
Guerra y paz
Olena Zelenska, esposa de Zelenski: cómo mantener el amor haciendo la guerra
La invasión trastocó la vida cotidiana de su familia, pero la primera dama ucraniana confía en recuperar al hombre que desde entonces viste para el combate

Tres años de guerra han dejado en Volodimir Zelenskiel rostro surcado de ojeras y marcado por el cansancio. Con su uniforme de faena y el jersey oscuro, su imagen en la Casa Blanca era la antítesis Donald Trump, impecable con su traje y tez anaranjada. Le prometió al presidente estadounidense que usará uno similar, seguramente más barato, cuando cese el conflicto.
Mientras, el líder ucraniano declara su intención: sigue en estado de emergencia. No como un burócrata, sino como un soldado que comparte las dificultades de su pueblo. Este mensaje de determinación y resistencia lo comparte su mujer, Olena Zelenska. La guerra ha perturbado la vida cotidiana de millones de hogares ucranianos, también la suya. "Es una tragedia para todas las familias de Ucrania", declaró el presidente ucraniano al canal de televisión británico Sky News en enero de 2023.
Impacto emocional
Habló entonces de las consecuencias para sus propios hijos, Oleksandra, de 20 años, y Kyrylo, de doce, que tuvieron que refugiarse en espacios seguros cuando se inició la invasión. "Es una pena que solo pueda ver a mis hijos una vez al año... De hecho, los veo un poco más ahora que desde que empezó el conflicto", declaró. Poco a poco, los reencuentros han sido cada vez más frecuentes.
A la espera de que se produzca ese ansiado fin bélico, la situación no deja de ser anómala. También Olena ha repetido en sus entrevistas el impacto emocional para sus hijos y para ella misma como esposa, madre y mujer que empatiza con su país. La situación se ha prolongado mucho más de lo que cualquiera habría podido imaginar y el matrimonio se ha acostumbrado a aprovechar espacios de intimidad y momentos de calidad.

"Aprendí que un hombre debe apreciar las cosas simples", expresó durante una videoconferencia a los lectores de Le Parisien hace solo tres meses. Habló de los partidos de fútbol con su hijo, sesiones de cine en familia y otros ratos que le han permitido recordar esa felicidad hecha de esas "cosas simples" que espera recobrar del todo algún día.
Desde el principio, el matrimonio decidió hablar con transparencia a sus hijos. "La mejor estrategia es decir la verdad. Así que discutimos todo con mi hija y mi hijo. Intenté responder a sus preguntas. Hablamos mucho: hablamos de nuestro sufrimiento, no nos lo guardamos todo", contó Olena en una entrevista publicada en Vogue el 11 de julio 2022, que motivó mucha controversia. En el reportaje, la primera dama, fotografiada por Annie Leibovitz, quiso mostrar el rostro de su nación, el de una madre y el de la esposa del líder de una nación de civiles que se habían vuelto combatientes de la noche a la mañana.

Desde entonces, Olena ha ofrecido varias entrevistas. En ninguna niega la carga emocional que pesa sobre ella ni el constante terror en el que vive. Los hijos tienen un vínculo muy estrecho con su padre, hablan por teléfono y él les explica los motivos de su lucha. Ella se mantiene también firme, pero desde otro flanco y consciente de que es la enemiga número dos del régimen ruso.
Fragilidad
"Hoy no entraré en pánico ni derramaré lágrimas. Estaré tranquila y confiada. Mis hijos me están mirando. Estaré a su lado. Y junto a mi marido. Y el pueblo ucraniano", escribió en Instagram al comienzo de la guerra en un post publicado el 24 de febrero de 2022. En ese momento, según contó en Vogue, no había ni tiempo para las emociones. “Tenía que cuidar a los niños, así que traté de mostrarme segura, sonriente y enérgica. Trataba de responder con optimismo a su pregunta: '¿Cuándo veremos a papá?”. Su respuesta era siempre: "Pronto".
Apasionada por la comedia, Olena Zelenska es escritora de guiones para películas. Así conoció a su marido, Volodimir. Ambos tenían17 años y no imaginaba que la historia de su vida le vendría ya escrita. Contrajeron matrimonio en 2003. Cuando Zelensky le dijo que quería ser político, Olena pensó que se había vuelto loco o, simplemente, se trataba una de sus bromas, pero respetó su decisión, aun sabiendo que implicaba un giro absoluto en sus vidas.
Dibujó su papel de primera dama
Como primera dama, perfiló su propio papel involucrándose en proyectos de nutrición infantil, personas con discapacidad y mujeres víctimas de violencia doméstica. Desde entonces, no ha dejado de promover los derechos infantiles y de las mujeres. A estas alturas, ha demostrado el apoyo inquebrantable a su marido y ha aprendido a sortear el miedo cuando escucha los bombardeos rusos sobre la capital.

No ha negado sus momentos de vulnerabilidad. En una conmovedora entrevista a la BBC, año y medio después de la invasión, habló con el corazón: "Quizás sea un poco egoísta, pero necesito a mi marido, no a una figura histórica, a mi lado". Confesó cómo le dolía el futuro incierto de sus hijos, la imposibilidad de vivir el presente con las emociones y las nuevas sensaciones que conlleva la juventud. Eso no le impidió mantener su resistencia y su lucha en medio del horror y la tristeza. Confía en la paz y sabe que la resiliencia ha sido su única arma.
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