Valencia

Fuset renuncia a asistir a asambleas y plenos de la JCF tras las críticas recibidas

El concejal delega en el vicepresidente la dirección de los órganos representativos de las Fallas para «despolitizar la fiesta»

El concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, ayer durante la rueda de prensa
El concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, ayer durante la rueda de prensalarazon

¿Puede despolitizarse un órgano dirigido por un político?, «¿dependencia o independencia?» Esa es la cuestión que puso ayer sobre la mesa el concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, para justificar que se retira de la primera línea de batalla y que a partir de ahora será su segundo quien reciba las críticas y reproches del colectivo fallero.

La pseudodimisión de Fuset en la JCF solo afecta a su asistencia a las asambleas y plenos, ya que el Ayuntamiento, que al fin y al cabo es el que dota de presupuesto a esta entidad, seguirá siendo el que tome las decisiones de calado.

Fuset aseguró que su paso atrás tiene como finalidad «despolitizar» la JCF después del aluvión de reprobaciones por parte del colectivo fallero, la última de ellas en torno a una polémica encuesta con preguntas acerca de afinidad política, religión o identidad territorial.

«Mientras haya un político presidiendo las fallas, habrá sensación de politización». Así que, anunció, a partir de ahora será un fallero el que presidirá los debates hasta que se celebre el cacareado y también polémico congreso. Este será Javier Tejero, vicepresidente primero de la Junta Central Fallera.

«Las Fallas serán aquello que vosotros queráis. Merecéis un congreso participativo donde se escuchen todas las voces», declaró el concejal para, a continuación, lanzar un mensaje a los presidentes de las comisiones falleras: «El futuro está en sus manos. Deben decidir qué vinculación quieren con el Ayuntamiento. Lo más conveniente es que en un congreso las falleras y los falleros puedan decidir cómo quieren funcionar e, incluso, quién quieren que los presida».

De esto y de mucho más querían hablar los presidentes en la asamblea que celebraron anoche y a la que invitaron al alcalde Joan Ribó y a la que este rechazó asistir. Los presidente, por su parte, declinaron la invitación del primer edil para reunirse por la mañana. Ninguno de las dos partes dio su brazo a torcer.

Para rebajar la tensión y «favorecer un diálogo necesario y fluido entre los diversos agentes festivos», Fuset anunció que se habilitarán mecanismos extraordinarios de atención a los diferentes representantes del colectivo fallero.