Estados Unidos
Trump alega que su juicio es un "asalto" a EE UU
El expresidente denuncia una "persecución política" en el inicio del primer proceso penal por el soborno a la actriz Stormy Daniels
Donald Trump ha traslado su campaña electoral a la ciudad de Nueva York. A pesar de los múltiples intentos del expresidente por evitar ser juzgado en la ciudad que lo vio nacer, este lunes arrancó en la Gran Manzana el primer juicio penal contra un exmandatario de Estados Unidos. Trump ha dicho que tiene intención de testificar, pero con él todo son sorpresas y habrá que esperar a que llegue el momento para ver si realmente sube al estrado.
Una mala respuesta o contestación fuera de lugar podría ser más grave que en ocasiones anteriores al tratarse de una causa criminal. Este proceso promete poner a prueba el tan aclamado concepto norteamericano de que ningún ciudadano está por encima de la ley. Un cuerpo a cuerpo de las instituciones contra el Goliat trumpiano.
En esta primera jornada se ha comenzado a seleccionar a los 12 miembros del jurado y sus sustitutos, por eso estaban citados a primera hora de la mañana cientos de ciudadanos que tendrán que rellenar varios formularios para confirmar que no tienen ¨prejuicios ocultos¨, y que no llegan al proceso con ideas preconcebidas de la inocencia o culpabilidad del exmandatario. Una tarea nada fácil en un estado puramente demócrata.
Solo este proceso podría alargarse varios días o incluso semanas. Se espera que el proceso, que no será televisado, dure entre seis y ocho semanas. Los miércoles no habrá sesión, y el resto de la semana el proceso arrancará a las 9:30 am (las 3:30 pm en España) hasta aproximadamente las 4:30 de la tarde (22:30 horas en España).
Trump ha llegado en medio de una gran expectación mediática, con profesionales de los medios de comunicación llegados de todos los rincones del mundo para contar el primer juicio penal contra un expresidente estadounidense. Las medidas de seguridad han sido extremas, con varios cuerpos de seguridad implicados. El servicio secreto se encargará de ahora en delante de proteger a Trump, mientras la policía de Nueva York velará por las carreteras y la ruta de la caravana desde su ático en Torre Trump de la Quinta Avenida hasta el bajo Manhattan donde se celebrará el proceso.
El exmandatario ha llegado 15 minutos antes de que comenzara la audiencia de hoy y esta vez no se ha dirigido a los medios, lo hacía poco antes a través de su red social Truth Social, con un video editado asegurando que es un caso que nunca debería haberse presentado, ¨Ellos quieren quitarme mi libertad porque yo nunca les dejaría quitaros vuestra libertad¨ es así de simple. Me quieren callar porque yo nunca os callaría a vosotros¨, señalaba la voz en off del exmandatario. ¨Soy el único que puede salvar esta nación, sabéis que no vienen a por mi, ellos vienen a por ti y yo solo estoy en medio y nunca me moveré¨. Ha prometido que el 5 de noviembre, dando por hecho que ganará las elecciones, ¨regresará la justicia¨.
El domingo Trump durmió en su ático de la Torre Trump, ese que casi pierde por no conseguir reunir una multa por fraude fiscal. De momento sigue siendo de su propiedad y allí descansará hasta que termine el proceso, lo que supone poner la Gran Manzana patas arriba cada vez que el republicano se traslade de la Quinta Avenida al bajo Manhattan, donde se encuentra el edificio del Tribunal Penal de Manhattan entre andamios de construcción.
Las medidas de seguridad, que llevan meses en marcha, son más estrictas de lo habitual por la afluencia de medios de comunicación que se espera que sigan el proceso, y los seguidores que podrían acercarse a animar a su líder, así como los detractores. Las estrictas medidas de seguridad se deben a la presencia de Trump, pero también a la del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin L. Bragg, cuyo equipo ya recibió varias amenazas en el pasado por haber presentado la demanda ante el magistrado Juan M. Merchán que será quien juzgará el caso.
Hasta en tres ocasiones ha tratado el republicano de retrasar esta cita legal (Trump y su equipo legal quieren que los 4 juicios penales que enfrenta tengan lugar una vez es elegido presidente), pero en contra de todos sus esfuerzos, el juicio comenzará hoy en medio de una expectación mediática que no se veía desde hace caso tres décadas por el caso de O.J. Simpson, fallecido la pasada semana por un cáncer de próstata. Para evitar insultos o ataques fuera de lugar, el juez Merchán le ha impuesto a Trump una orden de silencio que le prohíbe ir contra los jueces, testigos, personal del tribunal o sus familiares, una práctica que ha sido habitual en las redes sociales del exmandatario.
Trump perdió su último recurso para recusar al juez. Merchán negó la solicitud antes del comienzo de la selección del jurado. Hasta ahora, más de 500 personas han sido rechazadas para participar en el mismo.
Este es un momento decisivo para la democracia estadounidense porque se da la circunstancia de que el candidato republicano también libra una batalla en el terreno político para regresar a la Casa Blanca.
A Trump parece no asustarle los 34 cargos criminales que enfrenta por encubrir el pago de $130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels con el fin de que guardara silencio por una supuesta aventura sexual con Trump y así no influir en los resultados electorales del 2016. Su equipo legal espera que una absolución total o que el jurado se muestre reticente y el proceso se anule.
Trump lo niega todo. Los pagos y haber mantenido relaciones sexuales con Daniels. Ha asegurado que así lo defenderá ante el jurado. Para demostrar lo contrario, los fiscales podrían llamar a declarar a Stormy Daniels, y a Karen McDougal, otra ex modelo de la revista Play Boy que también asegura que tuvo una aventura con Trump y a la que le pagaron por que guardara silencio.
En la lista de testigos también podría estar Michael Cohen, exabogado personal de Trump y el encargado de pagar directamente a Stormy Daniels por su silencio. El juez dijo este lunes que permitirá a los fiscales admitir como prueba los ataques verbales de Trump contra su exabogado si la defensa intentar dañar la credibilidad de Cohen.
Se requiere la presencia de Trump en todas las sesiones del proceso, pero podría llegar a un acuerdo para saltarse alguna. Lo que sí está claro es que no se espera que el exmandatario pierda ninguna oportunidad delante de los micrófonos para darle la vuelta a este proceso y utilizarlo a su favor.
Según las últimas encuestas, Trump y Biden comparten cifras de popularidad, con una muy ligera ventaja del demócrata. Habrá que ver qué pasa en las próximas semanas, porque posiblemente este sea el único proceso penal, de los 4 que tiene pendientes el exmandatario, que se celebre antes de las elecciones del 5 de noviembre.
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