
Guerra comercial
Trump amenaza con aranceles del 200 % al vino y otras bebidas alcohólicas de la UE
España, Francia e Italia se alzan como los principales productores del vino exportado a Estados Unidos

La guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escala. En las últimas horas, el mandatario amenazó con imponer un arancel del 200% a todos los productos alcohólicos provenientes de la Unión Europea, incluidos el vino francés y el champán. El anuncio lo hizo con un tono mucho más fuerte que en las anteriores comunicaciones, intensificando las tensiones comerciales transatlánticas. «La Unión Europea, una de las autoridades fiscales y arancelarias más hostiles y abusivas del mundo, que fue formada con el único propósito de aprovecharse de Estados Unidos, acaba de imponer un desagradable arancel del 50% sobre el whisky», escribió Trump en su plataforma Truth Social. «Esto será genial para los negocios de vino y champán en EE UU», sentenció el republicano. Estados Unidos es uno de los mayores importadores de vinos y licores europeos, por lo que la relación es un recurso útil para Trump en las negociaciones comerciales. Francia, en particular, se beneficia de fuertes exportaciones de vino a EE UU, y su industria ya había sufrido un gran golpe en las ventas durante el primer mandato de Trump, cuando impuso aranceles. Esta táctica hace parte de una estrategia del republicano, quien está utilizando los aranceles para forzar mejores términos comerciales para las empresas estadounidenses o para protegerlas de lo que considera una competencia global injusta.
La UE, un bloque político y económico de 27 Estados miembros, regula estrictamente el acceso a su mercado interno, lo que provoca la frustración de Trump, quien desea que más productos estadounidenses ingresen a Europa.
En este sentido, con EE UU siendo uno de los mayores importadores de vinos y licores europeos, esta relación pasa a hacer un recurso útil para Trump en las negociaciones comerciales. «Los empleos están en juego. Los precios subirán. En Europa y en Estados Unidos», había explicado el martes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un tono contundente. «Los aranceles son impuestos. Son malos para los negocios y aún peores para los consumidores. Estos aranceles están perturbando las cadenas de suministro. Generan incertidumbre para la economía».
Por su parte, hablando poco después de la publicación de Trump en Truth Social, el secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick, dijo que el presidente está respondiendo «con fuerza y poder» a las represalias de socios comerciales como la UE.
Lutnick aseguró que Estados Unidos va a «enseñar al resto del mundo respeto» en lo que respecta al comercio, afirmando que, si bien se pueden ver productos internacionales como automóviles en EE UU, no se pueden ver automóviles estadounidenses en otros lugares debido a términos comerciales injustos.
El capítulo con la Unión Europea no es el único frente abierto de la actual Administración. Este jueves el ministro de Finanzas de Canadá y otros funcionarios se reunieron con el secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick, en un esfuerzo por calmar una guerra comercial global en escalada provocada por los aranceles que la Administración Trump impuso a las importaciones de acero y aluminio de todo el mundo. Trump intensificó las amenazas arancelarias contra los socios comerciales de Estados Unidos esta semana, siendo Canadá y la Unión Europea los que han respondido rápidamente con sus propios gravámenes de represalia. En el caso canadiense, el sentimiento antiestadounidense ha crecido rápidamente en medio de un agitado clima político con elecciones a la vista.
Los constantes llamadas de Trump a que su vecino deje de ser un país soberano para convertirse en el «Estado 51 de EE UU» han sido calificados por todos en el espectro político –de izquierda a derecha– como un insulto, opinión compartida por los ciudadanos que han boicoteado los productos estadounidenses en los supermercados, invitando a las familias a comprar bienes nacionales. Estas medidas, advierten los expertos, podrían conducir a a una recesión en el país este mismo año, según J.P Morgan.
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