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Conflictos

Tambores de guerra en Rusia: Por qué Putin quiere recuperar Alaska y "echa un pulso" a Estados Unidos

El zar ruso Alejandro II vendió este territorio a Washington hace más de 150 años, y lo que se creía una tierra insustancial se convirtió en una economía potencial de EEUU

Alaska es una poderosa economía y tendría un valor de 15.000 millones de dólares estadounidenses, unas 150 veces lo que pagó Washington en su día Dreamstime

El territorio de Rusia siempre ha sido muy extenso. Buena parte del continente europeo ha sido especialmente controlado no solo en la actualidad, sino también en otras épocas como la Unión Soviética o el Imperio ruso. Países como Ucrania o Rumanía pertenecieron en su día a Moscú, así como antiguos territorios como Turkestan. Y entre todas las anexiones rusas, estaba Alaska, vendida a Estados Unidos hace más de 150 años y que ahora quiere ser recuperada por el Kremlin.

Era el año 1867 cuando William Seward, Secretario de Estado, promovió una transacción nunca antes vista, la de la compra de Alaska al gobierno del zar Alejandro II. Los rusos deseaban deshacerse de este territorio de más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados por la amenaza de Gran Bretaña, entonces superpotencia mundial y la nación que controlaba el oeste de Canadá. Conocían las intenciones expansionistas de los británicos y temían que se acercaran a las fronteras rusas, lo que hacía de Alaska una presa atractiva, pues tan solo está a 85 kilómetros de territorio ruso.

En aquel entonces, Estados Unidos era un país con menos de cien años de vida y considerado “inofensivo” por los rusos, pues las relaciones entre ambos países eran mucho mejores que las de hoy en día. Alaska, asimismo, era considerado un trozo de tierra más sin utilidad económica, y Rusia no le daba apenas importancia. La venta se cerró por 7,2 millones de dólares estadounidenses -una cifra equivalente a cien millones de dólares estadounidenses-.

Alaska, de tierra "insignificante" a una poderosa economía y un enorme depósito de petróleo y recursos naturales

Una decisión precipitada, tomada de urgencia, y que ha demostrado que las prisas no son buenas consejeras. Un precio inauditamente barato para haber comprado lo que es a día de hoy el más extenso estado de la Unión. A 2024, EEUU es una de las mayores potencias económicas y militares del mundo, Alaska es una poderosa economía y este lugar tendría un valor de 15.000 millones de dólares estadounidenses, unas 150 veces lo que pagó Washington en su día.

La historia dio un vuelco que nadie pensaba. No habían pasado apenas dos décadas cuando estalló la fiebre del oro. A lo largo del siglo XX, se descubrió que Alaska es un enorme depósito de recursos naturales y las petroleras encontraron enormes yacimientos en el norte del estado y, con menos de un millón de habitantes, cuenta con un PIB que llega a los 44.000 millones de dólares estadounidenses anuales (es decir, produce más de 400 veces lo que Rusia obtuvo en total al vender el territorio en el siglo XIX.

Algunos representantes del Kremlin exigen que Biden les devuelva ese territorio. Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma rusa y hombre de confianza de Putin, sería el principal dirigente encargado de la recuperación de Alaska, y el verano pasado, un asesor del Kremlin, Oleg Matveychev, demandó la recuperación de los territorios, como compensación por las sanciones impuestas por Estados Unidos a las que se enfrenta Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.

¿Rusia quiere recuperar Alaska? La historia de una venta a Estados Unidos de la que hoy Moscú se arrepiente

Pero era una venta legítima, ambos habían firmado un tratado y Alaska es territorio norteamericano por la vía legal, por lo que el proceso sería muy complejo y prácticamente imposible.

Ya en 2022, se pudieron encontrar algunos carteles de “Alaska es nuestra” en la ciudad rusa de Krasnoyarsk. Hace unos meses saltaron las alarmas en Washington después de que buques rusos y chinos patrullaran juntos cerca de la costa de Alaska. Y además, según indica Daily Mail, Moscú no solo ha exigido la recuperación de este territorio, sino también de Fort Ross (California).

La compra -o venta- de Alaska es conocido como uno de los más grandes negocios de la historia. Un éxito para los norteamericanos, y un desastre para los rusos. Y eso que, en el momento del traspaso, las autoridades estadounidenses recibieron muchas críticas tanto nacionales como internacionales, que agregaban que Moscú había realizado “un timo sin precedentes”, denominando a la operación como “la locura de Seward”. El tiempo dio la razón al funcionario, y el que se creía un engaño de los rusos se convirtió en una ganga para EEUU.