interferir en el transcurso de la San Silvestre. Además, en los servicios diurnos, a las 22:30 saldrán los últimos autobuses para terminar el recorrido a las once. El servicio nocturno de la EMT se adelanta a las 22:30 y se mantendrá –con un intervalo de entre 25 y 45 minutos– hasta las 6:45 de mañana.

Cuenta atrás para las doce campanadas

A pocas horas para el fin de año, todas las miradas están puestas ya en la Real Casa de Correos y en el reloj que corona el edificio. Por eso, Jesús López, el encargado de su mantenimiento y funcionamiento, admite en conversación con LA RAZÓN encontrarse «algo nervioso». «Cuando toda una nación está pendiente del reloj y de su funcionamiento para comerse las uvas con sus seres queridos, lo lógico es tener mariposas en el estómago», asegura. Sin embargo, López confía en «el conocimiento, la experiencia y la responsabilidad» del equipo que él dirige y que se dedica a supervisar el funcionamiento de la maquina del tiempo más importante de España los 364 días anteriores: «A lo largo de todo el año estamos pendientes de que cada pieza funcione como debe y que el mecanismo en su conjunto esté en óptimas condiciones, por eso tenemos un extra de tranquilidad», señala.

Hay otra realidad que apuntala el sentimiento de calma del relojero: el funcionamiento del reloj a lo largo de todo el año. «Como las agujas se mueven todos los días, no nos preocupan demasiado porque sabemos que están en muy buenas condiciones, nos centramos en la bola», dice el encargado del minutero, que explica también que la esfera dorada situada encima del reloj «se instaló hace años y bajaba cuando eran las doce de la noche, como un aviso para las personas que estaban en la Puerta del Sol de que se acababa el día». Con el paso del tiempo dejó de tener sentido «y ahora está inmovilizada durante el año y sólo desciende en ocasiones muy señaladas como es el día de Nochevieja», añade.

A esto se suma otro problema: El mecanismo de la bola es manual, no está mecanizado y obliga a los relojeros a estar muy atentos. «Los que vigilamos el reloj tenemos que extremar las precauciones cuando se acerca la hora clave», afirma López. Y es que uno de los inconvenientes de ser el encargado de anunciar a España que se acaba el año y que empieza uno nuevo es vivir ese momento alejado de su familia y de sus seres queridos. Porque el relojero pasa la Nochevieja –y se come las doce uvas– en el interior de la Real Casa de Correos para asegurarse de que el plan trazado se ejecuta a la perfección.

Después de lustros trabajando con el reloj, López conoce la rutina del último día del año al dedillo: «Cae la bola, suenan los cuartos y empiezan a sonar los doce “gongs” que indican que son las doce y que el año se ha acabado» por eso reconoce entre risas no entender aún «cómo siempre hay gente que confunde los cuartos con las campanadas».