Impuestos de sucesión

¿Cuánto tiempo puede estar una herencia sin repartir?

En España hay obligaciones fiscales que deben cumplirse antes de determinado tiempo y, en muchos casos, la falta de reparto puede derivar en problemas legales y económicos

En total, en todo el conjunto del territorio español se firmaron 30.716 contratos en marzo / Foto: Dreamstime
En total, en todo el conjunto del territorio español se firmaron 30.716 contratos en marzo / Foto: Dreamstimelarazon

En España, el reparto de una herencia puede ser un proceso más complejo de lo que parece a simple vista. Aunque no existe un plazo legal estricto para su distribución, hay factores fiscales, administrativos y legales que pueden influir en el tiempo que puede estar sin repartirse. En muchos casos, las herencias quedan en un limbo por desacuerdos entre los herederos, por la falta de voluntad para gestionar la sucesión o simplemente por desconocimiento de los procedimientos necesarios.

Una cosa es clara, siempre que haya acuerdo entre los herederos y se cumplan los requisitos fiscales establecidos, no hay un límite de tiempo específico para que una herencia sea repartida. Es decir, los bienes del fallecido pueden permanecer sin dividirse durante años sin que ello implique una infracción legal. Sin embargo, la falta de acción por parte de los beneficiarios puede generar ciertos inconvenientes, sobre todo en términos de impuestos y gestión patrimonial.

Tiempos para los tramites fiscales

A pesar de la ausencia de un plazo concreto para la partición, sí existen tiempos límite en los que deben cumplirse ciertos trámites fiscales. El más relevante es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD),que debe abonarse en un plazo máximo de seis meses desde la fecha del fallecimiento del causante. Este periodo puede extenderse hasta otros seis meses si se solicita una prórroga dentro de los cinco primeros meses tras el fallecimiento.

Si los herederos no presentan la liquidación del impuesto dentro del plazo establecido, se enfrentan a recargos y posibles sanciones, además de intereses de demora. Esto no significa que la herencia deba estar completamente repartida en ese periodo, pero sí que es obligatorio cumplir con la obligación tributaria para evitar problemas con Hacienda.

¿Qué sucede si la herencia no se reparte?

El hecho de que una herencia quede sin repartir no implica que los bienes del fallecido desaparezcan o pierdan su validez legal. En ausencia de reparto, los herederos siguen siendo copropietarios de los bienes de la herencia en proporción a sus derechos sucesorios. Esto significa que ningún heredero puede disponer libremente de un bien sin el consentimiento del resto.

Uno de los problemas más comunes en este tipo de situaciones es la indivisión hereditaria, es decir, cuando varios herederos comparten la propiedad de un bien sin haberlo dividido formalmente. Si un heredero desea que la herencia se reparta y el resto se opone, puede iniciar un procedimiento de división judicial de la herencia. En este caso, un juez determinará la forma en que los bienes deben ser distribuidos entre los herederos. No obstante, este tipo de procedimientos pueden alargarse durante años, dependiendo de la complejidad de la sucesión y de los bienes en cuestión.

¿Se puede forzar el reparto de una herencia?

Sí, en algunos casos es posible obligar a los herederos a pronunciarse sobre la aceptación o renuncia de la herencia. Según el Código Civil, cualquier interesado (como un acreedor o un coheredero) puede solicitar a un juez que establezca un plazo para que los herederos decidan si aceptan o renuncian a la herencia. Normalmente, el plazo fijado es de 30 días.

Si transcurrido ese tiempo los herederos no se pronuncian, la herencia se considerará aceptada a beneficio de inventario, es decir, los herederos solo responderán de las deudas del fallecido hasta donde alcancen los bienes heredados, evitando comprometer su patrimonio personal.

Por otro lado, si un heredero bloquea el reparto de la herencia de manera injustificada, los demás pueden recurrir a la vía judicial para forzar la partición. No obstante, este procedimiento puede resultar costoso y lento, por lo que lo más recomendable es intentar llegar a un acuerdo entre los herederos para evitar conflictos prolongados