
Aviación
Este es el verdadero motivo por el que Canadá planea cancelar la compra de 88 cazas F-35 a EEUU
Portugal también quiere abandonar la idea del F-35 y sopesa adquirir el caza francés Rafale

En un giro significativo en la política de defensa de dos aliados de la OTAN, Canadá y Portugal han comenzado a cuestionar su participación en elprograma del caza furtivo F-35 Lightning II, en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos y dudas sobre las capacidades del caza de quinta generación fabricado por Lockheed Martin.
El caso más llamativo sin duda es el de Canadá, uno de los principales socios comerciales de EEUU. Este país acordó comprar 88 F-35 hace dos años. Ahora, el ministro de Defensa, Bill Blair, ha anunciado que Ottawa está evaluando alternativas al F-35, apenas unas horas después de asumir su cargo en el gabinete del Primer Ministro Mark Carney.
Este reposicionamiento se da en un contexto de deterioro de las relaciones entre Canadá y la administración Trump, en concreto a las disputas comerciales y amenazas de una posible anexión simbólica de Canadá como la "51ª provincia" estadounidense. Las amenazas de Trump han enfurecido a los canadienses, quienes abuchean el himno estadounidense en los partidos de la NHL y la NBA. Algunos están cancelando viajes al sur de la frontera, y muchos evitan comprar productos estadounidenses cuando pueden.
Canadá tiene comprometidos 88 cazas F-35A
Canadá tiene comprometidos 88 cazas F-35A en una compra estimada en 19.000 millones de dólares canadienses, con las primeras entregas previstas para el próximo año. Sin embargo, la falta de control sobre el software de la aeronave y la dependencia de Estados Unidos para su mantenimiento han generado preocupación en el gobierno y en la opinión pública canadiense.
La empresa Lockheed Martin, fabricante del F-35, no ha cedido el código fuente a ningún aliado, lo que limita la soberanía operativa del aparato. Blair sugirió que la flota podría diversificarse con modelos europeos, como el Saab Gripen sueco o el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), desarrollado por Francia, Alemania y España. Además, se estudiará la posibilidad de ensamblar aviones de combate en Canadá para fortalecer su industria aeroespacial.
El F-35 es uno de los sistemas de armas más avanzados del mundo, con tecnologías furtivas, sensores de última generación, fusión de datos y capacidades de guerra electrónica. El código fuente es el corazón del software del avión y controla todos sus sistemas críticos. Si este código se filtrara o fuera alterado, podría comprometer la seguridad del programa y permitir que adversarios como China o Rusia encontraran vulnerabilidades para explotarlas en combate.
Sin acceso al código fuente, los aliados que operan el F-35 -España aún no ha tomado una decisión sobre si se suma o no a este programa- dependen de Lockheed Martin y del gobierno estadounidense para el mantenimiento, actualizaciones y modificaciones del software. Por ejemplo, si un país quisiera integrar sus propios sistemas de armas o radares en el F-35, necesitaría la autorización de EE. UU.
Portugal: incertidumbre sobre la fiabilidad de Estados Unidos
Mientras tanto, Portugal también ha mostrado reticencias hacia la adquisición del F-35. El ministro de Defensa, Nuno Melo, declaró que la imprevisibilidad de la administración Trump es un factor determinante en la reconsideración del acuerdo. En una reciente entrevista con el periódico portugués Público, Melo destacó que la reciente política estadounidense respecto a la OTAN y su acercamiento unilateral a Rusia han despertado dudas en Europa sobre la fiabilidad de Washington como aliado estratégico.
La preocupación principal de Portugal es la dependencia tecnológica y logística que implica el F-35. Al igual que en el caso canadiense, el mantenimiento y la operatividad de la aeronave estarían controlados por Estados Unidos, lo que podría afectar la capacidad de Lisboa para utilizar estos aviones de manera independiente. Además, expertos europeos han alertado sobre el riesgo de que Estados Unidos imponga restricciones técnicas en caso de divergencias políticas.
Aunque inicialmente la Fuerza Aérea Portuguesa mostró interés en el F-35 como reemplazo de sus actuales F-16, la situación ha cambiado. Melo indicó que se explorarán alternativas europeas, sin especificar modelos concretos. Se especula que el Rafale francés podría ser una opción viable, dado su creciente uso en diversas fuerzas aéreas europeas.
Un cambio en la política de defensa occidental
Las decisiones de Canadá y Portugal reflejan una tendencia más amplia en la OTAN, donde varios países europeos buscan reducir su dependencia militar de Estados Unidos. La creciente desconfianza en la política exterior de Washington ha impulsado el desarrollo de proyectos de defensa europeos autónomos.
El F-35 ha sido considerado el eje central de la interoperabilidad de la OTAN, pero las recientes dudas de sus compradores podrían debilitar su posición en el mercado. La posibilidad de que países como Canadá y Portugal opten por soluciones europeas podría significar un cambio estratégico en la configuración de la defensa occidental en las próximas décadas.
A medida que estas naciones reevalúan sus compromisos militares, la decisión final podrá tener repercusiones no solo en la defensa nacional de estos países, sino también en el equilibrio de poder dentro de la OTAN y en las relaciones transatlánticas en su conjunto.
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