Mar del Norte
Sin tierra pero con soberanía: el curioso caso del principado más pequeño del mundo
Se encuentra sobre el mar del Norte y tiene una extensión de 550 metros cuadrados
A lo largo de la historia, el concepto de "país" ha sido una construcción que ha dado lugar a una amplia variedad de naciones, desde las grandes potencias mundiales hasta los diminutos territorios que parecen desafiar las normas de la geografía y la política internacional.
Entre estos últimos se encuentran las llamadas micronaciones, modelos de país que, por diversas razones, mantienen una independencia formal o están dotadas de un estatus particular dentro de la comunidad internacional. Este fenómeno es más común de lo que parece, con varios microestados y territorios autónomos dispersos por todo el mundo.
Aunque muchos de estos territorios no son reconocidos por todos los países ni son miembros de organizaciones internacionales como la ONU, poseen una identidad y una estructura política propia que les otorgan un reconocimiento simbólico o funcional. Entre los más conocidos figuran el Vaticano, Mónaco y San Marino.
Un fuerte de 550 metros cuadrados
La mayoría de estos territorios tienen una población pequeña, una economía limitada y, a menudo, una historia compleja. Sin embargo, no todos los países enanos encajan dentro de los límites del reconocimiento internacional tradicional. Este es el caso del Principado de Sealand, un fuerte de 550 metros cuadrados situado en el mar del Norte, a poco más de 11 kilómetros de la costa de Reino Unido.
Este "territorio" se compone de dos torres de hormigón conectadas por una plataforma de hierro y se autodeclara como el estado soberano más pequeño del mundo, a pesar de no contar con reconocimiento internacional. Entre sus particularidades destaca que tiene una constitución, gobierno, población permanente, espacio definido, e incluso himno nacional, moneda y pasaporte.
Según detalla la web oficial de la isla, la plataforma sobre la que se erige esta peculiar nación fue construida por el gobierno británico en aguas internacionales durante la Segunda Guerra Mundial para defender sus costas de un posible ataque alemán. A ella fueron destinados marines, que la abandonaron una vez terminó la contienda. No obstante, 'Roughts Tower' no fue destruida, lo que, junto a otros factores, le otorgó una singularidad jurídica, convirtiéndola en un territorio extranacional.
El principado de Sealand
No fue hasta 1966 cuando Roy Bates, comandante del ejército británico, ocupó la plataforma, siguiendo el consejo de sus abogados para declararla un estado independiente basándose en el principio del "ius gentium" (derecho de gentes) sobre una parte del mundo que era "terra nullius" (tierra de nadie), según recoge la página. Así, el 2 de septiembre de 1967, acompañado de su familia y amigos, Bates proclamó el Principado de Sealand.
El principado se vio amenazado en múltiples ocasiones por las autoridades británicas, que no estaban dispuestas a permitir la existencia de esta nueva nación. Esto dio lugar a altercados entre los residentes de la fortaleza y los atacantes, pero Sealand salió victoriosa, ya que en 1968 un tribunal reconoció que no se encontraba dentro del territorio del Reino Unido.
Hoy en día, Sealand sigue siendo un territorio no reconocido a nivel internacional, pero continúa siendo administrado por la familia Bates. Aunque enfrenta desafíos legales y políticos, sigue existiendo como una curiosa anomalía en el mapa mundial.