Guerra de Ucrania
Lluvia de misiles contra la histórica catedral de Odesa
Zelenski promete represalias tras el nuevo ataque ruso con cinco tipo de proyectiles distintos que ha dejado un muerto y 22 heridos en el centro de la ciudad portuaria
Otra noche más de ataques bárbaros contra la «Perla en el mar» de Ucrania, como se conoce a este popular centro turístico, importante puerto y lugar arquitectónico único, que se convirtió en el más destructivo desde el inicio de la invasión rusa. El Ejército del Kremlin empleó 19 misiles de cinco tipos. Ya que la defensa aérea de Ucrania sigue sin poder derribar los misiles «Onyx» y «Kh-22», provenientes de Crimea y el Mar Negro, diez de ellos impactaron en varias partes de la ciudad, matando al menos a una persona e hiriendo a 22, entre ellos cuatro niños.
«Ráfagas de misiles rusos mataron a personas y arruinaron lugares emblemáticos de Odesa, protegidos por la UNESCO», aseguró el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba. De acuerdo con el jefe de la diplomacia ucraniana, «el mayor ataque de la historia contra un gran puerto vital para la seguridad alimentaria mundial» supone «un ataque contra toda la comunidad mundial». Kuleba instó a todos los países y organizaciones internacionales «a condenar este bárbaro crimen de guerra».
Con su devastación tan categórica de Odesa y su infraestructura portuaria, Rusia quiere «destruir» por completo el Acuerdo del Grano y cerrar cualquier acceso al Mar Negro para Ucrania, según el asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Myjailo Podoliak. Afirmó que Moscú también busca materializar «su odio por Ucrania y especialmente por Odesa simplemente destruyendo su memoria e historia» y volver a asustar al mundo con el terrorismo descarado y forzar así la discusión de «posibles concesiones a Rusia». El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, subrayó que «el continuo terror ruso con misiles en Odesa, protegida por la UNESCO, constituye otro crimen de guerra del Kremlin».
La ráfaga de misiles rusos ha destruido parcialmente la Catedral de la Transfiguración en el centro histórico de Odesa, dañando también docenas de viviendas y otros edificios históricos que están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. «Los rusos lograron destruirla por segunda vez», comentó un vecino. La catedral, originalmente construida en 1795, fue desmontada por completo por los bolcheviques en 1936. Su restauración comenzó después de que Ucrania se independizara, con muchos de sus habitantes contribuyendo a financiarla, incluso en medio de la terrible situación económica tras el colapso de la URSS.
La catedral pertenece a una rama de la Iglesia ortodoxa ucraniana del patriarcado de Moscú que históricamente ha tenido estrechos vínculos con la Iglesia rusa. Fue el patriarca ruso Kiril, que ahora apoya la invasión de Ucrania, quien celebró una misa en la iglesia hace más de una década. La Iglesia condenó en un comunicado «este acto terrorista contra el santuario principal y el corazón espiritual de la ciudad de Odesa, alrededor del cual vive gente pacífica y que no está relacionado de ninguna manera con instalaciones militares».
La destrucción de la catedral recuerda que esta guerra nunca fue para defender a los «hablantes de ruso discriminados», afirma Olena Halushka, del Centro Internacional para la Victoria de Ucrania. A los rusos no les importan las vidas humanas ni el orden internacional, subrayó. «Por eso Ucrania no dejará a nuestro pueblo bajo la ocupación rusa».
Los feligreses de la iglesia y los vecinos se apresuraron a ayudar a limpiar los escombros. El ataque ruso también ha dañado cientos de apartamentos, con puertas y ventanas arrancadas de las paredes y grandes fragmentos de yeso caídos en el interior.
Aun así, Kateryna Nozhevnikova, residente de Odesa, escribió después del ataque que lo que más lamenta no es la destrucción de la catedral y otros de sus edificios favoritos. «Lo siento más por la gente. Lo siento por una joven que vi en el refugio antiaéreo y que estaba tratando de amamantar a su bebé para que no gritara. Había desesperación en sus ojos», comparte. «Lo siento mucho por los que viven así todos los días. Allí, en la línea de fuego, detrás de la cual sólo queda el infierno creado por los rusos», subrayó Kateryna.
El aluvión de ataques rusos contra Odesa durante la última semana ha provocado discusiones sobre cómo proteger la ciudad, con el foco en la necesidad de entregar medios a Ucrania para atacar los sitios de lanzamiento rusos. «Los ataques se pueden detener, al menos parcialmente. Es necesario golpear el puerto de Sebastopol. Hay un sistema de misiles costeros "Bastión", desde el cual se lanzan misiles "Onyx". También hay buques desde los que Odesa está siendo atacada», sugirió el popular bloguero y voluntario Sergii Sternenko. «Ucrania necesita misiles capaces de alcanzar objetivos a 300 km de distancia como ATACMS, TAURUS o versiones no exportables de SCALP/Storm Shadow», subrayó.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseveró que «no puede haber excusa para la maldad rusa», con misiles lanzados «contra ciudades pacíficas, edificios residenciales, una catedral» y prometió «una represalia a los terroristas rusos por Odesa». «Todos los que sufrieron este último ataque terrorista están recibiendo ayuda», aseguró. «Lo superaremos. Restableceremos la paz. Y para ello, debemos derrotar al mal ruso», auguró.