
Yemen
Trump amenaza con atacar directamente a Irán si los hutíes no detienen sus agresiones
Los rebeldes yemeníes responden el inicio de la “decisiva” operación estadounidense con un ataque al portaaviones Harry S. Truman
Poco más de una semana después de trascender que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había enviado una carta al ayatolá Alí Jameneí con vistas a negociar sobre el programa nuclear, la temperatura entre Washington y Teherán no ha hecho más que elevarse desde el pasado fin de semana. El desencadenante ha sido el inicio de una operación militar “decisiva”, según la Administración Trump, de las fuerzas estadounidenses contra los rebeldes hutíes en Yemen.
El movimiento chiita controla gran parte del territorio de Yemen gracias al apoyo militar y financiero de la República Islámica de Irán y viene atacando desde hace aproximadamente 16 meses buques militares y comerciales occidentales en apoyo de Hamás y el ‘eje de resistencia’ contra Israel y Estados Unidos. En otro movimiento que deja claro que Trump no está dispuesto a dejar pasar el tiempo para actuar en defensa de los intereses de su país en el exterior, la Administración estadounidense lo dejó claro el sábado: “Se os ha acabado el tiempo”.
Tras la primera oleada de bombardeos contra la infraestructura del movimiento -según fuentes militares recogidas por la prensa estadounidense la operación puede durar varias semanas-, los rebeldes chiitas yemeníes atacaron en respuesta el portaaviones estadounidense Harry S. Truman, plataforma utilizada por Washington para sus ataques contra los hutíes en sus feudos yemeníes.
Ayer, Trump volvía a la carga con una amenaza aún más directa a Irán, cerebro del ‘eje de resistencia’. El presidente estadounidense prometió este lunes responder “con gran fuerza” a los rebeldes de Yemen, a los que llamó “siniestros gánsteres y matones”, y avisó de que cualquier “disparo” del grupo será “responsabilidad” de Irán.
“De ahora en adelante, cada disparo de los hutíes será considerado como un disparo de las armas y los líderes de Irán e Irán será responsable y sufrirá las consecuencias y serán terribles”, afirmaba ayer el presidente estadounidense en la red social Truth Social. “No hay garantías de que esa fuerza se detenga ahí”, zanjó el mandatario estadounidense. En el mismo texto, Trump aseveró, en referencia a las acciones de sabotaje hutíes, que “todas emanan y han sido creadas por Irán”.
Entretanto, desde Teherán las autoridades iraníes, que en las últimas horas han insistido en marcar distancias con la organización yemení insistiendo en su independencia “operativa”, aseguraban que responderán en caso de ser atacados directamente. “Irán responderá de manera decisiva y con plena fuerza contra cualquier violación de su integridad territorial, seguridad o intereses nacionales. De esto no hay ninguna duda”, afirmó en conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní Esmail Baghaei.
El vocero de la cancillería iraní subrayó “lo altamente contradictorio” de la actitud de la Administración estadounidense días después del envío de una misiva al ayatolá Jameneí. Lo cierto es que en el último año la estrategia iraní en Oriente Medio se ha visto claramente debilitada toda vez que Hizbulá, su principal proxy, ha quedado militarmente casi desarticulado, Siria dejará de ser una plataforma logística privilegiada en sus ataques a Israel y Hamás ha sufrido un importante castigo tras más de 15 meses de castigo israelí. El régimen de los mulás ve ahora amenazada a una de sus fuerzas aliadas en Yemen.
Mientras tanto, las calles de las ciudades controladas por los hutíes, entre ellas Saná, la capital, registraron ayer grandes manifestaciones de adhesión al régimen tras los bombardeos estadounidenses en las gobernaciones de Taiz, Saada, Hajjah, Marib, Al-Bayda y Dhamar, que dejaron un total de 53 víctimas mortales y por encima de un centenar de heridos, según reconocieron las autoridades sanitarias del Gobierno rebelde.
El movimiento político y militar chiita -incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos- comenzó a atacar buques occidentales a finales de 2023 en apoyo al autodenominado ‘eje de resistencia’ a raíz de la cadena de atentados perpetrados por Hamás en suelo israelí el 7 de octubre de aquel año. Las continuas agresiones de los rebeldes yemeníes en aguas del mar Rojo han tenido notables repercusiones en el tráfico marítimo mundial y han obligado a las fuerzas estadounidenses a embarcarse en una costosa campaña para interceptar misiles y drones del movimiento. Según el Pentágono, los hutíes han atacado barcos de guerra estadounidenses un total de 174 veces y buques comerciales en 145 ocasiones desde finales de 2023.
Por su parte, Naciones Unidas mostró ayer su “preocupación” por las consecuencias de los bombardeos estadounidenses contra las zonas controladas por los rebeldes proiraníes. En un comunicado firmado por el secretario general António Guterres, la ONU llamó “al cese de todas las actividades militares”. “Cualquier escalada adicional puede exacerbar las tensiones regionales y avivar ciclos de venganza que pueden desestabilizar más Yemen y la zona y agravar la ya mala situación humanitaria del país”, zanjaba la nota del secretario general de Naciones Unidas.
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