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Cómo superar la depresión post vacacional, contado por un psicólogo
Cinco consejos para afrontar la vuelta al trabajo con energía y ganas
Seguro que llevas años oyendo hablar de este término o concepto, especialmente cuando llega el mes de septiembre. Pero, ¿sabes realmente de qué se trata? Lo cierto es que va mucho más allá de un simple añoranza por las vacaciones pasadas, por vivir descalza, con el olor de la sal en el pelo y sin horario, aunque tampoco se considera una enfermedad mental propiamente, si no más bien un proceso de adaptación a la vida laboral que puede ser especialmente complicado para algunas personas por venir acompañado de malestar emocional y/o físico. Esto se conoce como “síndrome post vacacional”, y vamos a contarte de que va.
Para entender más claramente de qué se trata hemos querido preguntar a Olga Garrido Orozco, psicóloga especializada en Bienestar Laboral y Burnout, con más de 17 años de experiencia en el mundo corporativo multinacional, quien nos ha contado alguno datos de los más interesantes:
¿Cuáles son las características síndrome de estrés post vacacional?
Algunos de los síntomas son parecidos a los de la depresión y ansiedad, entre los que pueden encontrarse:
-Tristeza.
-Apatía.
-Falta de energía.
-Ansiedad.
-Dificultad para concentrarse.
-Irritabilidad.
-Sensación de angustia.
¿Cómo sobrellevar el estrés post vacacional y disminuir su impacto en nuestra calidad de vida?
Olga nos da cinco consejos que podemos aplicar en nuestro día a día
-Lo más recomendable es la prevención. Cuando estamos de vacaciones, lo habitual es que queramos aprovecharlas al máximo y vivirlas a tope hasta el último día. Sin embargo, cambiar de actividad de manera abrupta puede perjudicarnos a la hora de vivir la vuelta de una manera saludable. Si has estado de viaje, evita volver el día anterior de empezar el trabajo. Dedica tiempo a organizar tu vuelta. Resérvate unos días para prepararte tanto mental como físicamente y empezar a retomar tus hábitos y rutinas cotidianas.
-Acepta que necesitas un tiempo de adaptación y date el permiso de tomarte la vuelta con calma. La creencia de que debemos volver de vacaciones con las “pilar cargadas” y a pleno rendimiento resulta contradictora cuando, nos sentimos poco productivos y experimentamos esa dificultad inicial de reconectar con nuestra vida cotidiana. Pide ayuda cuando lo necesites, empieza por las tareas más fáciles para ti, celebra tus avances y logros y, sobre todo, resiste la tentación de llevarte el trabajo a casa y compensar la percepción de falta de productividad invirtiendo más horas de las necesarias en tu trabajo.
-Presta especial atención a tu descanso. Si hay un aspecto que necesitas cuidar es el relativo a tus horas de sueño. Nuestro descanso está directamente relacionado con nuestra productividad, nuestra energía e incluso con el humor con el que afrontamos el día. Un buena jornada laboral empieza el día anterior a la hora a la que te vas a dormir.
-Practica la relajación. La práctica del mindfulness puede ser una gran aliada para mantener una actitud positiva y también otras actividades que nos ayudan a relajarnos como el ejercicio físico, los paseos por la naturaleza, la lectura de un buen libro o escuchar música.
-Regálate algunos placeres que te conecten con tu tiempo libre y te permitan disfrutar. El fin de las vacaciones no es necesariamente el fin de dejar de hacer cosas que nos gustan y nos hacen sentir bien. Planifica tu ocio con aquellas actividades que sean placenteras para ti y recarguen tu energía y sí, no hacer nada y dejar espacio para el aburrimiento también es una opción estupenda.
La buena noticia es que no suele durar más allá de las 2-3 semanas, el tiempo juega a tu favor, así que paciencia.